Viernes, 26 de abril de 2024
Economía y Desarrollo

8 de marzo: las brechas que debemos cerrar para tener igualdad real

Andrés Mideros Mora

Andrés Mideros Mora

Doctor en Economía, máster en Economía del Desarrollo y en Política Pública. Director general académico de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.

Actualizada:

9 Mar 2021 - 19:01

Cada año el 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, en reconocimiento a las luchas de las mujeres para lograr sociedades más justas, y para derribar las barreras que todavía existen para alcanzar la igualdad real.

En Ecuador, las brechas y la violencia de género persisten, tal como lo demuestra el Informe Sombra al Comité de la CEDAW 2020, publicado esta semana y que da cuenta además de la necesaria corresponsabilidad de toda la sociedad para transformar esta realidad.

Los datos recientemente publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), para diciembre de 2020, señalan que la pobreza alcanzó al 32,4% de la población. Evidencian una sobre representación de mujeres en esta condición (52,2%).

Desde una mirada interseccional, entre las mujeres indígenas el 66,7% es pobre, y entre las afrodescendientes el 43,5% (mientras que entre los hombres afrodescendientes el porcentaje es del 39,7%).

En cuanto a las niñas (menores de 15 años), el 81,9% de las indígenas, el 49,8% de las afrodescendientes y el 53,5% de las montuvias viven en situación de pobreza.

Para dimensionar la brecha, basta comparar las cifras con la prevalencia de pobreza entre los hombres blanco-mestizos, mayores de 15 años, que es del 20,65%. Esa es la magnitud de la injusticia social.

Y justamente, desde los hombres adultos blanco-mestizos se siguen negando las brechas y se minimiza y desprestigia la relevancia de las luchas de las mujeres, sus manifestaciones y demandas.

Los avances que se logran para la igualdad incomodan a los privilegios que otorga el patriarcado, pero también a los incentivos que pretende el capitalismo. Las cuotas de participación que aumentan la presencia de mujeres en espacios de decisión, y las licencias de maternidad, paternidad y lactancia, son ejemplos de esto.

La búsqueda de autonomía física, que es la decisión sobre el cuerpo, incomoda al hombre cuando a la masculinidad se la entiende desde la posibilidad de poseer, usar y abusar.

El empoderamiento y la autonomía económica incomodan a los hombres porque pierden el poder para la toma de decisiones.

Y, precisamente, porque incomoda y porque existen poderes que no están dispuestos a ceder a sus privilegios es que se lucha.

Y porque el fin es la justicia, desde la igualdad real, se conmemora el Día de la Mujer como un llamado a la acción, de compromiso de lucha de las mujeres y de voluntad de cambio por parte de los hombres.

Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.

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