De Ecuador a China: los ecuatorianos que estudian, enseñan y emprenden desde el gigante asiático
Ecuatorianos becados en China contaron a PRIMICIAS que descubrieron un país moderno y globalizado viviendo en ciudades como Shanghái y Wuhu.

Cristhian Chicaiza, estudiante doctoral ecuatoriano, durante una práctica de laboratorio en China.
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Cortesía / CC
Autor:
Mario Alexis González. Desde China
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China ya no es ese país lejano y hermético que muchos imaginan desde América Latina. Al caminar por las amplias avenidas de Shanghái se puede descubrir una ciudad vibrante, plagada de rascacielos futuristas, trenes que flotan sobre rieles magnéticos y restaurantes de comida internacional.
En cada esquina, jóvenes conectados a sus celulares pagan con códigos QR, y los letreros, antes crípticos para los occidentales sin conocimiento del idioma local, hoy se leen también en inglés. Una pequeña muestra de cómo algunas ciudades de China han abierto sus puertas al mundo.
Y esta modernidad no es exclusiva de las grandes ciudades. A casi 500 kilómetros de Shanghái, en la ciudad universitaria de Wuhu, el ritmo es más tranquilo pero también se nota la internacionalización del gigante asiático.
En los centros académicos locales, estudiantes de varias nacionalidades se cruzan en los pasillos del campus, asisten a clases impartidas en inglés y comparten dormitorios con compañeros de Asia, África y América Latina, entre los que están varios ecuatorianos.
Para ellos, estudiar en China no solo implica aprender un nuevo idioma, sino también derribar prejuicios. Los ecuatorianos se sorprenden al encontrar una sociedad automatizada, con servicios públicos eficientes, bicicletas eléctricas que se desbloquean con una app y plataformas digitales que integran desde servicios bancarios hasta comida a domicilio.
PRIMICIAS recorrió, en las semanas finales de abril de 2025, Shanghái y Wuhu para conocer más de China. Conversamos con ecuatorianos que residen en estas localidades y que han encontrado ahí un destino clave para obtener una educación de primer nivel.

Un viaje desde Napo a China
Cristhian Chicaiza, originario de Archidona, en Napo, es ingeniero en biotecnología ambiental graduado en la Universidad Politécnica de Chimborazo. Cuando todavía era estudiante universitario, su interés por los temas ambientales lo llevó a participar en un modelo de Naciones Unidas organizado por la Universidad San Francisco de Quito.
En ese foro académico, Cristhian representó a China en debates sobre cambio climático. Esta experiencia despertó su curiosidad por el país asiático y lo motivó a buscar oportunidades académicas para viajar y conocer sobre su cultura a fondo.
Tras una experiencia laboral en docencia y laboratorios, Chicaiza postuló a varias becas internacionales. Su hermano, quien había estudiado en Portugal, lo inspiró a buscar estudios en el extranjero. Finalmente, fue aceptado en una maestría en ingeniería ambiental en la ciudad de Tianjin, China, a donde llegó en 2017. Allí vivió dos años y medio.
Al llegar a China, uno de los principales desafíos para Cristhian Chicaiza fue el idioma. Sin conocimientos previos de mandarín, y con la ventaja de que las clases de su maestría eran en inglés, tuvo que adaptarse rápidamente, apoyándose en la comunidad latina y en el uso de la tecnología.
El sistema educativo chino también presentó retos para él. A diferencia de Ecuador, donde una tesis puede ser suficiente para graduarse, en China se requiere la publicación de un artículo en una revista de alto impacto.
Mientras cursaba la maestría, el amazónico accedió a un programa de pasantías con una empresa alemana en Shanghái en el área de eficiencia energética y cálculo de huello de carbono, a través de un programa de cooperación entre China y Estados Unidos.
Al finalizar su posgrado, Cristhian regresó a Ecuador y se vinculó a la Universidad Estatal Amazónica y a la Universidad Regional Amazónica Ikiam. En la segunda, actualmente, es profesor de posgrado e investigador asociado.
Ha logrado mantener su posición desde China, a donde volvió para cursar un PhD en ingeniería y ciencias ambientales. Actualmente, vive en Shanghái y está trabajando para generar un puente entre universidades ecuatorianas y chinas.
Cristhian es el presidente de la Red Internacional de Cooperación entre Universidades de Ecuador y China (Redicec), que es una plataforma de colaboración científica para fomentar el intercambio de conocimientos y la investigación conjunta entre ambos paises. Esta instancia fue avalada por la Secretaría de Educación Superior (Senescyt), hace seis meses.
"No descarto ninguna oportunidad y mi interés es volver pronto a Ecuador, pero ahora veo que puedo aportar más desde China".

Una red para facilitar el intercambio educativo
Andrea Vaca Lucero, ingeniera agropecuaria ecuatoriana, emprendió su primer viaje a China en 2009 para cursar una maestría en Ciencias de la Gestión y Desarrollo Rural y Agrícola. Recuerda que, en ese entonces, China comenzaba a abrirse al mundo y que ella fue testigo de esa transformación. 15 años después, regresó al país asiático, sorprendida por su continuo crecimiento y modernización.
Su decisión de estudiar en China surgió de manera inesperada. "Siento que China me llamó a mí", cuenta Andrea. Mientras buscaba oportunidades en América del Norte, una recesión económica le cerró las puertas. Caminando por el norte de Quito, se topó con la Embajada de la República Popular China.
Al ingresar, le informaron que las aplicaciones para becas estaban abiertas y que tenía cuatro días para presentar sus documentos. Con determinación, reunió los requisitos y obtuvo su primera beca para estudiar en China.
En contra de lo que ella pensaba, Andrea encontró una comunidad ecuatoriana en la ciudad de Wuhan. Más de 20 compatriotas compartían su experiencia académica y, muchos de ellos, decidieron establecerse en China, formando familias y emprendiendo negocios.
Después de completar su maestría, Andrea regresó a Ecuador en 2013 y permaneció aquí hasta 2022. Sin embargo, siempre tuvo la intención de volver a China, especialmente para brindar a su hijo una educación y experiencias internacionales. En 2022, regresó con su familia, convencida de que las herramientas culturales y lingüísticas que ofrece China serían una valiosa herencia para su hijo.
En este segundo periplo, la adaptación de su hijo —que hoy tiene siete años— al sistema educativo chino ha sido un desafío. Aprender caracteres y comprender el riguroso sistema educativo ha requerido esfuerzo tanto de él como de sus padres.
Actualmente, además de cursar su PhD, Andrea se dedica a fortalecer los lazos entre Ecuador y China, promoviendo oportunidades educativas y culturales para otros ecuatorianos. Creó la plataforma Becas para ti, que ayuda a jóvenes ecuatorianos a encontrar y postular a becas en prestigiosas universidades del gigante asiático.
En este momento, el emprendimiento de Vaca ha logrado que 45 estudiantes ecuatorianos estén estudiando en China y espera que un número similar se una en el próximo semestre.

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