Jueves, 25 de abril de 2024

Quito a través de la mirada de seis artistas de diversas disciplinas

Autor:

Eduardo Varas

Actualizada:

6 Dic 2019 - 0:05

Ver a Quito desde varias miradas: artistas cuentan la ciudad

Autor: Eduardo Varas

Actualizada:

6 Dic 2019 - 0:05

Ver a Quito desde varias miradas: artistas cuentan la ciudad - Foto: Orfaith Rivera

Amor y odio. Crítica y remembranza. Música, arte y literatura, desde esos espacios se cuenta lo que fue, es y puede ser la ciudad.

Si se trata de ver lo que hay detrás de la ciudad, a veces funciona revisar las lecturas que se han hecho de ella. Sea desde la música, desde el arte —contemporáneo, particularmente— o desde la poesía y narrativa, no existe una sola manera de ver a Quito.

Porque contener a la ciudad en la que se ha nacido y en la que se vive es una tarea compleja.

También es una misión complicada porque hablar de Quito desde el arte es ofrecer versiones y posibilidades, que rozan el recuerdo, la fascinación, la pertenencia y la ira.

Así que, como parte de las celebraciones por la Fundación de la ciudad, el 6 de Diciembre de 1534, PRIMICIAS muestra seis perspectivas sobre lo que significa este espacio para seis artistas que lo han han referido en su obra.

 

UIO: El sonido de pertenecer

En algún momento dentro de UIO, Denisse Santos canta: “Porque en UIO, aquí no existe nadie”. Minutos después parece llegar la plegaria: “Porque en UIO no deseo a nadie, a nadie más que vos”.

La canción de Can Can marcó un hito en la escena musical independiente de Quito y el país. Ya son 15 años de su primera aparición, en el disco Malditos Villanos Pixelados —casi en clave drum and bass—, y tres años después, en Lado C, llegó la versión más conocida de una canción que habla de relaciones y de cómo la ciudad es el lugar en el que se encuentran las pasiones o las personas con quienes se puede armar una cofradía o uno se puede sostener.

Quito atomizado, incluso en la forma en que su nombre se escribe.

En este video, Can Can —Daniel Pasquel y Denisse Santos— habla sobre el tema, su creación y la relación que sienten con él, así como lo que generó en su momento.

El de hoy no es el mismo Quito de 2002 —cuando la banda apareció—, no es temporal ni espacialmente el Quito de UIO. Sin embargo, hay un contacto que se mantiene, un punto en común: una ciudad y escena musical que han variado.

Para Denisse —que nació en Guayaquil— eso es claro, al ser testigo de cómo la presencia de mujeres a la cabeza de bandas o proyectos musicales ha aumentado. Para Daniel, esos puntos de contacto o pertenencia de los que hablaba en UIO ya son otros. Hoy es un instante de otras características para vivir aquí.

Claro, antes de cambiar de “track”, ambos recomiendan música que se hace en la ciudad y que hay que prestar atención (incluso discos por venir): Sr. Maniquí, Alkaloides, Paola Navarrete, Camila Terán, Mariela Condo, entre otros.

 

El comentario desde el arte contemporáneo

Tanto Brenda Vega como Clio Bravo son mujeres artistas con una obra poderosa. 

Si bien hay intereses individuales que las identifican por separado, cuando se juntan hay una explosión. . Vega desde la fotografía o el video perfomático, donde ella suele ser su propio sujeto de revisión, indaga la memoria y la relación del cuerpo con el ahora. Y Bravo, desde varios soportes, se enfoca en revisar roles de género, incluso desde el arte que se debe ver como un terreno primordialmente masculino.

Durante la muestra Narrativas Transitorias —que se expuso en galería No Lugar en noviembre— presentaron la obra Ubícate, una calle para nosotras en la que mostraron la relación de Quito con las mujeres.

Sí, reflejaron una realidad de la ciudad, que no deja de tener su cuota de comentario, de crítica. Una obra impresionante que ellas explican en este video.

Quito como un espacio de reclamo. Como una ciudad de problemas y de maltrato a la mujer. No hay, en la propuesta que ambas intentan, un deseo gratuito de denuncia. Hay un realidad que queda en evidencia. Vivir en una ciudad es también enfrentarse a lo que no funciona. 

Y desde una mirada feminista, hay muchas dificultades en Quito.

Para Brenda eso significa notar otras dinámicas que van sucediendo y que son parte del entramado. Una ciudad se complejiza con el tiempo, cuando crece, cuando hay una realidad migratoria que ha echado al exterior, y de golpe, una marcada xenofobia.

Clio Bravo nació en Riobamba. Mira la ciudad desde esa perspectiva de género que también arroja otras ideas, que ella explica en este video.

Amar a una ciudad, un espacio donde están los afectos, es también odiarla.

 

Quito desde el trazo de la escritura

En su poema A Quito, Karla Armas se enfrenta también a lo problemático que es ser mujer en la ciudad. Lo hace desde otra perspectiva: desde las habladurías, la imposibilidad de ser libre, incluso en lo sexual.

Eso significa estar en un constante enfrentamiento con una sociedad en la que existe una paradoja —ella habla de gente que celebra el 6 de Diciembre como la búsqueda de un pasado de abolengo—: Quito es su ciudad, la ciudad de sus hijos, la de las personas que ama.

Para ella también se odia lo que se ama. Y lo explica mejor en este video: 

Para el narrador Javier Vásconez, Quito es espacio para sus historias y personajes. Cuenta que a veces recorre a pie o en carro alguna parte de la ciudad e imagina qué harían el Doctor Kronz, el fotógrafo Félix Gutiérrez o el propio Roldán en esos lugares.

El contacto con una ciudad debe ser intenso. Y justo ahora, que acaba de salir su libro Roldán —en el que reúne tres relatos sobre este ser— se puede hablar sobre cómo esa ciudad difícil es espacio para alguien que roza la villanía. Como se desprende de una descripción que hace de Quito el abuelo del personaje principal.

Una forma de explicar la ciudad que da pie para otras reflexiones:

Ese Quito que se escribe, entre la memoria y el reclamo es un hecho real, actual. Una ciudad caótica, de tráfico, de calles cerradas para arreglarlas, de compras navideñas en diciembre, insegura y cruzada por montañas. De gente feliz, de risas, de contactos nobles. De cosas que se pueden y deben mejorar.

A veces no es así, pero de eso se trata vivir.

Tambien se trata, a veces, de odiar aquello que se ama. Y nada mejor que sentir eso por la ciudad en la que se vive.

En este punto, Karla Armas lee su poema, que funciona como esa declaración de amor y de certeza que sirve para cerrar esta nota.