Sábado, 20 de abril de 2024
Al aire libre

Nicole practicaba su deporte con muñecas y pelotas

Lourdes Hernández Vásconez

Lourdes Hernández Vásconez

Comunicadora, escritora y periodista. Corredora de maratón y ultramaratón. Autora del libro La Cinta Invisible, 5 Hábitos para Romperla.

Actualizada:

4 Mar 2022 - 19:00

"Cuando tenía doce años, un entrenador colombiano vino a Ecuador. Tuve la suerte de que se hospedara en mi casa y me enseñara este deporte. Me acuerdo que me daba estrategias y tácticas mentales en un pasillo largo de mi casa, usando muñecas y pelotas", dice Nicole Riaño.

¿A qué deporte se refiere?

Pues a practicar los bolos, bowling o el boliche, que se consideraba una diversión, pero que en la actualidad ya es un deporte, aunque todavía no logra entrar a las olimpiadas.

"Para jugar bolos –dice Nicole- se necesita mucha técnica, precisión, concentración, habilidad, conocimiento. También hace falta mucho trabajo físico y mental".

Nicole tiene 34 años de edad y es colombo – ecuatoriana. Su primer acercamiento con los bolos fue a los seis años.

-Mis papás eran grandes deportistas, mi papá era futbolista y bolichero apasionado; mi mamá, patinadora. Cuando llegamos a Ecuador él jugaba en las boleras que había; luego de un tiempo aprendió mi mamá y después, aprendimos mis hermanos y yo.

Este deporte comienza en Egipto. Niños y niñas practicaban algo similar a lo que hoy es el boliche, utilizando pequeñas piedras redondas y unos pines ovalados con la idea de derrumbarlos. El juego trascendió y fue adoptado por todo el mundo.

En Estados Unidos empieza por el año 1800 con algunas modificaciones y 100 años después, el Congreso Americano de Bolos se funda para promover el deporte, crear reglamentos, organizar torneos.

Allí ya hay becas universitarias por practicar bolos. En Latinoamérica, el referente en 'bowling' es Colombia. En Perú crearon recién un gran complejo de bolos y hay apoyo para sus deportistas.

Durante muchos años la dinámica familiar de Nicole giraba alrededor de los bolos, "era acompañar a mis papás a los torneos que jugaban en la noche y los fines de semana. Yo tenía 18 años cuando me retiré", dice.

Nicole estudió psicología clínica y se enfocó en su carrera profesional. Hace cuatro años volvió. "Puse este hermoso deporte como una prioridad en mi vida", afirma.

Confiesa que los bolos le han sacado millones de sonrisas así "como también lagunas de lágrimas. Amo pararme en la pista, respirar, ver los pines, los colores de las bolas, ver caer los pines, un aplauso, un abrazo de felicitación".

Y continúa: "me nacionalicé para poder conformar la selección de Ecuador. En 2017 gané mi primer campeonato nacional por Pichincha y ahora juego por Guayas. Pertenezco a la preselección de Ecuador con la que acabo de obtener un primer puesto".

Nicole viaja a Guayaquil cada mes a jugar los rankings.

-Me encanta viajar en el carro, voy cantando y soñando con tener una bolera propia donde entrenar y jugar hasta cansarme. Ahora estoy a cargo de una en Tumbaco y soy feliz. Es mi pasión, mi vicio, todo.

Los principiantes deben asesorarse bien, dice Nicole. Hay gente capacitada en el país para enseñar y enganchar nuevos bolicheros, sobre todo jóvenes. La edad para empezar es a los nueve o diez años.

-A esa edad los niños son una esponja para aprender.

Ella y su socio Raúl tienen una escuela de bolos, “Raúl enseña la parte técnica y yo, como psicóloga, me enfoco en trabajar la parte mental del deporte” agrega.

Para Nicole cada persona crea su magia en el deporte que practica, “para mí es como mi metáfora de vida, aunque los pines sean derribados con toda la fuerza del mundo, igual vuelven a estar de pie y cada lanzamiento es una nueva oportunidad”.

Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.

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