María José Pinto "optimista y feliz" reabre las oficinas de la vicepresidencia de Ecuador
"Este trabajo que vamos a hacer es un trabajo de territorio", dice María José Pinto, vicepresidenta de Ecuador, al asumir su despacho. ¿Cuáles son las funciones que le encomendó el presidente Noboa?

La vicepresidenta, María José Pinta, al ingresar a su despacho en el centro de Quito, el 26 de mayo de 2025.
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La nueva vicepresidenta de Ecuador, María José Pinto, asumió este lunes, 26 de mayo de 2025, su despacho y reabrió las puertas de esta institución que permanecieron cerradas unos 18 meses debido a la pugna que libró Verónica Abad, quien le antecedió en el cargo, con el presidente Daniel Noboa.
Pinto fue recibida, entre aplausos de los funcionarios, con una alfombra roja y una calle de honor de los Granaderos de Tarqui. Se declaró "optimista y feliz", y anunció que su gestión apostará por "un trabajo en territorio".
Por disposición de Noboa, la vicepresidenta se encargará de la "articulación de políticas públicas integrales, planes, programas, proyectos y actividades vinculadas a: Salud mental; Educación intercultural bilingüe; Embarazo adolescente; Primera infancia; y, Desnutrición crónica infantil".
Las obligaciones de Pinto constan en el Decreto Ejecutivo número 3, que fue firmado por Noboa el 24 de mayo de 2025, tras la posesión presidencial.
La Constitución ecuatoriana dice que el vicepresidente, "cuando no reemplace al Presidente de la República, ejercerá las funciones que este le asigne".
Antes de convertirse en la nueva compañera de fórmula de Noboa, Pinto se desempeñó como secretaria técnica contra la Desnutrición Infantil.
María José Pinto, de 39 años de edad, proviene de una familia dedicada a la producción de ropa y textiles en Ecuador.
Ella es nieta del empresario imbabureño Germánico Pinto e hija de Mauricio Pinto, ex ministro de Industrias y de Economía del gobierno de Sixto Durán Ballén, y dueño de Empresas Pinto, la cuarta industria textil más grande de Ecuador medida por ingresos por ventas.
La batalla legal que libró Abad contra Noboa por el control de la Vicepresidencia, obligó a que sus oficinas, situadas detrás del Palacio de Gobierno, permanecieran cerradas, pese a una orden judicial a favor de la exvicepresidenta.
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