Miércoles, 01 de mayo de 2024
Al aire libre

Las mañanas en Cumbayá y Tumbaco, bosques de cemento

Lourdes Hernández Vásconez

Lourdes Hernández Vásconez

Comunicadora, escritora y periodista. Corredora de maratón y ultramaratón. Autora del libro La Cinta Invisible, 5 Hábitos para Romperla.

Actualizada:

21 Ene 2023 - 5:26

Salgo a correr en la madrugada y me cruzo con algunas siluetas de gente haciendo ejercicio en la tranquila soledad de mi barrio.

A poco aparecen buses llenos de trabajadores de la construcción, que se dirigen a las obras de nuevos edificios y casas.

El valle de Tumbaco se ha convertido en un bosque de adoquín y cemento.

Al rato pasan los buses escolares a retirar estudiantes, mientras que a las paradas llegan personas que trabajan en casas, locales comerciales y guardianías.

El sol ya salió y empiezan a circular las busetas de niños de guardería.

Ayer vi una bebita, de máximo un año y medio, que no se quería desprender de su mamá. Lloraba desconsolada y yo al borde de llorar con ella.

Casi le ruego a la mamá que buscara soluciones para tener a su niña en el calor de su hogar al menos un año más.

Dentro de la buseta, otros bebés iban dormidos con los cachetes pegados a las ventanas.

Finalmente, cuando estoy por terminar mi trote, vienen los transportes de mascotas a retirarlas para su paseo matutino. Busetas y camioncitos se llenan de perros que van ladrando felices.

Mis perros, con cierta envidia, ladran al paso de los perrunos pasajeros.

Las calles se quedan vacías y vuelve el silencio al barrio. Uno que otro auto se mueve hacia la Ruta Viva, a engrosar el tráfico de la hora pico que se dirige a Quito.

No comprendo por qué las empresas desaprovecharon el teletrabajo y volvieron al 100% presencial.

Según Diario El Universo, solo las multinacionales adoptaron el trabajo remoto y el híbrido. Se dieron cuenta de que los costos fijos de alquiler y servicios básicos bajaron muchísimo. Sin contar el impacto monetario y ambiental del transporte.

Mi artículo de hoy habla sobre el reemplazo de los caminos vecinales del Ilaló - antiguos y sombreados empedrados-, por feas avenidas de adoquín.

Las construyen sin veredas y eliminan la vegetación nativa. Al mediodía, las calles se recalientan y se suma el agravante de la velocidad de los autos en zonas rurales.

El colectivo Ilaló Verde, junto a otros grupos defensores de ese volcán, plantean una agenda ambiental para los candidatos a la Alcaldía de Quito y Prefectura de Pichincha.

Qué propuestas tienen para la protección y fortalecimiento de áreas verdes; descontaminación de ríos; manejo de residuos frente al colapso inminente del Inga; temas que las últimas autoridades han desatendido en forma vergonzosa.

Una zona tan productiva requiere personas responsables que piensen en la comunidad y no en su bolsillo.

Me quedo pensando en la niñita que lloraba. Qué contradictorio es todo en la actualidad. Los niños van a formar parte de colectivos cuando todavía deberían ser seres individuales en su espacio familiar.

Los adultos jóvenes se quedan a vivir con los papás hasta los 30 años o más, volviéndose individualistas y solitarios. Ni pensar en formar su propia familia.

El consuelo para grandes y chicos son la tablet, la laptop y el celular. Según la psiquiatra Marian Rojas-Estapé, la Sociedad Americana de Pediatría recomienda que no haya ningún tipo de contacto con la pantalla antes de los dos años.

De los dos a los seis años, máximo una hora al día, con contenido adecuado para esa edad. La pantalla a edades tempranas impide el desarrollo de la creatividad y la resolución de problemas que fortalecen la autoestima.

En palabras técnicas, provoca un mal desarrollo de la corteza prefrontal.

La inteligencia humana está llegando a un tope, dicen los expertos. Los adultos ya no utilizamos la memoria gracias a la tecnología y lo que no se usa, se atrofia. En los niños la cosa viene peor.

Marian asegura que es la primera vez en la historia, que los hijos son menos inteligentes que sus padres, en la capacidad de discernir entre un mundo de información y lo verdaderamente importante.

Mientras más desidia y comodidad, menos esfuerzo se hará por educar a los hijos y cuidar la naturaleza.

Pero tendremos las pantallas para relajarnos.

Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.

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