Patacones o frutas ecuatorianas en Amazon: los empresarios buscan reinventarse frente a la nueva realidad arancelaria de Estados Unidos
Empresarios latinoamericanos, con fuerte presencia ecuatoriana, se reúnen en Miami para explorar estrategias en medio de una feroz batalla por el mercado estadounidense, ahora con el campo minado de la guerra arancelaria de Donald Trump.

En el evento Doing Business in Miami, empresarios de diversas partes de Latinoamérica, y con fuerte presencia de Ecuador, analizan el impacto y las estrategias ante la nueva realidad arancelaria de los Estados Unidos.
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NUEVA YORK. La nueva política comercial de Estados Unidos se ha convertido en un terreno minado para los exportadores a nivel mundial. La decisión de Washington de subir los aranceles, ha encendido las alarmas y Ecuador, que ha hecho de los productos nostálgicos y de la agroindustria un motor de exportaciones no petroleras, se enfrenta ahora al reto de blindar sus envíos en un mercado de 350 millones de consumidores.
En ese contexto, esta semana más de 30 empresarios latinoamericanos, con fuerte presencia ecuatoriana, llegaron a Miami en una misión organizada por Trade and Business Partners. El objetivo ya no es únicamente abrir mercados, sino reforzar la cadena de distribución, adaptarse a la normativa de la FDA y encontrar vías para competir en un escenario marcado por mayores costos y una competencia feroz.
Florida vuelve a ser el epicentro de este movimiento. Desde su puerto ingresa la mayor parte de los productos sudamericanos y caribeños, pero ya no basta con mirar hacia Miami. “El incremento de los aranceles fue un golpe que cambió la estructura de costos para todos. Por eso es clave abrir nichos menos sensibles al precio, como el food service, y explorar regiones internas de Estados Unidos que hasta ahora no han sido prioridad”, explica Manuel Echeverría, CEO de Trade and Business Partners.
El diagnóstico coincide con lo que se percibe en el terreno. Supermercados y tiendas especializadas en Nueva York, New Jersey o Chicago piden productos diferenciados, mientras que restaurantes y cafeterías buscan proveedores que garanticen trazabilidad y empaques innovadores. En este terreno, los ecuatorianos juegan con ventaja: su oferta de frutas exóticas, chocolates y snacks saludables conecta con las tendencias de consumo post pandemia.
Según datos de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), en 2024 Estados Unidos se consolidó como el tercer destino de las exportaciones no petroleras del país, con envíos por 4.584 millones de dólares, un incremento del 15 % respecto al año anterior. Los alimentos procesados y productos como snacks, frutas congeladas, pulpas y conservas, han ido ganando presencia dentro de esta canasta exportadora, impulsados por el mercado hispano en EE. UU., que supera los 62 millones de personas, y por una creciente demanda de consumidores estadounidenses interesados en sabores distintos y alternativas naturales.
Amazon, clave para productos ecuatorianos
Pero el salto digital añade otra capa al desafío. Para Samira Ceballos, Commercial Manager de Island Business Export, LLC, Amazon se ha convertido en una vitrina fundamental para la internacionalización de productos ecuatorianos. “Nos permite llegar directamente al consumidor latino y también al norteamericano curioso por probar sabores distintos. Sin embargo, las medidas arancelarias han incrementado nuestros costos, lo que representa un desafío para mantener la competitividad”, explica. La empresa maneja en Estados Unidos marcas como CRACKYS y 914Chips, que se diferencian no por precio, sino por autenticidad: recetas tradicionales y un perfil de sabor único que conecta emocionalmente con el consumidor.

La logística es otra lección aprendida. Ceballos recuerda que al inicio trabajaban solo con distribuidores, pero Amazon les mostró la importancia de contar con inventario ya en territorio estadounidense. Hoy manejan stock en bodegas locales y en el sistema FBA de la plataforma. “Eso nos permite responder rápido, garantizar entregas Prime y dar confianza al consumidor final. Incluso varios clientes prefieren comprar directamente desde nuestra bodega en Estados Unidos, porque es más ágil y conveniente”, añade. La estrategia se ha convertido en un trampolín: prepara a la compañía para expandirse a Canadá y México.
Ese giro hacia lo digital no solo lo perciben las empresas. En Nueva York, los consumidores también empiezan a notar los cambios en sus bolsillos y en sus hábitos de compra. Susana López, residente en Queens, confiesa que hasta hace poco buscaba sus snacks ecuatorianos favoritos en supermercados hispanos del barrio. Pero los precios se dispararon: “Lo que costaba tres dólares ahora está en siete. Es obvio que aquí siempre pagamos más que en Ecuador, pero que se haya duplicado de un mes a otro me parece un abuso”. Desde entonces, encontró en Amazon una alternativa inesperada: más barato que en la tienda física y con la ventaja de recibirlo en casa. “Ya no dependo de la suerte de encontrarlo en el estante. Ahora me llega directo y hasta con Prime”, dice entre risas.
“Lo que costaba tres dólares ahora está en siete. Es obvio que aquí siempre pagamos más que en Ecuador, pero que se haya duplicado de un mes a otro me parece un abuso”.
Susana López, ecuatoriana residente en Queens, Nueva York
La expansión geográfica ha traído sorpresas. Aunque Miami y Nueva York siguen siendo mercados naturales, Island Business Export ha encontrado acogida en ciudades medianas del medio oeste y la costa oeste, desde Illinois hasta Colorado y Texas. “Esto nos confirma que los productos ecuatorianos tienen potencial más allá de los nichos tradicionales” agrega Samira. En la misma línea, Manuel Echeverría insiste en que el futuro pasa por diversificar y mirar hacia adentro.
“Es necesario desarrollar nuevos nichos de mercado y explorar regiones menos atendidas, como el centro de Estados Unidos, donde la distribución es menos sensible al precio y permite crecer paulatinamente hasta consolidarse”.
Manuel Echeverría, CEO de Trade and Business Partners
El contexto político añade presión a estas historias empresariales. La visita reciente del senador Marco Rubio a Ecuador dejó claro que Washington busca reforzar alianzas en medio de la disputa global por influencia. La cooperación en seguridad y migración estuvo en la agenda, pero el mensaje económico fue inequívoco: los exportadores deberán adaptarse a un marco más exigente si quieren mantener su espacio en las góndolas estadounidenses.
Innovación, un requisito fundamental
Ecuador, que destina alrededor del 30 % de sus exportaciones no petroleras a EE. UU., observa con inquietud la deriva proteccionista. El país sudamericano ya no solo compite con gigantes regionales como México o Brasil, sino también con productores asiáticos que han ganado terreno en categorías clave. De ahí que la misión en Miami tenga un aire de urgencia: consolidar espacios antes de que se cierren.
La innovación, en este escenario, ya no es un lujo sino un requisito. Los empaques sostenibles, la trazabilidad digital y el comercio electrónico se han convertido en pasaportes imprescindibles. “Conocer a fondo cómo funciona la distribución en Estados Unidos es el principal aprendizaje”, insiste Echeverría.
En medio de aranceles, regulaciones y tensiones políticas, la delegación ecuatoriana aterriza en Miami con una mezcla de incertidumbre y determinación. Blindar las exportaciones en tiempos de cambios se ha vuelto más que un objetivo: es una cuestión de supervivencia y reinvención para quienes, como Samira y decenas de empresarios más, están decididos a que los sabores ecuatorianos crucen fronteras y conquisten a un consumidor global cada vez más exigente.
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