Leo Moyano revisa los límites y la historia del país en 'Crónicas'

El color es el amarillo, que se junta con los grises, negros y blancos de las obras de Leo Moyano, sostenidas en materiales como acrílico, lienzo, grafito y el uso de material de archivo como referencia. Crónicas es una muestra dividida en dos hemisferios y ambos se conectan con una idea fuerte: ¿qué pasa con los límites que arman una idea de país y qué otras cosas mueven?

Como punto divisorio está Bordes, que trabaja una imagen en la que se registra la firma del protocolo de Río de Janeiro de 1942. Moyano interpela la memoria y la identidad. Se enfrenta a paisajes, montañas, a un terreno que se convierte en propiedad del país porque así lo dicen las normas.

En Para todos los pueblos, para todos los tiempos (de la serie incursión al imaginario) es cuando el artista es más que evidente en su observación. Sobre un territorio el amarillo que nombra ese lugar como parte de Ecuador, una arbitrariedad más.

Moyano llama Crónicas a esta revisión, no para cambiar la historia, sino para recorrer este conjunto de caprichos que definieron el lugar y una manera bélica de defender este espacio ante las amenazas. Esto se puede experimentar en el segundo salón, donde se replican imágenes de archivo, en las que hay soldados y pruebas de la ubicación de los hitos geográficos del país.

Porque el territorio debe disputarse.

Crónicas, de Leo Moyano, se puede visitar en la galería Más Arte —12 de octubre y Lincoln, en Quito—. Estará abierta hasta el 11 de octubre.