El Chef de la Política
Pachakutik y el gobierno: un extraño maridaje

Politólogo, profesor de la Universidad San Francisco de Quito, analista político y Director de la Asociación Ecuatoriana de Ciencia Política (Aecip)
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Extraño, pero no imposible. Algo similar a la mezcla de Pinot Noir con Cavernet Sauvignon, en el mundo de los vinos. Son cepas tan distintas que, en general, se evita su contacto. Acidez y cuerpo, dos características tan diversas entre ambas uvas, que la fusión provocaría que se eche al traste el ideal del equilibrio. Sin embargo, cuando las copas se vuelven incontables, el debate sobre el tipo de taninos o las variedades de aromas —el bouquet, dirán los entendidos— pasa a segundo plano. La cuestión es disfrutar del fruto de la vid sin mayores reparos ni límites.
Ahí un buen símil con nuestra política. Al inicio existen resquemores de diferente naturaleza para tejer alianzas, pero luego, ya con los cargos encima, la ideología o las convicciones son meros detalles. Hay que emborracharse de poder y eso es lo que cuenta. De ambos chuchaquis se hablará cuando la juerga llegue a su punto final.
Desafortunadamente para el gobierno, la resaca le llegó pronto, muy pronto. No terminaban de difundir las fotos del acuerdo legislativo con el movimiento indígena para que varios de los personajes que ahí aparecen, contentos y satisfechos, emitan declaraciones públicas negándolo todo. Algo parecido al caso del ebrio consuetudinario, que luego de la mezcla de vinos y vinagres niega haber estado en la fiesta en la que tomó y bailó sin límites. Si ya saben cómo me pongo, para qué me invitan, diría el personaje. Si ya saben cómo opera Pachakutik, para qué asumen que los acuerdos serán respetados, dirían los que conocen el teje y maneje de nuestra legislatura de ayer y hoy.
Es que la forma de operar políticamente del movimiento indígena es ampliamente conocida y el país esperaría que el ministro de gobierno haya tomado nota de ello antes de iniciar las conversaciones. Si no lo hizo, entonces ahora aprenderá.
- Lección número uno: cualquier acuerdo con el partido del arcoíris está sujeto a cambios en el cortísimo plazo.
- Lección número dos: una vez que los cargos legislativos les sean asignados, su posición respecto al gobierno variará por cualquier quítame esas pajas.
- Lección tres: la mejor forma de evadir la responsabilidad en el incumplimiento de los acuerdos está cobijada por el viejo y desgastado discurso de que ellos toman decisiones de forma colectiva.
Lección general: nada garantiza que en cualquier momento la conflictividad social aparezca.
El corolario de todo lo dicho es que, si el gobierno quiere tener una mayoría sólida en la Asamblea Nacional, no puede depender de los votos del movimiento indígena. No hay discrimen en lo dicho sino pura descripción del comportamiento de las distintas bancadas legislativas de Pachakutik al menos en los últimos veinte años. Basta ver los términos de los acuerdos del movimiento indígena con los distintos gobiernos y las formas a través de las que esas alianzas se han diluido, para que lo dicho no sea una mera especulación sino un relato de hechos consumados. ¡Cuánta falta hace incorporar el análisis histórico al estudio de la coyuntura!
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Con las diversas reacciones asumidas por la bancada de Pachakutik luego de la visita “protocolaria” del ministro de gobierno, en Carondelet deben manejar el escenario de que el día de la elección de las autoridades de la Asamblea Nacional exista una nueva mayoría, comandada por RC, y en la que el movimiento indígena sea una de las piezas clave. Si eso ocurre no será por la habilidad de la alicaída RC para capturar el voto de los nueve de Pachakutik sino por la forma de hacer política del movimiento indígena.
Desde su llegada a la legislatura, allá por la década de los noventa del siglo pasado, Pachakutik ha aprendido de las malsanas prácticas que rodean a la vida política del país, sobre todo de aquellas que guardan relación con el poco compromiso con los acuerdos legislativos y la palabra ofrecida. Como el tomador de vino que no hace diferencia entre el que viene en cartón del que ha pasado en añejamiento en barricas de roble francés, así ha sido el comportamiento, en cuanto a alianzas legislativas, del movimiento indígena.
El gobierno, que tampoco es un excelente catador ni discrimina demasiado en este tema, debe tener presente que maridajes extraños provocan chuchaquis más dolorosos y en ocasiones de consecuencias impredecibles.
La alianza ADN-PCK, un maridaje extraño que puede terminar en un chuchaqui monumental. Como en el vino, no siempre la mezcla de cepas da un mejor resultado.