La Vicepresidencia, con María José Pinto a la cabeza, fue catapultada al epicentro de la crisis sanitaria
La reestructuración de la entidad, ejecutada por la vicepresidenta María José Pinto, quedará opacada frente a la nueva prioridad de su titular: el Ministerio de Salud y la crisis del sistema público.

La vicepresidenta y ministra de Salud, María José Pinto, supervisa la entrega de insumos, como guantes de látex, en el Hospital Eugenio Espejo, en Quito, el 21 de noviembre de 2025.
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A diferencia del primer periodo de Daniel Noboa, ahora la Vicepresidencia tiene agenda propia, redes sociales y su titular tiene tareas que cumplir, dentro y fuera del país. Con la llegada de María José Pinto en mayo de 2025, la institución volvió a abrir las puertas y ganar protagonismo en el gobierno.
Hasta abril de 2025, el último mes completo de la anterior administración, la entidad tuvo 55 funcionarios, con tareas limitadas durante el bloqueo a Verónica Abad. La mayoría de ellos permanecieron en el área administrativa financiera.
Ahora, con Pinto a la cabeza, la Vicepresidencia cuenta con 103 servidores. Solo en el despacho de la Segunda Mandataria hay cinco asesores. Esto llega, además, con un ligero incremento del presupuesto anual que en 2026 alcanzará los USD 3,78 millones.
Además de las áreas administrativa financiera, jurídica y de comunicación, la institución cuenta ahora con cuatro direcciones específicas sobre primera infancia y desnutrición crónica infantil, salud mental, prevención del embarazo adolescente, y educación intercultural.
Estas son las cinco temáticas que le encargó el presidente Daniel Noboa para que articule políticas públicas, planes, programas y proyectos. PRIMICIAS ha solicitado información sobre la reestructuración de la Vicepresidencia desde mayo; sin embargo, la entidad no ha respondido.
Ya para junio de 2025, Noboa le ordenó a Pinto formar parte del Comité para la Prevención y Erradicación del Reclutamiento, Uso y Utilización de Niños, Niñas y Adolescentes por parte de grupos de delincuencia organizada, que dirige junto al Ministerio del Interior.
En septiembre de 2025, en medio del paro contra la eliminación del subsidio al diésel, el Mandatario la envió a Otavalo, para que ayude en la estrategia del Ejecutivo para contrarrestar el descontento social por la medida. A pesar de eso, Otavalo y Cotacachi se convirtieron en el epicentro de las manifestaciones y escenario de enfrentamientos entre indígenas y militares.
Y en noviembre, tras la derrota electoral en la consulta popular y referendo, el Presidente reacomodó su gabinete y dejó en manos de Pinto la crisis hospitalaria, encargándole el Ministerio de Salud, por el que pasaron cinco titulares desde que Noboa llegó a Carondelet.
Además, el 2 de diciembre, la Vicepresidenta fue delegada como representante del Ejecutivo al Comité Intersectorial para la Prevención y Reducción de la Desnutrición Infantil, que sí tiene relación directa con sus funciones iniciales.
Pinto frente a la crisis hospitalaria
Es así que ahora la figura de la Vicepresidenta retoma un papel activo en la administración del país. Aunque la designación de Pinto como ministra de Salud provocó sorpresa. La funcionaria fue lanzada al epicentro de una crisis hospitalaria, que el gobierno no ha podido gestionar en dos años.
La rotación promedio de un ministro de Salud ha sido de cinco meses, los constantes escándalos y la crítica situación de las casas de salud los desgastaron rápidamente. Además, el enroque entre funcionarios sugiere una ausencia de perfiles en el oficialismo para ocupar los puestos del gabinete.
Desde el último reacomodo en el Ejecutivo, ni la Vicepresidencia ni el Ministerio de Salud han explicado cómo es que María José Pinto navegará entre ambas instituciones. Lo que se sabe es que lo hará de la mano del exsecretario Jurídico de Carondelet, Stalin Andino.
Aunque esto es inusual en Ecuador, puesto que los vicepresidentes han tenido cargos de coordinación y no de ejecución de política pública, hay otros países en los que es común que los segundos mandatarios asuman un ministerio, como en Colombia.
En este caso, Noboa puso en manos de su Vicepresidenta, una empresaria del sector textil, la tarea de solventar la crítica situación de la salud pública, en la que el abastecimiento en los hospitales del IESS llega apenas llega a un 65%, y en los del Ministerio de Salud a un 45%, con decenas de medicamentos en stock cero y stock crítico.
El ministro anterior, Jimmy Martin, declaró una fallida emergencia, que cerró 10 días después de que dejó el cargo, sin éxito. En los 60 días que duró la medida, el Ministerio de Salud logró comprar solo 55 medicamentos y 20 insumos médicos, de los más de 760 que necesitaba. Por eso la emergencia se extendió por 30 días adicionales.
A esto se suma la falta de especialistas; de alimentos; de equipos; la infraestructura en mal estado; contratos impagos con prestadores de servicios médicos privados y con empresas de seguridad; el cuestionado e incierto contrato con Healthbirth para el agendamiento de citas.
En su primer día como ministra de Salud, Pinto anunció el levantamiento de un "análisis profundo" de la situación de los hospitales, centros de salud y compras de medicinas. Algo que, al parecer, las administraciones anteriores no hicieron o no reportaron al cerrar funciones.
Más de dos semanas después no hay información sobre su hoja de ruta.
PRIMICIAS ha solicitado reiteradamente una entrevista con la Segunda Mandataria desde su posesión en ambos dos cargos; sin embargo, las respuestas desde la entidad han sido esquivas.
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