Martes, 23 de abril de 2024

Megacárceles, el origen de una crisis sin precedentes

Autor:

Mario Alexis González

Actualizada:

25 Abr 2022 - 0:04

Durante la administración de Rafael Correa, en el país se inauguraron tres grandes prisiones regionales. Pero su impacto fue el contrario al esperado.

Imagen aerea de la Penitenciaria del Litoral, tomada durante un sobrevuelo de las Fuerzas Armadas, el 30 de septiembre de 2021.

Autor: Mario Alexis González

Actualizada:

25 Abr 2022 - 0:04

Imagen aérea de la Penitenciaría del Litoral, tomada durante un sobrevuelo de las Fuerzas Armadas, el 30 de septiembre de 2021. - Foto: @FFAAECUADOR

Durante la administración de Rafael Correa, en el país se inauguraron tres grandes prisiones regionales. Pero su impacto fue el contrario al esperado.

2014 será un año histórico porque será el fin del hacinamiento en las cárceles”. Esa frase fue pronunciada por el expresidente Rafael Correa, en diciembre de 2013, durante uno de sus enlaces ciudadanos.

En esa época, el Gobierno ponía en marcha la creación de las cárceles regionales. Los centros de rehabilitación social de Cotopaxi, Azuay y Guayas, se inauguraron en mayo, noviembre y diciembre de 2013, respectivamente.

Entre las tres, según los reportes de la época, tendrían una capacidad de albergar a unos 15.000 detenidos. Y con esto se esperaba reducir a cero el hacinamiento, además de cambiar la lógica de funcionamiento de las cárceles, dotando a los presos, por ejemplo, de uniformes.

Además, en 2013, el Gobierno de Correa empezó una demolición parcial y la reconstrucción de nuevos pabellones en la Penitenciaría del Litoral. Esa sería la cuarta megacárcel y tendría una capacidad para unos 5.000 reclusos. Estuvo lista en 2015.

Sin embargo, mientras las cárceles aumentaron su capacidad, creció la población penitenciaria y esas megacárceles también se desbordaron.

Actualmente, las cuatro prisiones albergan a 17.224 prisioneros, lo que representa el 51% del total de la población penitenciaria ecuatoriana. Aunque en el país hay otras 32 prisiones.

Con las iniciativas gubernamentales de beneficios penitenciarios e indultos, el hacinamiento se ha logrado controlar en dos de las cuatro cárceles: Cotopaxi y Turi. Pero, se mantiene en la Regional del Guayas, con un 15% de sobrepoblación, y en la Penitenciaría, con el 27% de hacinamiento.

El foco de la violencia

Desde mediados de 2019, Ecuador vive su peor crisis carcelaria de la historia. Los episodios más lamentables ocurrieron en 2021. Una serie de matanzas dejaron un total de 316 muertes en las 36 cárceles ecuatorianas.

El 91% de esos asesinatos ocurrieron en las cuatro megacárceles, en igual número de masacres. Siendo la Penitenciaría del Litoral, con 194 decesos, la más violenta del país.

En 2022 la tranquilidad solo duró tres meses. El 3 de abril, en un nuevo episodio de la guerra de bandas narcodelictivas, provocó la primera -y hasta la fecha única- masacre del año, en la que 20 reclusos de la cárcel de Turi fueron asesinados.

¿Qué pasa en las cárceles?

A mediados de marzo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presentó un informe sobre la crisis carcelaria en Ecuador. Justamente, uno de los aspectos analizados es el de las llamadas megacárceles.

Al respecto, la Comisión señaló que esta medida no constituye una solución idónea ni representa una solución sostenible en el tiempo. Ya que, el crecimiento de la población penal es una consecuencia directa de la adopción de una política criminal estatal que prioriza el encarcelamiento

Adicionalmente, la CIDH indicó que los megacomplejos penitenciarios ocasionan diversas problemáticas, tales como:

  • Generación de condiciones contrarias al principio de individualización de la ejecución de la pena.
  • Incremento de la vulnerabilidad de las personas pertenecientes a grupos en situación especial de riesgo.
  • Dificultad de que los agentes de custodia ejerzan efectivamente el control interno de las instalaciones.