El correísmo en crisis: estos son los errores de Revolución Ciudadana en el inicio de la nueva Asamblea
El arranque de la nueva Asamblea Nacional no ha sido auspicioso para la bancada de Revolución Ciudadana, que además estrenó nombre. Este es el desglose de sus reveses parlamentarios.

Las legisladoras Paola Cabezas y Viviana Veloz dialogan en la sesión del 16 de mayo de 2025 de la Asamblea Nacional.
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En una entidad como la Asamblea Nacional no se gana con intenciones ni con discursos, por más apegados a la razón y la ley que se encuentren, sino con votos. Esa realidad la experimentó la bancada de Revolución Ciudadana, que sin los votos necesarios para defenderse en el hemiciclo acabó ampliamente derrotada en la primera semana del nuevo período parlamentario.
Aunque una derrota en el Pleno de la Asamblea Nacional es algo posible, ha llamado la atención lo desvalida que la bancada de Revolución Ciudadana se mostró ante el oficialismo de ADN, tanto en la sesión inaugural como en la que repartió las comisiones permanentes del primer poder del Estado.
Es como si el ímpetu de este grupo político, habitualmente estruendoso, se hubiera apagado de la misma manera que se extingue una fogata al amanecer. De entrada, quizás algo tiene que ver el cambio de nombre, pues la bancada de Revolución Ciudadana ahora se llama secamente Bancada Ciudadana, en un rebrandeo que deja atrás el vibrante término "revolución".
Estos son los errores que ha cometido la redefinida Bancada Ciudadana, que debutó con derrota:
Dejar suelto el problema de Mónica Salazar
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No hay excusas en la Bancada Ciudadana para no anticiparse a la jugada del Gobierno con respecto a la asambleísta Mónica Salazar, quien ganó la reelección en las votaciones de 2025. Salazar militó en Revolución Ciudadana hasta el 15 de abril de 2025, cuando anunció que dejaba la bancada del correísmo porque dijo no sentirse respaldada por Rafael Correa. Tres semanas después, la legisladora de Los Ríos acordó formar parte (sin afiliarse) de ADN y sus aliados en la Asamblea. Un camisetazo como los de antes.
Integrar a Salazar al bloque de ADN fue maniobra de ajedrecista, pero pública y que delataba las intenciones del Gobierno: que ella integrara el Consejo de Administración Legislativa (CAL), ¡pero como cuota de Revolución Ciudadana!, el movimiento que la auspició y que no tuvo reflejos para expulsarla antes de que esto ocurriera. Con esto, y pese a los reclamos del correísmo, el oficialismo impuso los nombres que le interesaban en el CAL y dejó a la Bancada Ciudadana sin un asiento en el máximo órgano de administración legislativa, aunque teóricamente sí le correspondía uno.
Mónica Salazar (centro) recibe su credencial de tercer vocal del CAL, el 14 de mayo de 2025. La flanquean Niels Olsen y Carmen Tiupul.API La estrategia de partirse en dos bancadas
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Revolución Ciudadana intentó, para la sesión inaugural, fragmentarse en dos bancadas: la correísta como tal y una llamada Bancada de la Gente, con asambleístas que ganaron sus curules en alianza con RETO y otros movimientos. El objetivo era ocupar más vocalías en el CAL.
Esta idea fracasó, pues actualmente la ley impide que se puedan constituir bancadas legislativas por separado si los asambleístas pertenecen a un mismo partido o movimiento político. Ahora se llega con 'pecado original' y no hay bautismo para borrarlo. Y la Bancada de la Gente se extinguió ahí mismo.
Muñequeo para las comisiones
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No hubo, o no se notó, muñequeo para impedir que el oficialismo impusiera la distribución de los asambleístas en las diferentes comisiones. En la nueva Asamblea Nacional, ninguna bancada alcanza por sí sola la mayoría simple de 77 votos. Por eso, negociar es obligatorio. Pero ni Viviana Veloz, expresidenta de la Asamblea y que actúa como coordinadora de la Bancada Ciudadana, ni los "históricos" como Xavier Lasso o Ricardo Patiño lograron frutos para impedir lo peor: que los correístas fueran diseminados y aislados en las comisiones.
Derrotas simbólicas
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La Asamblea Nacional siempre será un lugar en que las acciones y los gestos tendrán amplias significaciones. Las formas son importantes ahí. Por eso, ha resonado dolorosamente en Revolución Ciudadana algunos hechos en el reparto de comisiones. El principal: que Ferdinan Álvarez, militante del correísmo desde 2027, alcance con ADN la presidencia de la Comisión de Fiscalización.
Ferdinan Álvarez abandonó al correísmo en octubre 2023, al calor de la polémica entre el exvicepresidente Jorge Glas y su exasistene Soledad Padilla. Menos de dos años después, Álvarez asume este cargo vital y se suma a la larga lista de políticos que abandonaron a Rafael Correa para convertirse en sus detractores.
Ferdinan Álvarez asume la presidencia de la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional, el 6 de mayo de 2025.API También ha sido simbólico que el oficialismo, en un alarde de lúgubre sentido del humor, mande a la misma comisión a dos correístas que están enfrentadas en los tribunales. Ana María Raffo interpuso una querella contra Ana Belén Yela por supuestas expresiones injuriosas que constan dentro de los chats extraídos del teléfono celular de Augusto Verduga. Sí, justamente el caso que ayudó al hundimiento de Luisa González en las elecciones de 2025. Raffo y Yela están en la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia, Tecnología y Saberes ancestrales.
La importante, en todo caso, es que Revolución Ciudadana fue incapaz de evitar la estrategia del Gobierno en la Asamblea: limitar el poder de fiscalización y propagnda de la oposición en los espacios más importantes del parlamento.
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