Seis decisiones del Gobierno que hacen del paro de 2025 un episodio distinto al de 2019 y 2022 en Ecuador
A diferencia de los paros de 2019 y 2022, el presidente Daniel Noboa desplegó un amplio contingente militar para impedir el ingreso de indígenas a Quito y dispersar a los manifestantes en la ciudad.

Un convoy con 1.000 militares y policías, organizado por el Bloque de Seguridad, se desplazó a de Imbabura, desde Quito, el lunes 13 de octubre de 2025.
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API / Rolando Enríquez
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El presidente Daniel Noboa y sus funcionarios han dejado claro que no van a dialogar sobre la eliminación del subsidio al diésel, que marcó el inicio de protestas dispersas en Ecuador el 22 de septiembre de 2025, especialmente en la Sierra Norte. "Antes de que a mí me quieran hacer retroceder, yo prefiero morir", afirmó el Mandatario.
La medida, según el Gobierno, no será revisada, ni cancelada, como sucedió en los gobiernos de Lenín Moreno y Guillermo Lasso. Esta vez la principal respuesta ha sido la militarización de puntos estratégicos, bajo el argumento de que el crimen organizado estaría infiltrado en las manifestaciones.
Y justamente debido a la anticipación del Gobierno, el paro no ha llegado a las proporciones de 2019 y 2022, donde la capital fue el epicentro de las manifestaciones durante 12 y 17 días, respectivamente. Incluso, en 2019, el presidente Moreno prefirió alejarse y mover su despacho a Guayaquil.
En ambos casos, el descontento de los miles de personas que salieron a las calles fue apaciguado con mesas de negociación, con la intervención de la Iglesia Católica y otros actores de la sociedad civil. Sin embargo, esos acuerdos firmados nunca llegaron a cumplirse del todo.
Esta vez la situación es diferente, aunque la Conaie califique al paro como "nacional", no lo es. Son manifestaciones focalizadas, sin un liderazgo claro y que se concentran principalmente en Imbabura, con focos en el norte de Pichincha y en zonas rurales de Cañar, Bolívar y Chimborazo.
Las acciones del Ejecutivo, cuestionadas por organismos de derechos humanos, locales e internacionales, han logrado mantener ese descontento desarticulado. Justamente este 13 de octubre de 2025 un convoy con militares y policías salió hacia Imbabura con dos objetivos: enviar insumos y despejar las vías.
A continuación PRIMICIAS recoge las principales medidas tomadas por el Gobierno en el contexto del paro de la Conaie:
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Traslado de la Presidencia a Latacunga
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El 13 de septiembre, un día después de que sus ministros anunciaron la eliminación del subsidio al diésel, el presidente Noboa decidió trasladar su despacho a la Gobernación de Latacunga. Es decir, mudar la sede presidencial.
Aunque esto implicó que varios ministros y funcionarios de menor rango tengan que trasladarse frecuentemente a la capital de Cotopaxi, esto no significó que el Mandatario pase ahí todos los días, puesto que su agenda incluyó actividades en distintas provincias, especialmente de la Sierra.
Esto impidió que cualquier reacción de las organizaciones sociales pretenda inicialmente llegar a Carondelet, en el corazón de Quito. Además, en Cotopaxi se encuentra gran parte de las bases del movimiento indígena. Lo que se tomó como una afrenta por el Movimiento Indígena y Campesino de la provincia (MICC).
El presidente Daniel Noboa sale de un hotel ubicado en el centro de Latacunga, ciudad que es sede temporal del Ejecutivo, el 19 de septiembre de 2025.PRIMICIAS - 2
Contramarchas anticipadas
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El 22 de septiembre, ante el anuncio del MICC de tomarse Latacunga, el oficialismo convocó a sus simpatizantes a la ciudad. Cientos de ellos se trasladaron en buses desde Tungurahua, Santo Domingo, Santa Elena, Esmeraldas, Manabí y Guayas, para amanecer en Cotopaxi.
En las redes sociales hubo denuncias de que se trataba de funcionarios públicos que fueron presionados para asistir. Incluso, la Unión Nacional de Educadores (UNE) informó que los docentes habían sido convocados. Al igual que sucedió en las marchas gobiernistas en Quito y Guayaquil, donde gobernadores y autoridades locales llegaban a anunciar la participación de sus delegaciones.
