El filme que dirige Bong Joon-ho se lo puede ver como comedia negra, thriller y como drama. Un paseo cinematográfico con altura por diversos géneros.
En algún punto, Parasite cambia. El tono, las actuaciones, la gracia dan el paso a la sensación de que la tragedia va a aparecer en la vida de esta familia que hizo lo que debía hacer porque tenía un plan.
La transformación en medio del metraje es impecable. Bong Joon-ho cuenta la historia de la familia Kim y su intento por salir de la precaria situación en la que se encuentra. Para ello deciden engañar a la muchísimo más pudiente familia Park.
Joon-ho se decanta por un enfrentamiento de clases, sí. Pero hay ingenio por un lado e ingenuidad por otro. Y el director no celebra ninguna de las dos posiciones.
Es más, la crítica que ejerce -escondida, pero fácil de descubrir- es mucho más profunda que solo hablar de pobres versus ricos.
Bong Joon-ho crea en Parasite un ecosistema que refleja muchas de las cosas que pasan en el mundo. Y se enfoca en los seres humanos. Los que terminan oprimidos, sin posibilidades y desesperados. Así como en aquellos que se mueven en una burbuja que no los deja entender nada de lo que pasa, más allá de sus narices.
Una hermosa pesadilla
El engaño es el primer gesto. Los Kim van mejorando su capacidad adquisitiva gracias a ese ingenio que no tiene ética de ningún tipo: cambian sus nombres, alteran títulos y se muestran como no son, para tener trabajo.
Dañan a otros seres para conseguir la oportunidad.
Los Park confían en ellos y una vez que se llega ese punto, el giro se produce. Bong Joon-ho ha mostrado un contexto y formas de actuar de personajes que no tienen empacho en hacer lo que hacen o desconocen lo que está pasando.
Luego de esto se abre un agujero que le permite al espectador caer en otro terreno. Ver la película, en este punto, es un salto de fe. Se va a llegar a un sitio, seguro o no, que dará un nuevo sentido a todo.
La cinematografía de Hong Kyung-pyo parece deberle mucho a Hitchcock. Pulcritud y cámara estática en muchos instantes. Cuando es de mostrarnos algo de los personajes, el movimiento puede ser discreto, pero es efectivo. Ni hablar de la edición de Yang Jin-mo, que hace que los últimos minutos de la película sean un perfecto recorrido en una terrible montaña rusa.
Un filme hecho en Corea del Sur, con una idiosincrasia local y que se puede traducir a una experiencia de todos. Que impacta porque no hay nadie en el planeta que no se escape a la dinámica que Bong Joon-ho muestra.
Es como que él, con esta película, hubiera podido condensar el horror que puede existir detrás de la globalización: un mundo con las mismas bajezas, con los mismos dolores y traumas va a generar una tragedia particular.
Parasite es una maravilla que está ganado premios en cada festival que se presenta. Solo queda que se produzca el milagro comercial de que gane en los Oscar en las categorías que está nominada. Mientras más personas la vean, más posibilidades de exigir otro tipo de cine en salas y servicios de streaming.
Parasite
Dir: Bong Joon-ho
Guion: Bong Joon-ho y Han Jin-won
Elenco: Song Kang-ho, Lee Sun-kyun, Cho Yeo-jeong, Choi Woo-shik, Park So-dam, Lee Jung-eun y Chang Hyae-jin
Cj Entertainment, 2019
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