Desde bebidas de horchata hasta alimentos para mascotas: emprendedores lojanos desarrollan productos a bajo costo
La Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) cuenta con dos plantas de producción que ofrece a emprendedores y empresas para la elaboración de prototipos y productos finales.

Emprendedores y técnicos de la planta agroindustrial de la UTPL participan en la producción de una bebida de horchata.
Foto de noviembre de 2024
Cortesía UTPL
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En el mismo espacio en el que años atrás cursó la carrera de derecho, William Defaz, de 32 años, ahora da vida a su emprendimiento de bebidas de infusión de rosas y horchata soluble. Los productos de Llaktana son fabricados en la planta agroindustrial de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), que, desde hace cinco años, alquila sus equipos a emprendedores a costos asequibles.
Llaktana nació en medio de la pandemia de Covid-19. Sus fundadores, William Defaz y Alejandro Espinoza, egresados de la UTLP, participaron en el programa de la incubadora y aceleradora de negocios Prendho, que forma parte de esta casa de estudio.
Luego de probar con una bebida de café, se decidieron por la infusión y la horchata que, desde hace poco más de un año, están en el mercado. Se comercializan en una cadena de farmacias en Loja y en tiendas de víveres de la ciudad.
Al mes, producen entre 500 y 1.000 unidades de los dos productos, en la planta agroindustrial de la UTPL. Los emprendedores pagan costos por hora de alquiler de las máquinas a la universidad: los precios varían según el equipo que requieran.
Los productos se venden en USD 1,50 por unidad. "Aún no es rentable, estamos trabajando para llegar al punto de equilibrio", explica Defaz, quien tiene otro emprendimiento de café y ejerce como abogado. Su socio es ingeniero en alimentos y labora para una empresa.
El objetivo de Llaktana es ingresar a cadenas de supermercados a escala nacional y lograr exportar la horchata soluble.
Cuna Hemp es otro emprendimiento que surgió del programa de incubación de Prendho y se produce en la UTPL. Es una bebida de horchata con cannabis no psicoactivo.
Su cofundador, Alfonso Palacios, egresado de Ingeniería Química de esta casa de estudio, dice que al mes producen cerca de 500 litros de la bebida o 1.000 botellas, en la planta agroindustrial.
La bebida se vende desde finales de 2023, en cadenas de farmacias en Loja y en dos puntos de venta en Quito: un establecimiento de productos a base de cannabis medicinal y un bar. El precio de venta es USD 3,50. Al momento, el emprendimiento está facturando entre USD 1.000 y 1.500.
Dos plantas para emprendedores
La UTPL alquila a los emprendedores y empresas dos plantas de producción: una de agroindustria y otra de bioproductos, para el desarrollo de prototipos o incluso productos finales.
"Al inicio, el emprendedor debe aprovechar el capital de la mejor manera, la universidad tiene equipos de última generación, que se pueden utilizar para producir y testear productos", explica Jaime Román, coordinador de Innovación de la UTPL.
Actualmente, unos 15 emprendedores están produciendo en las dos plantas de la universidad.
La planta agroindustrial cuenta con laboratorios para la formulación del producto y de microbiología, para la evaluación de inocuidad.
Una vez que el prototipo está listo, pasa a la planta, donde hay los equipos necesarios para cubrir distintas líneas de producción de alimentos, como bebidas, cereales, panificación, reemplazo de proteína animal a vegetal, procesamiento de café, comida para mascotas.
Mientras tanto, la planta de bioproductos se enfoca en dar valor valor agregado a residuos o productos que ya están en el medio ambiente, o generar nuevos productos de origen biológico.
En este espacio, se obtienen cosméticos y artículos de aseo personal, aceites vegetales y esenciales, entre otros tipos de productos.

La universidad cobra un valor por el uso de cada equipo; para los emprendedores, suele haber descuentos de hasta un 50%.
Los requisitos para utilizar las plantas son:
- Registro Único de Contribuyentes (RUC) del emprendedor o el negocio.
- Registro Sanitario, aunque, para cumplir con este requisito, el emprendedor debe contar al menos con un prototipo, por lo que puede presentarlo, luego de producir el primer lote.
- Cédula del representante legal.
- Nombramiento del representante legal.
El emprendedor también debe firmar un convenio de producción con la universidad, explica el Coordinador de Innovación.
Renunció a su trabajo para emprender
Igor Sánchez es ingeniero agropecuario de la UTPL y desde 2010 laboraba en el control de calidad para una fábrica de embutidos. En 2024, decidió renunciar y dedicarse de lleno a su emprendimiento: Dogsnack, de alimentos para mascotas, que sostiene su producción en la planta agroindustrial de la universidad lojana.
No fue una decisión impulsiva. Sánchez llevaba varios años preparándose. Además de ser un apasionado por los perros, en 2020 cursó una maestría en Administración de Empresas y, a la par, el programa de incubación de Prendho. Su tesis de maestría fue un estudio de mercado de snacks para mascotas. Y en la incubadora, desarrolló el prototipo de ese producto.
"Hacer alimentos para mascotas es más complicado que para humanos, se requiere un certificado de buenas prácticas de manufactura, para eso hay que llevar el registro de toda la trazabilidad y contar con maquinarias de acero inoxidable", comenta Sánchez.
En 2022, conformó el emprendimiento como sociedad, bajo el nombre Emaprome, junto a Estefanía Arizaga. Y continuaron con el desarrollo de prototipos hasta llegar a sus dos productos: un aderezo para las croquetas secas, que les da un toque de sabor a carne y vegetales, y patas de pollo deshidratadas, que ayuda a las mascotas con la limpieza de sus encías, la digestión y liberar estrés.
Los productos salieron al mercado hace cinco meses, debido al tiempo que demoraron los análisis de laboratorio sobre la vida útil de cada alimento. Actualmente, se venden en veterinarias y supermercados de Loja. La meta del emprendimiento es llegar a Cuenca, Quito y Guayaquil.
En la planta agroindustrial de la UTPL producen cada mes entre 5.000 y 6.000 patas de pollo y cerca de 400 unidades de aderezos. Sánchez se encarga solo de la producción y su socia, del control de calidad, desde Quito.
"Lo más retador ha sido llegar al consumidor, al dueño de la mascota, hacerle entender las necesidades de su mascota", comenta el emprendedor.
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