Viernes, 26 de abril de 2024
Con Criterio Liberal

Las consecuencias económicas que nos trae la guerra

Luis Espinosa Goded

Luis Espinosa Goded

Luis Espinosa Goded es profesor de economía. De ideas liberales, con vocación por enseñar y conocer.

Actualizada:

14 Mar 2022 - 19:00

La invasión de Ucrania por parte de Rusia es un drama humanitario. Es un ataque a todo occidente y a la estabilidad política internacional. Supone el hundimiento de la economía internacional, y Ecuador también se ve afectado.

Demasiados confunden la "economía de Ecuador" con "la situación fiscal del gobierno de Ecuador". Sí, debido a la incertidumbre, el precio del petróleo ha llegado a duplicarse, y eso supone más ingresos para el fisco ecuatoriano. Pero el fisco ecuatoriano es una cosa, los ciudadanos somos otra.

Durante el mandato del presidente Guillermo Lasso la obsesión ha parecido ser el "equilibrio fiscal", y para ello se aprobó la polémica ley que subía impuestos y que le causó tanta impopularidad.

Paradojas de la vida. Con esta subida del precio del petróleo, si es sostenida durante este año, puede que no hubiese necesitado esa ley para mantener el equilibrio fiscal.

Pero tampoco se puede pensar que esta buena situación del fisco puede llevar a mayor gasto estatal, ni que ese mayor gasto mejoraría la economía de Ecuador, como creen los keynesianos.

Primero, pues Ecuador sigue teniendo un problema estructural de ineficiencia del gasto público que hay que afrontar, y hasta se podría aprovechar estos ingresos para pagar algunos despidos y financiar esa necesaria reestructuración 

Y segundo, pues lo prudente sería aprovechar para comenzar a crear fondos de ahorro que puedan servir para futuras coyunturas adversas de caída del precio del petróleo, y poder asegurar el pago de la deuda en buenas condiciones.

Además, debido a que nunca se llegó a completar la eliminación de los subsidios, al Estado ecuatoriano le cuesta millones de dólares que los consumidores ecuatorianos paguen menos por los combustibles, y como los precios se mantienen, no perciben que ahora es un bien más valioso y no modifican su comportamiento, consumiendo menos combustible.

Mientras al gobierno sí le favorece la coyuntura económica, a la mayor parte de los ciudadanos nos empobrece. 

Estamos viviendo una inflación generalizada. Aunque los gobiernos y los bancos centrales, de manera irresponsable y poco honesta, están diciendo que es debido a la guerra, no es verdad, la inflación ya estaba en máximos históricos antes de la invasión de Ucrania.

Y hay una explicación clara para esta inflación, que siempre es una explicación monetaria: los estímulos monetarios que han dado los bancos centrales para soportar la crisis del Covid.

Aquí quizá debemos hacer un paréntesis para poner una cierta perspectiva. Gracias a la bendita dolarización, aunque hay un problema de inflación y que se puede agravar, Ecuador tiene la menor inflación de los países de América Latina, un 1,1% en 2021, frente al 6,4% de media; con Colombia por encima del 4% y Perú del 5%. 

De hecho, Ecuador ha tenido en febrero una inflación interanual del 2,7%, muy inferior a la de Estados Unidos, que fue del 7,9%. 

La crisis también afecta las exportaciones ecuatorianas. Se ha calculado que el impacto total en las exportaciones ecuatorianas podría ser de 1.200 millones de dólares, pero esto sería si no hubiese más exportaciones a toda la región y, sorprendentemente para mí, las exportaciones de banano a Rusia se siguen manteniendo en un 60%, lo que parece indicar que las sanciones impuestas al sistema de pagos ruso no son tan efectivas como se clama.

De tal manera que el perjuicio será menor para las empresas exportadoras, pero será importante.

Por ello surge la cuestión de si el Estado debería ayudar a estas empresas, si es ético que lo haga con algunas sí y con otras no, y cómo debería hacerlo. Me parece muy distinto considerar una moratoria de ciertos impuestos para ayudarles a mantener los empleos, a un rescate o subvención ad hoc.

Pero todavía más importante para la economía de Ecuador es que esta guerra retrasa la posibilidad de una recuperación económica.

Desde 2014, Ecuador no crece en términos del PIB per cápita. Primero fue la caída del precio del petróleo, luego la violencia de octubre de 2019, después la pandemia… y ahora esta guerra. 

La economía de Ecuador es débil y tiene graves problemas estructurales, lo que hace que si la coyuntura internacional no es favorable, no crezca. Y así seguimos un año más con otra calamidad que se suma a la situación general.

El equipo del Presidente Lasso está intentando hacer acuerdos comerciales y atraer inversiones internacionales. Pero las inversiones requieren de estabilidad y confianza. La guerra, la inflación y la incertidumbre son exactamente lo contrario.

Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.

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