Domingo, 28 de abril de 2024
Contrapunto

‘Maestro’, la película biográfica de Bernstein para ver en casa

Fernando Larenas

Fernando Larenas

Periodista y melómano. Ha sido corresponsal internacional, editor de información y editor general de medios de comunicación escritos en Ecuador.

Actualizada:

23 Dic 2023 - 5:57

Por lo general, las películas sobre la vida de los grandes maestros y compositores se quedan en la superficialidad de la música, tal vez con la excepción de la francesa ‘El gran concierto’, que dejó impreso en la memoria el ‘Concierto para violín y orquesta’ en re mayor, opus 35 de Tchaikovsky.

Algo similar ocurre con el filme ‘Maestro’, de Bradley Cooper, acerca de la vida de Leonard o Lenny Bernstein (1918-1990), en el que el finale de la Sinfonía 2 (Resurrección), de Gustav Mahler se puede apreciar y disfrutar durante varios minutos.

La película estrenada en Netflix, el 20 de diciembre de 2023, comienza con hechos reales, como por ejemplo el día en que Bernstein fue llamado para dirigir a la Filarmónica de Nueva York, cuyo director Bruno Walter había enfermado y no había nadie más para reemplazarlo.

Entonces Bernstein, que no había ensayado nada y recién había cumplido 25 años, se convirtió en el director más joven de una de las más prestigiosas orquestas del mundo; la dirigió durante 15 años.

Además de director, el músico nacido en Lawrence, Massachusetts fue pianista y compositor de obras muy reconocidas como 'West Side Story', tres sinfonías, dos óperas, una misa y cinco musicales de esos que siempre han enorgullecido al Carnegie Hall.

El director del filme también destacó una de las frases vitales de Lenny:

“Una obra de arte no responde preguntas, las provoca, y su significado esencial está en la tensión entre las respuestas contradictorias”.

Como se trata de una biografía, que en el género cinematográfico se conoce como biopic, el guion se basa en hechos reales, con muy poca ficción, y con bastante respeto en los temas más sensibles de Bernstein, como por ejemplo la sexualidad.

No hay exageraciones ni drama, Bernstein se casó con la actriz chilena-costarricense Felicia Montealegre, a quien conoció en la casa del pianista Claudio Arrau, procrearon tres hijos y también tuvo una relación con un artista joven, sin abundar en detalles y en explicaciones.

Hay algunas reflexiones importantes que el músico se plantea en momentos de soledad, como por ejemplo las diferencias entre un director, o sea, el intérprete y el compositor, es decir, el creador.

Todo lo que trabaja o presenta el director es para el escrutinio público, el compositor trabaja en su intimidad, no tiene que agradar a nadie, trabaja para ofrecer música excelente.

Lo más importante, vale insistir, es que la música está presente en las dos horas y unos pocos minutos más que dura el filme. Es que hay un detalle importante, que solo se aprecia si el espectador se aguanta los cinco minutos del lento paso de los créditos.

Lo que se escucha en ese tiempo es nada menos que la 'Obertura Candide' estrenada por el mismo Leonard Bernstein en 1956, en Broadway, basada en la novela homónima de Voltaire. Es una opereta cómica en dos actos, con libreto de Lillian Florence Hillman, que también fue dramaturga y guionista cinematográfica.

Desde mi punto de vista netamente musical, la mejor escena se desarrolla adentro de la catedral de Nueva York, porque se puede apreciar toda la energía de Leonard Bernstein en una de las más importantes obras de Gustav Mahler: ‘Sinfonía número 2’, también conocida como ‘Resurrección’.

El drama es más intenso cuando el director de la orquesta advierte que a un costado del coro y de la orquesta está su esposa Felicia, a quien se le había detectado un cáncer de pulmón. Las desavenencias conyugales -estuvieron separados durante un año- no merecen mayores explicaciones, tampoco los puntos de vista diversos entre el matrimonio y los hijos.

Lo que mejor explota y expone el director de la película es la música de Mahler, de la cual Bernstein fue un gran admirador e interpretó sus nueve sinfonías en los más importantes escenarios del mundo. El blanco y negro dura 30 minutos hasta que aparece el color que se usaba el siglo XX; esa transición se da nada menos que con el adagietto de la Sinfonía 5, de Mahler.

Otra de las obras que destacan en la película son los acordes de la ‘Sinfonía 8’ en fa mayor, opus 93 de Ludwig van Beethoven, la que el compositor alemán denominaba “mi pequeña sinfonía en fa”. También resalta en la película la ‘Misa de Bernstein’, una combinación de la espiritualidad con la teatralidad característica de los musicales estadounidenses. 

Una de las facetas sobresalientes de Lenny eran sus ensayos con público; sin embargo, los melómanos nos quedamos con las ganas de por lo menos oír algunos acordes de la ‘Sinfonía 14’ de Shostakóvich.

Un detalle más, Bradley Cooper, además de director, cumple el rol de actor principal, es el Leonard Bernstein bien representado por su pasión al dirigir una orquesta. Le acompaña la actriz Carey Mulligan en el papel de Felicia Cohn Montealegre Bernstein.

Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.

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