¿Por que discutir al bicampeón Alberto Spencer? Pacho y Caicedo buscan igualarlo
Moisés Caicedo o Willian Pacho ganarán el título del Mundial de Clubes 2025. Sin embargo, no serán los primeros ecuatorianos en lograrlo. Antes ya lo hizo Alberto Spencer, con la camiseta de Peñarol. Esta es la historia.

Alberto Spencer celebra su gol ante el Real Madrid en la Copa Intercontinental, en 1966.
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¿Actualmente se le da un trato irrespetuoso a la figura señorial del incomparable Alberto Spencer? Sí. Los comportamientos insolentes se repiten sistemáticamente. Son coyunturales. La realización del Mundial de Clubes FIFA 2025 les cayó como anillo al dedo a los detractores de 'Cabeza Mágica'. Desde el inicio del certamen retomaron una campaña sucia con la que cada cierto tiempo, pacientemente, intentan desacreditar la extraordinaria trayectoria de Spencer.
No es un hecho aislado. Este año los ataques contra la memoria de Spencer se produjeron en la víspera de las cuatro fechas clasificatorias a la Copa del Mundo 2026. En radio y televisión hubo denuestos de este tipo: "En una alineación ideal de la Selección no tiene espacio", "Marcó pocos goles por Ecuador", "En la Tricolor, Kevin Rodríguez ha sido más importante que Spencer".
Por ignorancia, los francotiradores que apuntan contra Spencer –más respetado y querido en Uruguay que en su tierra natal– no toman en cuenta circunstancias que hacen imposibles las comparaciones.
Tendencia anti-Spencer
Por ejemplo, el par de torneos eliminatorios que el ariete disputó duraron apenas dos y cuatro jornadas. Ahora son 18. Cuando Spencer era futbolista los clubes no estaban obligados a ceder jugadores a sus combinados nacionales. No existían las fechas FIFA. En su época, la actividad de la Selección solía ser nula: 1958, 1961, 1962, 1964, 1967 y 1968 fueron años en los que Ecuador no jugó duelos de ningún tipo.
Hasta los actos que Barcelona SC organizó para festejar su centésimo aniversario, en mayo anterior, fueron útiles para los fines de quienes agravian al célebre 'Hombre del gol importante', como lo bautizó en 1969 el historiador uruguayo Ricardo Lombardo, en su obra '100 años de fútbol'. Con irritación se protestó su inclusión en la formación ideal del siglo canario, confeccionada no por amigos o parientes de Spencer, sino por un grupo de periodistas deportivos.
Aparentemente, los anti-Spencer aborrecen que el máximo símbolo de Peñarol sea universalmente considerado como el mejor futbolista ecuatoriano de todos los tiempos. No obstante, los frágiles argumentos formulados para destronar a Spencer –y en su momento pretender colocar en su lugar a Jaime Iván Kaviedes, después a Antonio Valencia, y ahora a Moisés Caicedo– son fácilmente pulverizables.

Como Di Stéfano, Pelé y Maradona
Spencer no jugó un Mundial, se grita desde 2002. Alfredo Di Stéfano, tampoco. Con un tono de voz jactancioso, tipo 'ya te gané', los destruye imágenes remarcan que Spencer jamás se enroló en un club de Europa. Pelé, lo mismo. Spencer no fue campeón de la Copa América, exclaman. En ese sentido, el caso de Diego Maradona es idéntico al del crack de Ecuador. Sin embargo, nadie en su sano juicio osa discutir la calidad individual y la trascendencia de Di Stéfano, Pelé y Maradona por algún insignificante vacío en sus formidables carreras. En su país, Spencer sí es cuestionado. Está de moda.
El Mundial de Clubes 2025 reactivó el discurso negacionista de los anti-Spencer. Cada encuentro jugado por equipos con tricolores en sus filas (Chelsea, con Caicedo; PSG, con Willian Pacho; y Flamengo, de Gonzalo Plata) fue aprovechado para, antes o luego de los partidos, insistir en esta mención: "A nivel de clubes, Alberto Spencer nunca fue campeón del mundo".
El charrúa Atlio Garrido, escritor de libros como '150 años de fútbol. Gloria aurinegra: historia del fútbol uruguayo' y 'Maracaná: la historia secreta', le expresa Primicias la teoría que tiene respecto al surgimiento de la tendencia anti-Spencer. "En el rumbo alocado del mundo actual hay una necesidad en el fútbol, pero también en otros entornos de la sociedad, de crear nuevos héroes, nuevas estrellas, nuevas figuras, con la única intención de esconder el pasado, de ignorarlo. Quieren matar la verdadera historia".
Pero la historia les da un bofetón a quienes procuran empañar el brillo de la maravillosa carrera de Spencer, abundante en hazañas y récords asombrosos: no ganó una, sino dos veces el galardón mundial de clubes porque se coronó monarca de la Copa Intercontinental con Peñarol, en 1961 y 1966. Es, además, con seis goles el segundo cañonero del certamen, detrás de Pelé que con el Santos hizo siete.

