Un niño es el primer caso de la variante K de influenza A (H3N2) en Ecuador. ¿Cuándo podrá vacunarse toda la población?
El Ministerio de Salud asegura que no existe evidencia de que la variante K de influenza A (H3N2) sea más letal o cause mayor hospitalización. El gobierno analiza la posiblidad de adelantar la segunda fase de vacunación para toda la población.

Campaña de vacunación contra la influenza en el centro de salud de Sauces 3, ciudad de Guayaquil, 6 de mayo de 2025.
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La espera terminó y la confirmación llegó desde el sur del país: el Ministerio de Salud Pública oficializó, el fin de semana, la detección del primer caso de la variante K (subclado J.2.4.1) de la influenza A(H3N2) en Ecuador. Se trata de un niño residente en el Austro ecuatoriano cuyo diagnóstico fue ratificado mediante vigilancia genómica por el Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública (INSPI).
Aunque el paciente se encuentra estable y ninguno de sus familiares o contactos cercanos, que fueron incluidos en el cerco epidemiológico, ha reportado síntomas, la llegada de esta variante reabre el debate sobre la capacidad de respuesta del país.
Mientras la autoridad sanitaria llama a la calma asegurando que "no es una súper gripe", la comunidad científica y la realidad hospitalaria pintan un escenario que exige cautela.
"Más transmisible, pero no más grave"
En entrevista con PRIMICIAS, Andrés Carrasco, subsecretario de Vigilancia del MSP, enfatizó que, aunque esta variante genética ha demostrado mayor capacidad para contagiar y desplazar a otras cepas, no existe evidencia de que sea más letal o cause mayor hospitalización.
"Queremos transmitir un mensaje de calma (...) no se ha demostrado que este subclado K tenga una relación directa con una mayor gravedad".
Andrés Carrasco.
Según el MSP, en Ecuador circulan actualmente 198 casos de influenza H3N2 tradicional, y por ahora, solo uno confirmado de la variante K.
Ante este panorama, el Gobierno ha descartado retomar medidas restrictivas como aforos limitados o confinamientos, apostando únicamente por el uso obligatorio de mascarillas en establecimientos de salud y la recomendación de autocuidado.
Esteban Ortiz, médico investigador de la UDLA, explica el fenómeno con una analogía clara: la variante K es el mismo virus de siempre, pero con un "disfraz" que confunde al sistema inmune.
"El nuevo subclado K viene disfrazado con una peluca de color rojo, mientras que las cepas anteriores venían con una de color negro. Las vacunas disponibles estaban diseñadas para el pelo negro", detalla Ortiz.
Este fenómeno, conocido como deriva antigénica, permite al virus evadir parcialmente la inmunidad previa, lo que explica su rápida expansión en Europa y su alta contagiosidad.
Ortiz advierte que, aunque no aumente la mortalidad, el incremento de casos puede complicar a la población vulnerable, especialmente porque el país suele recibir las vacunas con meses de retraso respecto a la circulación del virus en el hemisferio norte.
Vacunación: ¿Se abrirá para todos?
El escudo principal sigue siendo la vacuna. El funcionario del MSP confirma que la dosis actual incluye protección contra el subtipo H3N2 y su variante. Actualmente, la campaña prioriza a grupos vulnerables (niños menores de 5 años, adultos mayores, embarazadas y personas con enfermedades crónicas), alcanzando ya a más de 700.000 personas.
Sin embargo, ante la llegada de la variante, el subsecretario Carrasco adelantó: "Estamos analizando adelantar la segunda fase. (...) Esta segunda fase va a llegar, donde todas y todos los ecuatorianos puedan acceder a la vacunación de manera libre y gratuita", posiblemente será en enero o febrero.
Un sistema de salud en "cuidados intensivos"
La llegada de esta variante altamente contagiosa ocurre en el peor momento posible para la red pública de salud. El sistema sanitario atraviesa una crisis estructural con hospitales que reportan stock cero en medicamentos vitales como insulina, antibióticos (amoxicilina) y fármacos oncológicos.
El epidemiólogo Marcelo Aguilar ya había advertido que Ecuador "no está listo" para una nueva ola viral debido al desabastecimiento y la falta de personal.
La preocupación radica en que, si bien la variante K podría no ser letal por sí misma, una congestión de pacientes con complicaciones respiratorias en hospitales sin insumos básicos podría derivar en una crisis mayor.
Los expertos coinciden en que la prevención es vital. Los síntomas de esta variante no difieren de la gripe estacional: fiebre alta, tos seca, dolor de garganta y cuerpo, y en ocasiones problemas digestivos como diarrea y vómito.
Las recomendaciones clave son:
- Vacunación inmediata para grupos de riesgo.
- Uso de mascarilla ante cualquier síntoma respiratorio.
- Lavado de manos y ventilación de espacios.
Ecuador ya tiene al virus en casa. La batalla ahora dependerá de la velocidad de la vacunación y de la resistencia de un sistema de salud que lucha por no colapsar ante la falta de recursos.
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