Sin embargo, nadie pudo acercarse a la Gobernación, donde se suponía estaba el Primer Mandatario, puesto que la militarización y bloqueo del centro de la ciudad lo impidió.
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Militarización de ciudades
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El solo traslado de la sede presidencial a Latacunga permitió al Mandatario militarizar esa ciudad, sin recurrir a ninguna medida adicional.
Sin embargo, el 16 de septiembre llegó el Decreto Ejecutivo No. 134, que declaró el estado de excepción por las manifestaciones y cierres viales en Carchi, Imbabura, Pichincha, Azuay, Bolívar, Cotopaxi y Santo Domingo.
La medida duró poco más de dos semanas, ya que la Corte Constitucional (CC) la redujo solamente a Carchi e Imbabura, puesto que las manifestaciones en las otras provincias fueron puntuales o eran esporádicas.
Al día siguiente de la decisión de los magistrados, el presidente Noboa volvió a lanzar otro estado de excepción, esta vez en 12 provincias, por las "paralizaciones y hechos de violencia que han alterado el orden público". Esta medida todavía espera dictamen de la Corte.
Además, ante una supuesta 'toma de Quito', el Gobierno trasladó 7.000 militares y 1.000 policías a la capital, que fueron desplegados en sectores clave, e incluso ordenaron la suspensión del transporte público hacia el sur de la ciudad.
La Policía Nacional anunció el operativo que ejecutarán para mantener el control en este feriado y fin de semana, desde Quito, el 10 de octubre de 2025.PRIMICIAS - 4
Custodia y bloqueo de carreteras
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A la vez que los militares se desplegaron a lo largo de la capital, cientos de uniformados también bloquearon los accesos a Quito, el domingo 12 de octubre, impidiendo así el paso de vehículos públicos y privados. Ese domingo, en el Día de la Interculturalidad y Plurinacionalidad, organizaciones indígenas habían programado una marcha desde Cayambe hasta Quito.
Esa mañana, las vías que conectan a Pichincha con Imbabura amanecieron bloqueadas con montañas de tierra, custodiadas por militares que restringieron el paso de manifestantes a la capital.
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Congelamiento de cuentas
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El ministro del Interior, John Reimberg, reconoció el congelamiento de cuentas bancarias de organismos que, según él, supuestamente reciben recursos de una economía vinculada al crimen. “El tema de las cuentas es fundamental. Estos grupos tienen gente detrás que busca desestabilizar y provocar el caos”, afirmó el 23 de septiembre, en el segundo día de manifestaciones.
“Hemos venido haciendo la ruta del dinero”, detalló el funcionario. En el contexto del paro, Reimberg reveló que “varias fundaciones entre comillas y estos operadores han salido con las cuentas congeladas”.
La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) denunció el 19 de septiembre el bloqueo de las cuentas de algunos de sus dirigentes y organizaciones, un día después de anunciar el inicio de un paro nacional indefinido a partir del lunes 22.
"El bloqueo económico a dirigentes indígenas no es un acto aislado, sino parte de una estrategia para criminalizar la protesta social y debilitar las demandas de los pueblos y nacionalidades del país", afirmó el movimiento indígena.
Otras organizaciones han denunciado el congelamiento: la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía de Ecuador (Confeniae), el MICC, Fundación Pachamama, el Cabildo por el Agua de Cuenca, el Frente Antiminero, la Fundación Alianza Ceibo, la Unión de Afectados por Operaciones Petroleras.
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Dispersión inmediata
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Como se observó en las protestas más recientes en Quito, del 12 de octubre, las fuerzas del orden impidieron que los manifestantes marchen hasta el parque El Arbolito, sitio de concentración en la ciudad de los paros del 2019 y 2022.
Cualquier intento de llegar al punto de encuentro ha activado la intervención de policías y militares.
El domingo, en sectores como la Villaflora, la av. Napo y las inmediaciones de la Casa de la Cultura, donde hubo ciudadanos marchando, las bombas lacrimógenas fueron la tónica, sin que previamente hubiera acciones hostiles de manifestantes. En videos recogidos en redes sociales, se observa a los uniformados diciendo a la ciudadanía que no les iban a dejar pasar, pese a que la mayoría de marchas eran pacíficas y de apenas decenas de personas. Ese día hubo periodistas agredidos.
Bombas lacrimógenas se lanzan en la Villaflora, sur de Quito, el 12 de octubre de 2025.PRIMICIAS
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