Los incendios forestales en Ecuador dejan seis personas fallecidas y más de 44.000 animales muertos en 2024

Los devastadores incendios forestales que han asolado bosques y cultivos en Ecuador en 2024 han provocado muertes en provincias que han permanecido lejos del foco mediático, como Santa Elena y El Oro (con un fallecido cada una), esta última la cuarta más afectada en cobertura vegetal quemada.

Noviembre ha sido el más devastador, pues más de un tercio de todas las hectáreas se consumieron este mes. Y de hecho, las víctimas mortales por los flagelos comenzaron a registrarse en el último tramo del año. 

Ecuador sumó hasta el 25 de noviembre seis personas fallecidas, 46 heridos y 251 damnificados a causa de los múltiples siniestros forestales que han alcanzado a 22 provincias y que han devastado un número récord de cobertura vegetal.

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La primera persona fallecida se reportó a finales de septiembre. Una mujer de 73 años y oriunda de Arajuno (Pastaza) provocó una quema para preparar la tierra en su parcela y terminó atrapada por las llamas. En Pichincha se reportó otra víctima mortal y en Cotopaxi, otras dos.

Mientras, la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos contabiliza en lo que va del año la muerte de 44.818 animales y casi 5.000 afectados, debido a la acción del fuego.

Andrea Hermenejildo, subsecretaria Nacional de Riesgos, señaló que en las provincias más críticas (Loja, Azuay y Pichincha) una suma de condiciones naturales respecto a topografía, relieve, humedad y vientos mitigan la posibilidad de incendios forestales originados de forma natural.

A pesar de la alta radiación solar y de la sequía por la que atraviesa el país -que contribuyen con la disponibilidad de vegetación seca inflamable, por las reducidas lluvias- la funcionaria dijo que la mayor parte de los flagelos es “motivada o ocasionada”. Y apunta -sobre todo- a quemas agrícolas que se salen de control.

Municipios, llamados a supervisar quemas

La subsecretaria aseguró que en cuanto a las quemas prescritas o controladas -un ciclo que incluye cosecha, incineración y cultivo en el sector agrícola -, Riesgos trabaja en una estrategia con los municipios para que exista un seguimiento, aprobación previa o acompañamiento de los bomberos.

La Ley Orgánica para la Gestión Integral del Riesgo de Desastres de enero de 2024 y su reglamento, expedido en septiembre pasado, les otorga a los Gobiernos Autónomos Descentralizados (GADS) la competencia de intervenir en todas las fases de gestión, recuerda Hermenejildo.

Esto incluye -dijo- invertir en planificación y prevención de incendios forestales en coordinación con el Ministerio del Ambiente y la Secretaría de Riesgos, con lo que la responsabilidad de actuar en la mitigación, el combate de flagelos y la recuperación postevento es conjunta.

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Los incendios forestales han devastado más de 79.000 hectáreas de cobertura vegetal, más del doble de lo quemado por estas mismas fechas en 2023. En lo que va del año se acercan a los 5.500 flagelos, la cifra más alta en los registros de los últimos 14 años.

Incendios en reservas naturales y áreas escarpadas

Hasta la mañana de este martes 26 de noviembre de 2024, ocho incendios forestales seguían activos en el país, en provincias como Bolívar, Chimborazo y Cotopaxi.

Los de mayor impacto persisten en Cuenca (Azuay) en sectores como Arquillo (Molleturo), San José (Cumbe): y en San Antonio del Alto-Tigranaloma (Chaucha), donde se han consumido 2.600 hectáreas.

El prefecto de Azuay, Juan Cristóbal Lloret, señaló que solo en lo que va del mes se han registrado 37 incendios en la provincia.

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Entre los más grandes están los de Chaucha y Molleturo, en “zonas de difícil acceso y de pendientes muy pronunciadas, sobre los 3.000 metros de altura”, cuya extinción depende más de helicópteros.

“A estos sitios de alta montaña solo puede acceder personal especializado, por eso ha sido muy difícil poder controlar el fuego. Hemos recibido el apoyo de los cuerpos de bomberos de Quito y Guayaquil, de este último con drones para establecer puntos calientes y mapas de calor”, explicó el prefecto.

Mientras, en San Pedro de Vilcabamba, en la provincia de Loja, los bomberos aún luchan por sofocar completamente focos de incendio que persisten por 17 días y que han devastado casi 3.800 hectáreas de cobertura vegetal.

En la reserva del bosque Cerro Toronche, las llamas formaron verdaderos “tornados de fuego” según describen los guardaparques, con la capacidad de saltarse incluso cuerpos de agua.

Los incendios dejaron a su paso bosques calcinados y cadáveres de osos perezosos, venados e incluso de tigrillos. Voluntarios hacen recorridos para atender o ayudar a la poca fauna sobreviviente.