"Corremos un gran peligro": pacientes con hemofilia protestan en Quito para evitar cambios en sus tratamientos
En Ecuador hay alrededor de 900 pacientes con hemofilia. Un grupo realizó un plantón en Quito para evitar un posible cambio en las medicinas que forman parte de su tratamiento.

Pacientes con hemofilia realizan un plantón en Quito, el 19 de noviembre de 2025.
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Redacción Primicias
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Jorge Sánchez tiene 47 años y ha luchado toda su vida contra la hemofilia, enfermedad que le fue diagnosticada cuando cumplió un año. Sentado en una silla de ruedas en las afueras de la plataforma gubernamental, en el norte de Quito, explica que esta enfermedad hereditaria evita que la sangre coagule adecuadamente debido a la falta de proteínas de coagulación. En su caso, la denominada factor 8.
Al no producir esta proteína, los pacientes sufren constantes hemorragias internas que dañan las articulaciones, generalmente, de las piernas y brazos.
"Por ser una enfermedad hereditaria, los síntomas y problemas aparecen de inmediato", dice. Y recuerda que el rápido avance de la hemofilia le provocó una discapacidad total en sus piernas que lo obligó a utilizar muletas y, luego, silla de ruedas cuando cumplió 16 años.

Este guayaquileño llegó a la capital la mañana del 19 de noviembre de 2025, junto a su primo y cuatro sobrinos que también padecen la enfermedad. El motivo: participar en un plantón, pues temen que el Ministerio de Salud reemplace los medicamentos de origen humano por otros de origen animal.
Plantón contra el Sercop
La vicepresidenta de la Federación Hemofílica Ecuatoriana, Carmen Freire, explica que están "preocupados porque el Estado pretende alternar los medicamentos. No queremos recibir moléculas de origen animal cuando la ciencia dice que lo ideal es que recibamos de origen humano".
Este cambio, dice, podría provocar que los pacientes desarrollen "inhibidores", es decir, anticuerpos contra el tratamiento.

"Antes de cambiar una molécula es necesario que los pacientes se sometan a exámenes, pero en el Ministerio de Salud no funcionan los pocos laboratorios que hay", se queja Freire.
Y cuenta que convocaron al plantón porque "recibimos una alerta de que el Servicio de Contratación Pública (Sercop) ha catalogado un medicamento de origen animal y estamos aquí para hacerles conocer que tenemos una acción de protección que nos garantiza la entrega del medicamento de origen humano", dice.
Junto a ella estuvo Cristóbal Vallejo, primo de Jorge Sánchez. Fue diagnosticado con hemofilia cuando cumplió seis meses de edad. "Gracias a mis padres, he podido controlar la enfermedad, aunque la pérdida de la movilidad en los brazos avanza por mi edad":
Asegura que los medicamentos certificados por organismos internacionales son clave para que los pacientes con hemofilia tengan una mejor calidad de vida. "Si nos entregan medicamentos sin permisos sanitarios o estudios, corremos un gran peligro", advierte.
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