Logo

Suscríbete a nuestras notificaciones para recibir las últimas noticias y actualizaciones.

Lo Último
Temas:
  • Papa León XIV
  • Daniel Noboa
  • Fiebre amarilla
  • Tosferina
  • Migrantes por el mundo
Martes, 13 de mayo de 2025
  • Home
  • Lo Último
  • Política
    • Elecciones Ecuador 2025
  • Economía
    • Empresas
    • Reputación en Acción
  • Seguridad
    • Sucesos
    • Caso Metástasis
  • Quito
  • Guayaquil
  • Jugada
    • #Eldeportequequeremos
    • Barcelona SC 100 años
    • Eliminatorias Mundial 2026
    • Tabla de posiciones LigaPro 2025
    • Tabla de posiciones Eliminatorias Mundial 2026
    • Tabla de posiciones Copa Libertadores 2025
    • Tabla de posiciones Copa Sudamericana 2025
  • Sociedad
    • Censo Ecuador
  • Trending
    • TV y Streaming
    • Música
    • Gastronomia
    • Cine
    • Cultura
  • Firmas
  • Internacional
  • Revista Gestión
  • NEWSLETTER
  • Juegos
  • Telegram
  • X Twitter
×
  • Telegram
  • X Twitter
  • Lo Último
  • Política
    • Elecciones Ecuador 2025
  • Economia
    • Empresas
    • Reputación en Acción
  • Seguridad
    • Sucesos
    • Caso Metástasis
  • Quito
  • Guayaquil
  • Jugada
    • LigaPro
    • Fútbol
    • La Tri
    • Tabla de posiciones LigaPro 2025
    • Tabla de posiciones Copa Libertadores 2025
    • Tabla de posiciones Copa Sudamericana 2025
    • Más deportes
    • Ciclismo
    • Eliminatorias Mundial 2026
    • #Eldeportequequeremos
    • Juegos Olímpicos 2024
  • Sociedad
    • Censo Ecuador
  • Trending
    • TV y Streaming
    • Música
    • Gastronomia
    • Cine
    • Cultura
  • Ciencia y Tecnología
  • Firmas
  • Internacional
  • Revista Gestión
  • Juegos
Videos
NEWSLETTERS

Una Habitación Propia

Se te acabó lo Plácido, Domingo

Maria Fernanda Ampuero

María Fernanda Ampuero, es una escritora y cronista guayaquileña, ha publicado los libros ‘Lo que aprendí en la peluquería’, ‘Permiso de residencia’ y ‘Pelea de gallos’.

Actualizada:

27 feb 2020 - 19:00

Compartir:

  • X Twitter
  • Telegram
ÚNETE A NUESTO CANAL

{"align":"right"}

{"align":"right"}

{"align":"right"}

Parece que la cosa era vox populi. 

Que todo el mundo sabía que a don Plácido Domingo, uno de los tenores más importantes del mundo, le gustaba sobajear a las cantantes jovencitas. Una de las pocas denunciantes con nombre y apellido, Angela Turner Wilson, relató cómo en la temporada 1999-2000 de la ópera de Washington, Domingo le manoseó los pechos en el camerino mientras se maquillaban. Ella tenía 28 años y él 59. 

thumb
Plácido Domingo, cuando fue ovacionado en el Festival de Salzburgo, tras las primeras denuncias de acoso.EFE

Dicen los gringos que se necesita una aldea para criar a un niño, con esa misma mentalidad se necesita una aldea para destruirlo. En el caso de Plácido Domingo, se necesitó una aldea para solapar, ocultar y silenciar sus tendencias y así desacreditar a cualquier mujer que tuviera siquiera la intención de denunciarlo. 

La aldea de Domingo, esos cientos de ojos que seguro vieron a las chicas avergonzadas, llorosas, iracundas luego de que el español las toqueteara, estaba en los camerinos, en los hoteles, en la prensa, en las disqueras, en las productoras, en los festivales. Ninguno dijo nada. Así era él: coquetón, mujeriego, seductor, medio viejo verde. Y también uno de los mejores tenores del mundo. Unas cosas por otras, ¿no? 

Él tenía su aldea. Ellas estaban solas.   

Qué pendejas, ¿no? ¿Por qué no lo denunciaron antes? Se preguntan los que todavía idolatran al cantante de la voz de oro y los puercos dedos largos. Porque, efectivamente, eran otros tiempos. Tiempos que los acosadores como Plácido Domingo suspiran al recordar. Tiempos en los que una mujer tenía que hacer felaciones y callar, ser manoseada y callar, ser violada y callar. Eran tiempos en los que si una mujer quería trabajar tenía que callar. 

Tiempos, digo, de calladita te ves más bonita.    

Ellos pensaban que jamás se acabarían esos tiempos, qué ingenuos, que nosotras seguiríamos callando para que la ira de los hombres poderosos, como Plácido Domingo, por ejemplo, no nos destruyera la carrera con el aleteo de una mano, como espantando una mosca.

Ellos, Domingo y su aldea, pensaban que nunca llegarían los nuevos tiempos en los que la voz de las mujeres tuviera tal potencia, tal alcance, tal magnitud que llegara a callar la voz de trueno del tenor español. 

Qué estúpidos. 

article.theLast

Esta página web usa cookies

Las cookies de este sitio web se usan para personalizar el contenido y los anuncios, ofrecer funciones de redes sociales y analizar el tráfico. Además, compartimos información sobre el uso que haga del sitio web con nuestros partners de redes sociales, publicidad y análisis web, quienes pueden combinarla con otra información que les haya proporcionado o que haya recopilado a partir del uso que haya hecho de sus servicios. Puede revisar nuestra política de privacidad y tratamiento de datos.

  • Telegram
  • X Twitter
  • Quiénes somos
  • Regístrese a nuestra newsletter
  • Sigue a Primicias en Google News
  • #ElDeporteQueQueremos
  • Tabla de Posiciones Liga Pro
  • Resultados elecciones 2025
  • Etiquetas
  • Politica de Privacidad
  • Contacto Editorial
  • Contacto Ventas
  • RSS

©Todos los derechos reservados 2024