Fin del paro de la Conaie: Comerciantes de Otavalo y Cayambe reabren con la esperanza puesta en el feriado
Tras 31 días de cierre, los locales abrieron sus puertas este jueves 23 de octubre de 2025. La alegría de volver a vender se mezcla con la incertidumbre por los créditos, los arriendos y los salarios pendientes.
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Las calles del centro de Otavalo volvieron a llenarse de gente este jueves 23 de octubre de 2025. El golpeteo de las puertas metálicas, el olor a pan recién horneado y las vitrinas iluminadas marcaron el regreso a la actividad comercial en una ciudad que permaneció cerrada durante un mes por el paro convocado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie).
Para muchos comerciantes, abrir los locales fue un acto de esperanza. “Damos gracias a Dios porque seguimos con vida y tenemos la oportunidad de volver a salir adelante”, dijo una comerciante de ropa y calzado.
En su tienda, los estantes lucen llenos, pero el flujo de clientes aún es bajo. Ella contó que logró sortear los días de paralización con lo que produce su terreno y el maíz que guarda para el consumo familiar.
“Todos tenemos créditos. Ojalá nos den un respiro. No es que no queramos pagar, pero necesitamos tiempo”.
Comerciante de Otavalo
La mayoría de los locales permanecieron cerrados durante semanas por temor a represalias.
La trabajadora de una heladería explicó que, durante los días de protestas, abrían “a medias”: “Subíamos un poco la puerta y hacíamos entrar a la gente por una puerta pequeña. Si decían que venían los manifestantes, la cerrábamos rápido”.
Hoy, dice, siente la tranquilidad de poder abrir sin miedo, aunque reconoce que las ventas siguen bajas.


Detrás de los mostradores, la alegría de trabajar convive con la preocupación. Algunos empleados, que prefirieron no ser grabados, contaron que no recibirán el salario completo del mes de paralización.
“El jefe dijo que solo nos pagará los días que alcancemos a trabajar”, comentó una joven.
Otros, como un encargado de una tienda de electrodomésticos, reconocen que los gastos no esperan: “Tenemos que pagar arriendo, proveedores, créditos. Todos estamos complicados. Pero lo importante es volver a abrir y empezar otra vez”.
Otavalo, epicentro del paro en Imbabura, intenta ahora recomponer su economía. Aunque las calles se llenaron de gente y los negocios retomaron la actividad, los efectos del cierre aún pesan: ventas caídas, deudas acumuladas y la urgencia de reconstruir la confianza.
En palabras de una comerciante: “Nos ha tocado levantarnos muchas veces, y esta no será la excepción”.
Cayambe espera recuperarse en el próximo feriado
En la ciudad de Cayambe, perteneciente a la provincia de Pichincha, el panorama comercial tampoco es alentador. La propietaria de un local de comida ubicado en la vía principal relató que ha perdido cerca del 90% de sus ventas durante el paro.

Aunque no dejó de abrir, los clientes simplemente no llegaban. “Preparábamos plato por plato, y eso ya complica el trabajo”, comentó.
Recién el 12 de octubre pudo pagar el fin de mes de septiembre, y aún no sabe cómo cubrir la quincena de sus empleados. “No hemos tenido ingresos, la situación es desesperante”, dijo con lágrimas en los ojos.
En uno de los locales más conocidos de bizcochos de Cayambe la situación fue similar. Sus dueños estiman que también tuvieron una reducción del 90% en ventas.
Durante las semanas más críticas apenas elaboraban unos 250 bizcochos diarios, frente a los 3.000 que suelen preparar en una jornada normal.
“Algunos días ni siquiera hicimos masa, porque no había clientes”, contó su propietario. Ahora, con la expectativa del fin del paro y del próximo feriado, esperan poder recuperar algo de lo perdido.
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