Quito cumple 491 años con una economía en ascenso y un Metro que pone a prueba su modelo de ciudad
La capital ecuatoriana concentra el 35% de las ventas nacionales y lidera la transformación urbana con proyectos como el Metro, mientras celebra sus 491 años de fundación española con una población de 2,68 millones de habitantes y un tejido empresarial cada vez más diversificado.
Un tren del Metro de Quito llega a la estación mientras un grupo de pasajeros espera en el andén.
- Foto
Marco Andrés Palacios / World Bank
Autor:
Actualizada:
Compartir:
Este 6 de diciembre, mientras Quito celebra sus 491 años de fundación española, la capital ecuatoriana tiene motivos adicionales para el festejo más allá de la tradición y la cultura. Con una población de 2’679.722 habitantes, Quito se ha posicionado como un importante centro económico del Ecuador, representando no solo el corazón administrativo y político del país, sino también un epicentro relevante de actividad comercial y productiva.
Los datos del Servicio de Rentas Internas revelan que, hasta septiembre de 2025, Quito ha generado ingresos por ventas superiores a los USD 55.770 millones, manteniendo su posición como una de las principales ciudades económicas de la nación. En estas fiestas quiteñas, la ciudad puede observar su dinamismo empresarial, aunque también debe reflexionar sobre los desafíos en movilidad urbana que ha intentado abordar mediante proyectos como el Metro de Quito, cuya implementación ha generado debates sobre política pública, sostenibilidad y desarrollo urbano.
Tejido empresarial quiteño
La estructura empresarial de Quito refleja una notable concentración económica en el contexto nacional. Según los registros del Servicio de Rentas Internas (SRI), el cantón Quito generó hasta septiembre de 2025 ingresos por ventas de USD 55.770 millones, representando aproximadamente el 35% del total de ventas (Gráfico 1).
Esta cifra supera en USD 14.465 millones a Guayaquil, su más cercano competidor, mostrando la diferencia entre ambas urbes en términos de actividad económica registrada.
El tejido empresarial quiteño se caracteriza por su diversificación y complejidad. La capital alberga desde pequeños emprendimientos familiares hasta grandes corporaciones multinacionales, pasando por una importante clase media empresarial que dinamiza diversos sectores económicos.
La presencia de instituciones financieras, sedes de empresas transnacionales, centros de investigación y universidades de prestigio ha convertido a Quito en un polo de atracción para profesionales calificados y empresas de alto valor agregado.
Estructura económica: diversificación y concentración sectorial
El análisis de la estructura económica de Quito revela una interesante combinación entre sectores tradicionales y actividades de alta especialización. Según los datos del SRI para 2025, las cinco actividades económicas principales que generan mayores ingresos en la capital son: comercio al por mayor y menor con reparación de vehículos (USD 25.258 millones), industrias manufactureras (USD 7.214 millones), actividades financieras y de seguros (USD 3.029 millones), actividades profesionales, científicas y técnicas (USD 3.026 millones), y transporte y almacenamiento (USD 2.776 millones) (Gráfico 2).
Esta distribución sectorial muestra que el comercio sigue siendo el pilar fundamental de la economía quiteña, representando casi el 45% de los ingresos totales de los cinco principales sectores. La presencia significativa de industrias manufactureras demuestra que Quito mantiene una base productiva relevante, algo que caracteriza a su perfil económico.
Particularmente notable es el posicionamiento del sector financiero y de seguros en el tercer lugar, con más de USD 3.029 millones en ingresos. Esto refleja el rol de Quito como centro financiero del país, albergando las sedes principales de bancos, cooperativas de ahorro y crédito, compañías de seguros y otras instituciones del sistema financiero nacional.
La supremacía de Quito en el sector financiero se evidencia al analizar los datos a nivel nacional: la capital concentra USD 3.029 millones en actividades financieras y de seguros, más del doble que Guayaquil, que registra USD 1.414 millones (Gráfico 3).
Esta diferencia de USD 1.615 millones subraya la posición dominante de Quito como hub financiero del Ecuador. La brecha se amplía aún más al observar que Cuenca, la tercera ciudad en este sector, apenas alcanza USD 180 millones, lo que representa solo el 5,9% de lo generado por la capital. Este dato confirma que las decisiones financieras estratégicas del país se concentran mayoritariamente en Quito.
El cuarto lugar lo ocupan las actividades profesionales, científicas y técnicas, con ingresos prácticamente equivalentes al sector financiero (USD 3.026 millones). Este sector incluye servicios legales, contables, de consultoría, arquitectura, ingeniería, investigación científica y publicidad, entre otros. Su prominencia señala la transición de Quito hacia una economía basada en el conocimiento y los servicios especializados.
Finalmente, el sector de transporte y almacenamiento completa el top cinco con USD 2.776. millones, reflejando la importancia estratégica de Quito como nodo logístico.
El Metro de Quito: avances y desafíos de implementación
Pero la movilidad en Quito ha sido históricamente uno de los aspectos que requieren atención para la productividad y calidad de vida en la capital. Según Daniel Ortega, en su artículo académico (2023) “El Metro de Quito ¿Alternativa para la movilidad sostenible de estudiantes universitarios?”, el proyecto ha costado al país cerca de USD 2.009 millones, representando una de las inversiones en infraestructura pública más significativas en la historia del Ecuador.
