Alejandro Solano, paciente renal, ha pagado "hasta USD 55 por un frasco" de insulina en Guayaquil
Pacientes diabéticos y con enfermedades renales realizaron un plantón en el centro Guayaquil para demandar la entrega de insulina en hospitales públicos. Ante la falta del medicamento, contaron que se unen en grupos para comprarlo y compartir las dosis.

Plantón de pacientes renales y diabéticos que reclaman por la falta de insulina en Guayaquil, el 28 de noviembre de 2025.
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Redacción Primicias
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En medio de la disputa por la importación de insulina entre el Municipio de Guayaquil y el Sercop, un grupo de pacientes diabéticos y con enfermedades renales se concentró este 28 de noviembre frente a la Caja del Seguro en el centro de la ciudad, para denunciar las dificultades que atraviesan por la falta de este fármaco y otros insumos clave para sus tratamientos.
Las organizaciones Luchando por la Vida y Fundación Diabetes Juvenil del Ecuador encabezaron la convocatoria de este viernes, y hasta donde llegó Alejandro Solano, de 49 años.
Solano padece enfermedad renal crónica y relata que ha pagados "hasta USD 55 por un frasco de insulina", que normalmente cuesta entre USD 15 y USD 18 en farmacias de Guayaquil.
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“Con ayuda de amigos y familiares la consigo, pero es doloroso ver la situación del país”, dijo Solano, quien explicó que la insulina es parte del tratamiento que evita daños adicionales a órganos ya comprometidos.
La insulina como fármaco es una hormona inyectable que reemplaza o complementa a la insulina que el cuerpo no produce en personas con diabetes u otras enfermedades asociadas.
“Si no nos inyectamos, el azúcar se eleva y podemos caer en coma diabético en cualquier momento”.
Alejandro Solano, paciente renal de Guayaquil
Solano también contó que, ante la escasez, muchos pacientes recurren a redes de apoyo para comprar el fármaco, y luego se prestan o se reparten insulina cuando alguno se queda sin dosis.

En la noche del 27 de noviembre de 2025, el Sercop indicó que sí había suficiente stock de insulina en farmacéuticas locales, y por ello, ha pedido al Municipio de Guayaquil que compre el fármaco de proveedores locales, en lugar de importarlo desde el extranjero.
La importación de insulina es parte de la docena de contratos suspendidos temporalmente por el Sercop a la Alcaldía de Guayaquil en días pasados, y que según argumenta el Servicio de Contratación Pública, la medida ocurre por irregularidades técnicas.
Denuncian escasez de insulina desde 2023
Durante el plantón, la representante de la Fundación Diabetes Juvenil en Guayaquil, Sandra Moya, indicó que la escasez de insulina en la ciudad se arrastra supuestamente desde 2023 y que las insulinas análogas (Humalog, Novorapid, Apidra) “no se encuentran ni en farmacias ni en el sistema público”.
Señaló que la ausencia del tratamiento con insulina compromete órganos como el corazón, riñones, hígado y vista, y que obliga a muchos pacientes a recurrir a alternativas no ideales.
Según la fundación, una persona con diabetes tipo 1 debe invertir cerca de USD 300 mensuales entre insulina, insumos y controles.
Por su parte, Wilmer Basurto, representante del colectivo Luchando por la Vida, explicó que la situación se ha vuelto insostenible. “La escasez de insumos médicos a nivel nacional está en código rojo”, señaló.
Dijo que para una persona que necesita insulina, el día a día “es un vía crucis”: control permanente de glucosa, inyecciones diarias y la incertidumbre de no encontrar el medicamento.
“La insulina es la vida. Si no hay insulina, el azúcar se sube, puede venir un paro respiratorio. Te mueres”.
Wilmer Basurto, colectivo Luchando por la Vida
A esta problemática de escasez de insumos y fármacos, una queja recurrente entre pacientes de hospitales públicos de Ecuador, el ciudadano Alejandro Solano detalló también enfrentan el supuesto cierre de clínicas de diálisis o centros que ya no atienden por falta de pagos por parte del Estado.
Portando carteles y mostrando lesiones en sus cuerpos, los colectivos exigieron al Ministerio de Salud y al IESS que se garantice el abastecimiento de insulina en Guayaquil, y la continuidad de los tratamientos especializados.
“La vida no es un privilegio, es un derecho”, dijo Moya de la fundación que agrupa a pacientes jóvenes con diabetes.
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