Martes, 30 de abril de 2024

Golpear almohadas y colchones es parte de la terapia antiestrés de los agentes de tránsito

Autor:

Jonathan Machado

Actualizada:

20 Sep 2019 - 0:05

Autor: Jonathan Machado

Actualizada:

20 Sep 2019 - 0:05

El alto nivel de estrés que sufren los agentes fue la razón por la que la Agencia Metropolitana de Tránsito creara el denominado 'cuatro de reflexión'. El objetivo es que los uniformados salgan a las calles de buen humor.

El cuarto mide cinco metros de ancho por cinco de largo y en el interior hay 20 colchones que hacen las veces de paredes, además de 21 almohadas dispersas por todo el espacio.

Tras recibir las instrucciones diarias de sus superiores, el agente René Laso, quien lleva cuatro años en este oficio, toma un bate de béisbol e ingresa al 'cuarto de reflexión', conocido entre los agentes como el 'cuarto de los locos'.

Al entrar ahí, Laso o cualquiera de sus compañeros tiene 35 segundos para desfogarse. Se arrodilla, agarra el bate, se impulsa y golpea repetidamente los colchones y almohadas. Es para "sacar todas las iras que tiene adentro", dice su instructor.

Luego de pegar 15 'golpes', el agente asegura sentirse listo para salir a la calle y "dirigir el tránsito con amabilidad y respeto".

"Cuando un conductor comete una infracción, primero lo saludamos, le informamos de su contravención y emitimos la sanción, siempre con respeto", agrega.

Desde el 17 de junio de 2019, 1.260 agentes de tránsito han sido parte de esta terapia, pero aún restan 560 para completar la nómina de la AMT.

Danny Gaibor, director de la entidad, dice que el 'cuarto de reflexión' es una adaptación de lo que en países como Estados Unidos o China se conoce como 'terapia de la rotura'.

La diferencia es que en esos países las empresas utilizan objetos para que los colaboradores los destruyan y disminuyan los niveles de estrés o frustración. "La AMT no tiene presupuesto para ese rubro", dice Gaibor.

La agente Marisol Sisalema descansa en el 'cuarto de reflexión'

La agente Marisol Sisalema descansa en el 'cuarto de reflexión' Jonathan Machado / Primicias

Marisol Sisalema también ha estado en las filas de la AMT desde hace cuatro años.

Reconoce que golpear almohadas y colchones la ha ayudado a "no desquitarse con los conductores en las vías, porque salimos a trabajar más tranquilos".

Un agente, que ha permanecido en la institución desde 2012 y que pidió la reserva de su nombre, no está de acuerdo con esta terapia.

Cree que la única forma que la institución tenga una buena imagen es el cambio de cada funcionario. "Si hay corrupción en todos los niveles, la AMT no será una institución ejemplar", sentencia.

Capacitaciones semanales

Los agentes de tránsito tienen capacitaciones semanales en las que reciben materias como accidentología, derechos humanos, resolución de conflictos, expresión oral y otras similares.

El director de la AMT dice que su objetivo es "dar otra cara a la institución, que sea más cercana con la gente".

Como parte de este cambio de imagen, se tiene previsto que en los próximos meses los agentes civiles de tránsito cuenten con uniformes con cámaras que permitan monitorear su trabajo. Con esto se apunta a evitar que los agentes reciban coimas y verificar el correcto cumplimiento de los procedimientos.