El 26 de septiembre fue el día mundial de prevención del embarazo no planificado en adolescentes.
Es una fecha en la que se promueve la educación sexual y reproductiva, el acceso al aborto seguro, la prevención del abandono escolar de adolescentes embarazadas y madres jóvenes, entre otros compromisos, que para el caso de América Latina se establecen en el Consenso de Montevideo sobre Población y Desarrollo.
Durante 2021, en Ecuador se registraron 19.098 nacidos vivos de madres adolescentes (de entre 10 y 17 años de edad), de los cuales 1.843 corresponden a madres de entre 10 y 14 años de edad (embarazo infantil), son resultado de violación.
El embarazo infantil refleja un problema mayor: la violencia sexual contra las niñas.
La tasa de embarazo infantil por cada 1.000 niñas fue de 2,24 en 2021, registrando un incremento con respecto a 2020, cuando fue de 2,01 y frente a 2019, cuando alcanzo un 2,22.
El aumento del embarazo infantil es consecuencia del abuso sexual. Es una expresión de la violencia de género y de la falta de protección para las niñas.
Ecuador no cuenta con una política para la prevención del abuso sexual contra las niñas, y para la reducción del embarazo infantil. Las prioridades de Gobierno parecen abandonar a quienes más lo necesitan.
Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.
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