La violencia afecta hoy más que nunca a los 2,6 millones de habitantes de la ciudad más poblada de Ecuador, la costera Guayaquil, hasta el punto de que ya es "normal" tener vías de escape en caso de que los delincuentes irrumpan y alternativas para evitar "desangrar" el bolsillo por cuenta de los altos costos para poder movilizarse.

Decenas de comercios se han visto obligados a cerrar sus puertas por miedo a la delincuencia, las extorsiones o ataques terroristas de bandas narcodelictivas.

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