Más de 230 pacientes renales en Quito y Santo Domingo denuncian no recibir diálisis por falta de pagos del IESS
Algunas clínicas suspendieron la atención por deudas acumuladas de más de seis meses. El IESS asegura que los pacientes deben seguir recibiendo atención.

Imagen de un paciente renal recibiendo diálisis, julio de 2024.
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Más de 230 pacientes renales, derivados por el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), fueron notificados en las últimas horas de que ya no recibirán sus tratamientos de diálisis en dos clínicas de Quito y Santo Domingo de los Tsáchilas. La causa: las deudas que el IESS mantiene con estos centros desde hace más de seis meses.
Gabriela Álvaro, vocera de los pacientes renales, explicó que en Santo Domingo 108 afiliados del Seguro Social Campesino quedaron sin atención, mientras que en Quito 126 personas del sur de la ciudad recibieron la misma notificación.
Según Álvaro, los dueños de las clínicas solicitaron en reiteradas ocasiones reuniones con autoridades del IESS para encontrar una solución, pero no obtuvieron respuesta.
“En Quito, los directivos del IESS dijeron que los pacientes tendrían que trasladarse a Latacunga, sin considerar si son personas de la tercera edad o de escasos recursos”, relató Álvaro. La vocera calificó la decisión como “inhumana”, ya que muchos pacientes sobreviven con ingresos mínimos y apenas pueden costear su transporte diario a las sesiones.
El problema de fondo, según la vocera, es que el IESS exige a las clínicas mantener los servicios completos (medicamentos, exámenes y diálisis sin interrupciones) pero no cancela los valores correspondientes, que bordean los USD 1.456 por paciente al mes. Ante una denuncia de incumplimiento por falta de insumos en diciembre, el IESS habría resuelto terminar el contrato con una de las clínicas de Quito.
Consultado por PRIMICIAS, el departamento de comunicación del IESS respondió que está “coordinando un vocero o comunicado sobre el tema”, pero puntualizó que “por norma legal las dializadoras deben seguir atendiendo a los pacientes”. No obstante, los centros aseguran que ya no cuentan con recursos para continuar.
Mientras tanto, los afectados se encuentran en incertidumbre. Algunos han buscado cupos en otras clínicas de Quito sin éxito, y temen que la suspensión de sus tratamientos ponga en riesgo su vida.
La situación también podría extenderse a pacientes del Ministerio de Salud Pública si no se encuentra una solución urgente, según explicó la representante de los pacientes renales.
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