Ortega determinó, mediante su investigación con estudiantes de la Facultad de Economía de la PUCE, que “la limitada cobertura de la línea Metro de Quito es el principal factor que desalienta su adopción. Tan solo el 7,11% de los estudiantes que utilizarán el transporte público de la ciudad se movilizarán en metro”.
El estudio reveló además que existe una preferencia por el automóvil particular y que los alumnos seguirán utilizando medios de transporte habituales. Mediante un modelo de elección discreta logit binario, Ortega encontró que “si los estudiantes consideran que el Metro ofrece menores tiempos de viaje, hay un aumento de 20,91 y 17,20 puntos porcentuales en la probabilidad de que elijan metro en lugar de automóvil y autobús, respectivamente”. Asimismo, estableció que “si existe una estación de Metro cercana a su domicilio (2km), hay un aumento de 21,42 y 19,13 puntos porcentuales en la probabilidad de que tomen metro en lugar de automóvil y autobús, respectivamente”.
No obstante, es importante contextualizar que el estudio de Ortega fue realizado en 2023. Según los datos más recientes de la Empresa Pública Metropolitana Metro de Quito, a febrero de 2025 se registraba una evolución positiva en el uso del sistema. Según el perfil de usuarios, los estudiantes universitarios representan el 23% de los pasajeros, casi duplicando el 13% registrado en 2024.
El uso diario del Metro alcanzó el 65% en 2025, cinco puntos porcentuales más que en enero de 2024, consolidándose como una alternativa habitual de transporte. Los usuarios ocasionales (una a tres veces por semana) disminuyeron del 28% al 23%, indicando mayor fidelización del servicio.
Por su parte, Pablo Pazmiño, en su investigación “Fallos de implementación de política pública: movilidad sostenible. Caso de estudio Metro de Quito”, realizó un análisis de los aspectos estructurales del proyecto. Pazmiño identificó que “los principales fallos de implementación de esta política pública radican en: información contradictoria, sesgada y de difícil acceso; insuficiencia del marco regulatorio y procedimientos regulativos lentos; subestimaciones de costos; y discrepancias organizativas”.
Según Pazmiño, el proyecto requirió de “cinco alcaldes distintos y un lapso de 129 meses, lo que significa un período superior a diez años, para poder iniciar con las operaciones, cuando estaba inicialmente previsto para cuatro años”. Este prolongado proceso muestra las complejidades de implementar proyectos de gran envergadura en el contexto ecuatoriano, donde la discontinuidad administrativa, los cambios políticos y las limitaciones institucionales representan aspectos a considerar para la ejecución de políticas públicas.
Impacto del Metro en la economía urbana y perspectivas de desarrollo
La puesta en funcionamiento del Metro de Quito, con sus particularidades y desafíos documentados, representa un acontecimiento importante en la historia de la ciudad y tiene implicaciones para su desarrollo económico futuro. El sistema conecta 22 kilómetros desde Quitumbe en el sur hasta El Labrador en el norte, atravesando zonas de alta densidad poblacional y actividad comercial.
El impacto del Metro se observa en la reconfiguración de los patrones de movilidad urbana. Aunque Ortega documentó que el 7,11% de los usuarios de transporte público optarán por el Metro, esta cifra representa aproximadamente 200.000 usuarios diarios según proyecciones municipales, un número que contribuye a la oferta de transporte público en la ciudad.
Las estaciones del Metro han comenzado a generar actividad comercial en sus alrededores. El desarrollo en torno a estaciones como La Magdalena, El Ejido, Universidad Central y Quitumbe ha experimentado cambios, con la apertura de nuevos locales comerciales, oficinas y servicios.
Según Pazmiño, persisten desafíos. La “información contradictoria y de difícil acceso” sobre el proyecto ha generado interrogantes públicos, mientras que las “subestimaciones de costos” han resultado en un presupuesto mayor al inicialmente previsto para el Municipio de Quito y el gobierno nacional.
En sus 491 años de fundación española, que se celebran este 6 de diciembre, Quito se mantiene como un importante motor económico del Ecuador, concentrando el 35% de las ventas nacionales y sosteniendo un tejido empresarial diversificado que abarca desde el comercio tradicional hasta servicios profesionales de alto valor agregado. Con una población de 2,68 millones de habitantes y estructuras económicas cada vez más desarrolladas, la capital enfrenta el reto de mantener su dinamismo económico.
El Metro de Quito, con una inversión superior a USD 2.000 millones, representa una apuesta importante de la ciudad por la movilidad sostenible, aunque investigaciones académicas recientes documentan aspectos de implementación y características que han influido en su capacidad de transformar los patrones de movilidad urbana. Los estudios de Ortega y Pazmiño muestran que, si bien el proyecto constituye un avance en infraestructura, su impacto ha presentado particularidades debido a temas de cobertura, gestión y coordinación institucional.
De cara al futuro, Quito puede capitalizar sus fortalezas como centro financiero, comercial e industrial del país, mientras aborda los aspectos en movilidad, seguridad y coordinación institucional que requieren atención para potenciar su crecimiento.
(*) Economista, analista económica Gestión Digital.
Compartir: