‘Tragabalas’ y ‘Peña’, los sicarios adolescentes que sembraron terror en la vía entre Naranjal y Machala
Dos adolescentes de 15 y 17 años, conocidos como ‘Tragabalas’ y ‘Peña’, fueron detenidos en Naranjal tras el asesinato del médico Juan Pablo T. atacado a tiros mientras viajaba con su familia por la vía Panamericana. Los menores son relacionados con otros homicidios.

Dos adolescentes fueron capturados por la Policía, el 9 de noviembre de 2025, y ahora son señalados por su vinculación en casos de homicidios.
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La madrugada del 9 de noviembre de 2025, la carretera Panamericana, a la altura del recinto Jaime Roldós, en el cantón Naranjal, fue escenario de una emboscada que terminó con la vida del médico Juan Pablo T., de 47 años. Lo acompañaban su esposa, su cuñada y tres menores de edad, en un viaje familiar que había comenzado horas antes en Quito y que debía terminar en Machala.
El reloj marcaba las 02:00 cuando Juan Pablo T. detuvo su furgoneta blanca sobre la vía. Su hija pequeña había pedido una pausa para ir al baño. Era un tramo solitario de la vía, rodeado de fincas bananeras, con apenas el sonido de los motores que cruzaban rumbo a la Costa ecuatoriana.
Apenas el vehículo se detuvo, una lluvia de disparos salió desde los matorrales desde el interior de una de estas fincas. Quienes iban dentro apenas tuvieron tiempo de reaccionar. Juan Pablo T. cayó al suelo, herido de muerte, a pocos metros del carro, mientras su cuñada, Maritza Q., de 30 años, también médica, recibió un impacto de bala en el hombro derecho.
La esposa de la víctima, Yesenia Q., gritó y llamó por ayuda. Los niños lloraban dentro de la furgoneta perforada por las balas.

La captura de dos adolescentes
Minutos después, los primeros agentes de la Policía de Naranjal llegaron alertados por una llamada al ECU-911. A un costado de la vía —sobre una zanja— hallaron el cuerpo de Juan Pablo T., con heridas de bala en la cabeza y los brazos. Dentro del vehículo, su cuñada herida esperaba asistencia y fue trasladada al hospital del IESS de Machala.
En el lugar se levantaron 14 municiones percutidas de calibre 9 milímetros y una bala deformada. La escena mostraba la violencia del ataque: el parabrisas y las puertas del vehículo estaban destrozadas por los proyectiles.
La Fiscalía dispuso el levantamiento del cadáver y el traslado a la morgue de Naranjal. A esa hora, la familia apenas podía comprender lo sucedido. La esposa del médico relató que no hubo ningún incidente, ni persecución previa, solo una parada y luego el estruendo de las balas.
Juan Pablo T. no tenía antecedentes penales. En el registro judicial solo constan denuncias que había presentado como víctima de robos en años anteriores.
Los agentes de la Dinased y del Grupo de Intervención y Apoyo (GIA) comenzaron de inmediato la búsqueda de los atacantes. Recorrieron fincas cercanas, revisaron cámaras de seguridad y entrevistaron a moradores del sector.
Horas más tarde, una pista llevó a los investigadores hasta una vivienda en el mismo recinto Jaime Roldón. Allí encontraron a dos adolescentes escondidos. Se identificaron como José Alejandro Ch. B., de 17 años, alias ''Peña', y José Antonio A. P., de 15, conocido como 'Pájaro Loco' o 'Tragabalas'.
Los dos estaban bajo los efectos de drogas cuando la Policía irrumpió en el domicilio. En el interior hallaron cuatro pistolas, dos revólveres, cargadores, municiones y pasamontañas. La evidencia sugería que no era su primer ataque violento.

La ruta del crimen
Las primeras investigaciones revelaron que estos menores estaban involucrados en otros dos asesinatos recientes en la zona.
El primero, ocurrido el 20 de septiembre de 2025, en el recinto Cien Familias, en Balao. Allí murió José Ítalo L. un vendedor de morocho que fue atacado mientras trabajaba junto a un compañero.
El sobreviviente de aquel ataque relató que los agresores fingieron ser clientes. Al acercarse, uno de ellos sacó un arma y disparó sin mediar palabra. Su amigo murió en el acto. Los atacantes huyeron en dos motocicletas.
El segundo caso se registró el 8 de octubre, también en Jaime Roldós. En una finca fue hallado el cuerpo enterrado de Onofre Z. un hombre con antecedentes penales que había llegado semanas antes desde Huaquillas. Su madre lo reconoció por las prendas que llevaba puestas.

La Dinased presume que los dos adolescentes participaron en esos tres crímenes. Su modo de operar, la zona y las armas encontradas en su poder coinciden con los hechos anteriores.
Además, las autoridades investigan si los menores pertenecían a una estructura criminal que opera en el corredor entre Balao y Naranjal, dedicada a robos, ajustes de cuentas y sicariatos.
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