Los incendios forestales se duplicaron en 2024 en Guayaquil y dejan más de 2.300 hectáreas arrasadas
La ciudad registra en lo que va del año 2,6 veces más hectáreas afectadas que en 2023. El Cuerpo de Bomberos amplía su división forestal y estima que el 95% de las emergencias son provocadas.
Un miembro del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil sofoca las llamas en la atención de un incendio forestal registrado en el kilómetro 47 de la vía a la Costa, el 31 de octubre de 2024.
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Los incendios forestales alcanzan cifras alarmantes este año en Guayaquil, con 1.256 emergencias reportadas y 2.318 hectáreas afectadas hasta el 4 de diciembre de 2024, según datos del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil.
Los incidentes relacionados con emergencias forestales se han más que duplicado con respecto a las 587 alertas atendidas en 2023. Mientras que las hectáreas afectadas se incrementaron en un 167.67% (aumentaron 2,6 veces) respecto a las 866 arrasadas el año pasado.
El incendio de alarma 3 de Cerro Azul (la máxima alerta por la prolongación en el tiempo y los recursos requeridos) se inició la mañana del lunes 2 de diciembre y se extendió por tres jornadas y 60 horas, hasta ser declarado totalmente liquidado la noche del 4 de noviembre de 2024.
Solo este largo flagelo calcinó 36 hectáreas de vegetación en un remanente de bosque seco tropical en el kilómetro 33 de la vía Perimetral (al oeste de Guayaquil) y provocó afectaciones a 82 hectáreas, provocando muertes y desplazamientos de una decena de especies, principalmente aves y serpientes.
“El 95% de los incendios forestales son provocados por actividades humanas, como desbroces y quema de desechos, o vidrios rotos que actúan como lentes concentradores de calor”, explica el capitán Carlos Salazar, jefe de la división técnica forestal ambiental del Cuerpo de Bomberos.
Factores climáticos y negligencia humana
Estas prácticas son recurrentes en zonas como Cerro Azul o en terrenos baldíos de la vía a la Costa (también al oeste de la ciudad); pero también en El Chorrillo, el bosque protector de Bosqueira y Lago de Capeira, en la vía a Daule, en la salida norte de la ciudad.
En El Chorrillo, la quema descontrolada ha puesto en riesgo instalaciones como el Terminal de Almacenamiento y Distribución de Gas Licuado de Petróleo (GLP) de Petroecuador, según el oficial.
En otras áreas como Samanes y la avenida Narcisa de Jesús (norte) también se han registrado este año incendios incluso de alarma 3, que pueden requerir el despliegue de recursos aéreos, apoyo de las Fuerza Aérea o Aero Policial, para descarga de agua desde helicópteros.
“El cambio climático ha alterado el ciclo del agua y pasamos de lluvias excesivas a extensas sequías, lo que llama la atención sobre los niveles de calentamiento y el cuidado ambiental”.
Carlos Salazar, jefe de Bomberos.
La prolongada sequía de 2024 agravó el problema. En contraste con las lluvias extendidas hasta junio de 2023 (cuando lo habitual es que llueva entre enero y abril), este año una limitada temporada de lluvias y la vegetación deshidratada se convirtió en un material combustible altamente inflamable, dijo.
“El mal uso del fuego es mucho más peligroso hoy porque la cantidad de material combustible ha crecido debido a la sequía”, advierte Salazar.
Hasta siete emergencias forestales diarias
Alex Anchundia, gerente de la empresa municipal Segura EP, indicó que en las últimas semanas se han registrado hasta siete emergencias en relacionadas con quemas de maleza e incendios forestales.
El Municipio ofrece su contingente y respalda las acciones bomberiles con maquinaria pesada. Anchundia llamó a tomar conciencia sobre prácticas como la quema de desechos y el abandono de basura en las inmediaciones de cerros y áreas protegidas.
El número de emergencias por incendios forestales se ha venido incrementando en la ciudad desde los 171 incidentes en julio, a cerca de 200 en agosto y casi 300 en septiembre. En octubre y en noviembre bordearon las 200 alertas.
Ante las crecientes emergencias, el Cuerpo de Bomberos ha fortalecido una división forestal creada en 2012, que ahora cuenta con 200 efectivos, incluidos 80 brigadistas especializados acreditados por la Secretaría Nacional de Riesgos, quienes actúan en la primera línea de combate al fuego.
El número de efectivos se incrementa hasta 300 bomberos, incluidos voluntarios, en incendios de alarma 3 como el más reciente en Cerro Azul.
El cuerpo también ha implementado patrullajes preventivos en las zonas de mayor incidencia para detectar y controlar incendios en etapas tempranas.
Este esfuerzo ha sido clave en áreas como El Chorrillo (norte), donde las unidades bomberiles han logrado evitar la propagación de llamas cerca a la terminal de GLP.
Ordenanza y sanciones, herramientas legales
El Código Orgánico Integral Penal prescribe una pena privativa de libertad de uno a tres años para quien provoque de forma directa o indirecta incendios forestales en bosques nativos. Las quemas agrícolas o domésticas que se salgan de control pueden ser castigadas con tres a seis meses de cárcel.
En febrero de 2024, Guayaquil publicó una ordenanza para el manejo integral de incendios forestales, que ofrece las herramientas legales para sancionar estas prácticas. Las multas se ajustan a la capacidad económica de los involucrados y la gravedad de la infracción.
- La multa para infracciones leves serán según la capacidad económica del infractor (persona natural o jurídica) de un salario básico unificado, hasta 2,5 remuneraciones.
- La multa para infracciones graves serán también de cuatro niveles, desde cinco a 65 salarios mínimos.
- La multa para infracciones muy graves partirán según la categoría desde 10 salarios básicos unificados hasta 200 remuneraciones.
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