Reconocimiento oficial de FIFA
¿Los títulos de la Copa Intercontinental no cuentan como campeonatos del mundo? El 29 de octubre de 2017, la Confederación Sudamericana de Fútbol publicó esto, en su portal: "Durante la reunión que el Consejo de la FIFA celebró hoy (27 de octubre de 2017) en Calcuta, India, el Consejo aprobó la propuesta presentada por la Conmebol de conferirles a los clubes que ganaron la Copa Intercontinental, entre 1960-2004, el reconocimiento oficial como ganadores del título de Copa Mundial de Clubes de la FIFA en el archivo histórico de la competición".
Y se añade: "Como resultado de esta decisión del Consejo, la FIFA le dará pleno reconocimiento a los 22 títulos que fueron obtenidos por trece clubes sudamericanos entre 1960-2004, los cuales, a partir de la fecha, ostentarán entre sus pergaminos el título oficial de campeón de la Copa Mundial de Clubes de la FIFA".
Spencer, bicampeón mundial de clubes
Spencer fue protagonista estelar del primer lauro planetario conseguido por Peñarol, en batallas electrizantes contra Benfica, de Portugal. En la final de ida de la Copa Intercontinental de 1961, en el Estadio Da Luz, de Lisboa, Mario Coluna anotó el gol del triunfo portugués 1-0, el 4 de septiembre. El País, de Montevideo, narró que "la revancha se disputó la soleada tarde del domingo 17 de septiembre en el Centenario, ante 56.358 espectadores".
"Peñarol logró la mayor goleada en la historia de la competencia: 5-0. Pepe Sasía abrió el tanteador a los 10 minutos y el peruano Juan Joya aumentó la cuenta en dos oportunidades, a los 18 y 28. Sobre el cierre del primer tiempo, el ecuatoriano Spencer marcó el cuarto tanto, y a los 58 minutos anotó el quinto y definitivo gol que sellaba la paliza".
No contaba el gol diferencia. El club soberano de Europa aceptó que el tercer y definitivo enfrentamiento fuera en el Centenario. El martes 19 de septiembre de 1961, Spencer se convirtió en el primer futbolista ecuatoriano campeón mundial. Ni la presencia de Eusebio impidió que los carboneros doblegaran al Benfica por 2-1.
Spencer, verdugo del Real Madrid
Para 'El Libro de Oro de Peñarol', aparecido en 1987, el club "irrumpió en el ámbito internacional con los goles de Spencer". Aquello ocurrió porque, como complementa El País, el ariete de Ancón fue el héroe de "una de las gestas más épicas" de Peñarol: la obtención en 1966 de su segunda corona mundial de clubes, a costa del poderoso Real Madrid.
Spencer, despiadado, marcó un doblete el 12 de octubre de 1966, en el Centenario. Así, Peñarol sometió 2-0 a los merengues, en la final de ida de la Intercontinental. Dos semanas después, en casa del Real Madrid, el terrorífico atacante "de los piques acalambrados y fantasmagóricos", fue clave en un 2-0 memorable. Hizo el segundo gol de su escuadra, a los 35 minutos. ¡Otra estrella mundial de clubes para Spencer, anotador de tres de los cuatro tantos contra los vigentes reyes de Europa!
La prensa española fue cautivada por la legión comandada por Alberto Spencer. Los diarios ABC y Marca dijeron, en 1966, que "Peñarol estuvo sencillamente genial. Todos son hombres de clase" y que el Madrid fue derrotado por "una escuadra de clase internacional que se ha formado en cien combates".
Caicedo o Pacho, en lista de espera
Para Atilio Garrido, aquella conquista internacional de 1966, "y otras de Peñarol tuvieron como base fundamental a Spencer, cuyo pase se compra en 1960 al superarse una oferta hecha por Real Madrid, que es algo que pocas veces se dice. Spencer era quien hacía los goles. ¿Por qué los anotaba? Porque tenía alas en los zapatos de fútbol, porque tenía el viento empujando la gloriosa camiseta de Peñarol, y porque además tenía un trampolín para saltar a cabecear que no ha tenido ningún otro jugador sudamericano, excepto Pelé".
Este domingo 13 de julio, en el MetLife Stadium, de New Jersey, se escribirá una historia importante para el deporte nacional: a la lista que entre los ecuatorianos lidera Spencer se unirá otro tricolor. En la final del Mundial de Clubes FIFA 2025 el Chelsea, con Moisés Caicedo, será rival del PSG de Willian Pacho, que no estará en cancha por suspensión.
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