Pabel Muñoz, el alcalde de Quito cumple dos años de gestión con una revocatoria 'apuntando' a su espalda
A dos años de gestión, el alcalde Pabel Muñoz enfrenta su momento más desafiante: defender su continuidad con la ejecución de obras, sorteando cuestionamientos por gobernabilidad y un proceso de revocatoria que gana fuerza.

Alcalde de Quito, Pabel Muñoz, en su informe semanal llamado Frecuencia Quiteña, el lunes 12 de mayo de 2025.
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Municipio de Quito
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Pabel Muñoz cumple el 14 de mayo de 2025, dos años como alcalde de Quito. Lo hace en medio de un panorama que contrasta: mientras su administración muestra cifras de ejecución presupuestaria, obras y avances en movilidad, también enfrenta duras críticas sobre planificación y liderazgo, además de un proceso de revocatoria de mandato impulsado por sectores ciudadanos que cuestionan su gestión.
Muñoz, figura de vieja data del movimiento Revolución Ciudadana, llegó a la Alcaldía de Quito cuando esta atravesaba una profunda crisis institucional heredada de las administraciones de Jorge Yunda y Santiago Guarderas.
Según cifras del Municipio de Quito, se ha ejecutado el 63% del plan de trabajo, con una inversión superior a USD 1.300 millones. La administración destaca obras en infraestructura, movilidad y servicios básicos. Entre los hitos más promocionados están la puesta en marcha del Metro de Quito y la adquisición de nuevos trolebuses eléctricos.
El concejal Emilio Uzcátegui enfatiza una mayor estabilidad política y una mejor ejecución presupuestaria, que pasó del 75% en 2023 al 82,29% en 2024.
“Tenemos un Municipio más eficiente, se entrega al menos una obra diaria y se repavimenta al doble de ritmo que en administraciones anteriores”
Emilio Uzcátegui, concejal de Quito
Sin embargo, incluso desde el mismo Concejo Metropolitano se reconoce que hay retos no superados, como la necesidad de refrescar el equipo del Ejecutivo y mejorar la planificación de las obras.
Críticas: gobernabilidad frágil y planificación débil
Pese a los avances, varios actores han expresado preocupaciones profundas sobre la gestión de Muñoz. Una de las principales críticas es la falta de planificación territorial en la ejecución de obras y servicios.
Analía Ledesma, concejala de Quito, advierte que muchas de las obras ejecutadas carecen de enfoque territorial y "se perciben más como estrategias de propaganda".
Además, cuestiona la falta de integración tarifaria en el sistema de transporte y la débil articulación entre las administraciones zonales y las empresas metropolitanas.
El subdirector de Fundación Ciudadanía y Desarrollo, Marcelo Espinel, señala que la actual administración tuvo que lidiar con un contexto político adverso y no ha logrado generar resultados emblemáticos.
Obras como la concesión de la tercera etapa de la Ruta Viva, mejoras en la Simón Bolívar y el fortalecimiento del transporte público siguen pendientes. Espinel también advierte que la creciente inseguridad requiere una respuesta más activa del Municipio, aunque no sea competencia directa.
El proceso de revocatoria que enfrenta el alcalde también se alimenta de estos cuestionamientos.
La revocatoria: un proceso en marcha
El promotor de la revocatoria, Néstor Marroquín, asegura que ya se han recolectado cerca de 45.000 firmas, con el objetivo de entregar las necesarias (206.000 firmas) antes del 5 de octubre de 2025.
La causal registrada es el presunto incumplimiento de funciones por proselitismo político en 2023, mientras que la razón principal que moviliza a sus quienes la impulsan es lo que califican como un "deterioro" de la gestión municipal.
“El descontento es evidente: falta de capacidad de administración, obras mal hechas y contratos cuestionables”
Néstor Marroquín, promotor de proceso de revocatoria del alcalde de Quito
Gobernabilidad en juego
La posibilidad de una revocatoria genera preocupación incluso entre quienes critican la gestión. Para Espinel, el proceso podría volver a sumir a Quito en una inestabilidad institucional similar a la vivida años recientes.
“Cambiar de Alcalde ahora, a mitad del camino, solo generaría una administración interina sin margen para corregir el rumbo”
Marcelo Espinel, subdirector de Fundación Ciudadanía y Desarrollo
En este contexto, algunos concejales, como Uzcátegui y Ledesma, coinciden en que sería oportuno un cambio en las figuras clave del Ejecutivo para oxigenar la gestión. Además, llaman a fortalecer la transparencia, el diálogo con la ciudadanía y la rendición de cuentas.
La sentencia del TCE: un revés político
Uno de los episodios más controvertidos de este segundo año de gestión fue la sentencia del Tribunal Contencioso Electoral (TCE), que sancionó al alcalde por una infracción electoral grave.
Aunque Muñoz aceptó la sanción y evitó una mayor escalada, este hecho alimentó el discurso de quienes promueven su revocatoria y abrió una línea de crítica sobre el uso de la función pública con fines políticos.
Con la mitad del periodo cumplido, Muñoz enfrenta un punto de inflexión. Deberá intentar crecer en cifras positivas, corregir las falencias señaladas y, sobre todo, reconstruir la confianza ciudadana.
Mientras tanto, la revocatoria avanza y pone a prueba su capacidad política, no solo para defender su permanencia, sino para proyectar una segunda mitad de gestión que priorice resultados sobre los discursos.
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