Del lomo del caballo en Perú al Vaticano: el pasado misionero del papa León XIV en Piura
Fray Wilson Posligua, rector de la Unidad Educativa San Agustín, recuerda la humildad y entrega pastoral del nuevo pontífice, quien recorrió comunidades rurales montado a caballo para llegar a celebrar misa.

Robert Prevost, ahora papa León XIV, montado a caballo para realizar sus tareas misioneras en Perú.
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Es viernes 9 de mayo y el ambiente en la Unidad Educativa San Agustín, en el centro de Guayaquil, es de regocijo y esperanza, luego de que un hermano agustino, Robert Prevost, llegara a convertirse en el nuevo jerarca de la Iglesia Católica
Durante un evento por el Día de la Madre, el padre Wilson Posligua, rector del centro de estudios, compartió con emoción un recuerdo del ahora papa León XIV.
“En el servicio a la misión nos ajustamos a la realidad que hay. Al papa le prestaron un caballo para dirigirse de un lugar a otro, no había más, se subió, lo usó y se fue a celebrar la misa”, contó
El ahora papa León XIV —entonces Robert Prevost— fue misionero en la sierra norte de Perú. Tras ordenarse sacerdote en 1982, con 28 años, fue enviado a su primer destino pastoral: la diócesis de Chulucanas, en Piura, donde sirvió entre 1985 y 1986.
“Esto era lo más común y natural: subirnos a un caballo para llegar a las comunidades más alejadas de la ciudad. En Cajabamba, él se trasladaba así para celebrar la Santa Misa y acompañar a las familias campesinas”.
Padre Wilson Posligua, rector de la Unidad Educativa San Agustín.
Las imágenes de Prevost montado a caballo han dado la vuelta al mundo en los últimos días, pero quienes lo conocieron en su etapa misionera saben que no fue un gesto simbólico, sino parte de su día a día. “Estas fotos trascienden porque quien estuvo sentado en ese caballo hoy es León XIV, el papa”, dijo el religioso ecuatoriano.

Un Jeep viejo y una anécdota que hoy es reliquia
El nuevo pontífice también pasó por Ecuador como prior general de la Orden de San Agustín. En una visita a Chone, Manabí, vivió otra experiencia que hoy adquiere nuevo valor:
“El padre Carlos Julio Urvina, hoy superior provincial de los agustinos en Ecuador, le dijo: ‘Padre, hay este Jeep, que es lo único que tenemos y está viejo, con huecos en las latas, disculpe’. Y él respondió: ‘No te preocupes, vamos a la misa’”.
Ese vehículo, que hasta hace poco estaba por venderse, ahora se considera un símbolo. “Estoy pensando que no se debe vender, es una reliquia que tenemos en la orden: el Jeep que usó el padre Robert Prevost, hoy el papa León XIV”, concluye Posligua.
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