América Latina camina hacia una sociedad con más adultos mayores, según estudio, ¿cuál es el impacto en Ecuador?
En Ecuador, el mayor reto, aunque no el único, está en la seguridad social. El Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) ha comenzado a sentir los efectos del cambio demográfico.

Programa del adulto mayor en el IESS, tomado de su página web el 8 de agosto de 2025.
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IESS (página web)
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La población de América Latina vive un cambio silencioso, pero profundo. Las señales: una caída en la tasa de nacidos y un aumento de la esperanza de vida que plantea serios desafíos para la salud, la seguridad social y el empleo en los países de una región, que se había caracterizado por su población joven.
Es la conclusión de un estudio realizado por la Red de Institutos Universitarios Latinoamericanos de la Familia y la Universidad Austral, que contó con la participación de ILFAM de la Universidad Técnica Particular de Loja de Ecuador.
De los diez países analizados en el estudio, solo Paraguay y Bolivia mantienen tasas de fecundidad por encima del umbral de reemplazo generacional, fijado en 2,1 hijos por mujer. Este indicador señala el número promedio de hijos que necesita tener cada mujer para que la población se mantenga estable a largo plazo, sin contar con migración.
Según los últimos datos, Paraguay registra 2,4 hijos por mujer y Bolivia 2,6, lo que asegura, por ahora, un crecimiento natural de su población.
En contraste, Ecuador se ubica en 2, muy cerca del umbral, pero ya por debajo. Esto significa que, si la tendencia continúa, el número de nacimientos ya no será suficiente para mantener el tamaño de la población en las próximas décadas y la estructura de edad se moverá hacia más adultos mayores y menos jóvenes.
Los casos más extremos son Chile, donde la tasa es de apenas 1 y Colombia de 1,2
Lo anterior refleja que América Latina avanza hacia un escenario de menor natalidad y rápido envejecimiento poblacional, lo que aumenta la presión sobre los sistemas de pensiones y salud.
Menos nacimientos
Otro indicador que muestra el cambio silencioso de la población en América Latina es la tasa de natalidad, que está disminuyendo de manera sostenida, apunta el informe.
Por ejemplo, en Chile y Argentina hay menos de 10 nacimientos por cada 1.000 habitantes, cuando el promedio de la región es de 14,5.
Ecuador está un rango medio, con 12 nacidos vivos por cada 1.000 habitantes. Los países que están en la zona más crítica son Chile con 7,7 y Argentina con 9,9.
Este indicador muestra que el crecimiento natural de la población es lento o casi nulo y que está disminuyendo de manera sostenida en casi toda la región y que, de mantener esa tendencia, países en estudio podrían entrar en una fase de crecimiento negativo especialmente si una inmigración significativa que compensa.
- Lea: Cepal advierte un rápido envejecimiento demográfico en América Latina para los próximos 25 años
La edad de la población aumenta en Ecuador
La edad mediana de un país es el punto en el que la población se divide en dos mitades: la mitad es más joven y la otra mitad es más vieja. Mientras más alta sea esta edad, más envejecida está la población.
En el caso de Ecuador, todavía existe una base joven importante: el 26% de los habitantes tiene entre 0 y 14 años, uno de los porcentajes más altos entre los países analizados. Sin embargo, la población está envejeciendo de forma gradual, dice el estudio.
Hoy, la edad mediana en el país es de 32,5 años, lo que muestra que Ecuador está en una transición hacia una sociedad con más adultos mayores, de acuerdo con el informe. La cifra de Ecuador es más alta que la edad media de la región, que es 31,2 años.
De hecho, el porcentaje de personas de la tercera edad en Ecuador pasó de 7,75% en 2022 a 9,9% en 2023.
El IESS, el principal desafío para Ecuador
Según el estudio, los cambios poblacionales implicarán desafíos para los países en los temas de salud, seguridad social y el mercado laboral.
Quizá el mayor reto, aunque no el único, en agenda para Ecuador está en la seguridad social. El Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) ha comenzado a sentir los efectos del cambio demográfico.
Es un golpe que ya se siente en sus finanzas. El IESS destinará USD 6.785 millones para el pago de pensiones en 2025, el rubro más alto de su presupuesto y un incremento de USD 410 millones respecto a 2024. La razón del aumento: el número de jubilados ya bordea los 700.000, 40.000 más que el año anterior y seguirá creciendo a ese ritmo en este año.
Sin embargo, los ingresos por aportes de afiliados activos (USD 3.326 millones) cubren menos de la mitad de ese gasto, por lo que el IESS depende de la contribución estatal del 40% para pensiones.
Aunque solicitó USD 3.344 millones al Ministerio de Finanzas para cubrir el pago de pensiones en 2025, solo recibió USD 2.283 millones, lo que deja un déficit de USD 1.057 millones.
Para cubrirlo, el IESS recurrirá a una desinversión de USD 1.261 millones de los ahorros administrados por el Biess, lo que reduce su capacidad de inversión y de otorgar préstamos, y compromete la sostenibilidad futura de las pensiones.
En 2024 ya se desinvirtieron USD 240 millones y la entidad advierte que, si Finanzas transfiere menos de lo presupuestado en 2025, tendrá que retirar más fondos, poniendo en riesgo las reservas y otras prestaciones.
A medida que aumente el número de jubilados, las finanzas del instituto se verán más y más debilitadas, además de que crecerá el aporte que tiene que hacer el Estado y que ahora ya es difícil de cumplir.
Lo anterior se refleja en cómo el Estado ha ido acumulando deudas con el IESS tanto por el pago para pensiones como por la contribución que también debe hacer para cubrir las atenciones médicas de los jubilados.
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