Cobro de la tasa de basura en Quito pasará a la planilla de agua potable en 2026, confirma Municipio

El Concejo Metropolitano de Quito aprobó este lunes, 22 de diciembre de 2025, la Ordenanza que establece el cobro de la Tasa de Recolección de Basura (TRB) a través de la planilla de agua potable, además dio paso a la reforma Contribución Especial de Mejoras (CEM).  

La aprobación se dio con 14 votos a favor, luego de que el Gobierno Nacional suspendiera de manera unilateral el cobro de la tasa mediante la planilla eléctrica, una decisión que afectó a 41 municipios del país.

En el caso de Quito, el cobro de la tasa de recolección de basura se realizará a partir de febrero de 2026, correspondiente al consumo de agua del mes de enero.

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Cobro tendrá relación con el consumo de agua

La ordenanza se sustenta en estudios técnicos que evidencian una correlación del 92,49 % entre el consumo de agua y la generación de basura, por lo que el nuevo modelo establece una tarifa basada en el consumo: quien más consume agua, genera más residuos, aseguró el Municipio.

Según las estimaciones municipales, seis de cada 10 usuarios pagarán lo mismo o menos que cuando la tasa se cobraba en la planilla de luz. En total, el 59 % de usuarios se verá beneficiado con un valor igual o inferior al anterior.

El esquema también amplía y ordena su alcance. Se incorporan espacios de uso colectivo, como mercados municipales, casas comunales, estadios y ligas barriales.

También, se establece una hoja de ruta de seis meses para diseñar un modelo específico de cobro para el sector industrial, considerando sus particularidades; y se aclara que los organizadores de eventos públicos deberán pagar la Tasa de Servicio de Aseo en Eventos Públicos u Otros (TOSA).

Reforma a la Contribución Especial de Mejoras

En la misma sesión, el Concejo Metropolitano aprobó la reforma a la Contribución Especial de Mejoras (CEM), un valor que se cobra dentro del Impuesto Predial, conforme a una propuesta del alcalde de Quito, Pabel Muñoz.

La reforma establece que la CEM ya no será asumida únicamente por quienes viven frente a una obra, sino que el costo se distribuirá entre todos los beneficiarios reales. Si una intervención beneficia a dos barrios, el valor se dividirá entre ambos; si el impacto es parroquial, zonal o distrital, el cobro se realizará de manera proporcional en esos niveles.

Con este nuevo esquema, un morador que antes podía pagar alrededor de USD 500 por la rehabilitación de su calle podría llegar a pagar apenas USD 1, al repartirse el costo entre todos los beneficiarios.

La normativa incorpora cuatro niveles de aplicación, local, parroquial, zonal y distrital, y amplía el plazo máximo de pago de 10 a 20 años, lo que permitirá cuotas más bajas y manejables para las familias. La reforma se aplicará únicamente a las obras que se ejecuten a partir de 2026 mediante presupuestos participativos.

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