Viernes, 29 de marzo de 2024
Columnista Invitado

El significado de hablar de un Ecuador post-petrolero

José Xavier Orellana Giler

José Xavier Orellana Giler

Graduado de la Escuela de Negocios Darden de la Universidad de Virginia, socio de la firma ecuatoriana de estrategia y finanzas corporativas Ahead Partners, exasesor McKinsey and Company y ex VM de Comercio Exterior.

Actualizada:

24 Mar 2021 - 19:00

En esta generación, Ecuador enfrentará nuestra entrada a una economía post-petrolera. Wood Mackenzie y McKinsey estiman que la demanda global de petróleo alcanzará un pico en la década de 2030, cuando los precios se estabilizarán con una tendencia a la baja. 

No significa que el mundo dejará de usar petróleo, pues seguirá siendo un insumo importante desde la industria petroquímica hasta la movilidad y la logística, especialmente en África, Latinoamérica y el sub-continente indio. 

Pero no será el caso en los países desarrollados (>75% del PIB Global). Es simple, la Edad de Piedra no terminó porque las piedras se acabaron.  

Un planeta traumatizado por la pandemia de Covid-19 -que fue advertida con antelación, entre otras figuras por Bill Gates, fundador de Microsoft en su charla TED 2015, cuando respondió: "¿la próxima epidemia? No estamos listos"- prepara acciones para desacelerar el cambio climático.

Este cambio climático es resultado del incremento de la temperatura global, que aumenta la intensidad de los fenómenos meteorológicos. 

Es simple, la Edad de Piedra no terminó porque las piedras se acabaron.  

Estas acciones repercuten en la gobernanza corporativa donde temas ESG (por sus siglas en ingles Environment, Society, and Governance) o medioambiente, sociedad y gobernanza ganan cada vez más espacio en los directorios empresariales, organizaciones no gubernamentales y en la mente de los consumidores globales. 

Para la muestra tres casos:

  1. Producto de sendas auditorías medioambientales cuatro bancos europeos (tres oficialmente) restringieron el financiamiento a las exportaciones de petróleo del Amazonas con destino a Estados Unidos.
  2. British Petroleum (BP) redujo el valor de sus reservas petroleras y redefinió su visión a futuro.
  3. McKinsey and Company espera que hasta el 2025 la inversión en vehículos eléctricos con baterías se duplique a USD 120.000 millones o el equivalente a 125% de nuestro PIB actual, con el lanzamiento de 600 nuevos modelos de vehículos eléctricos.  

La decisión es clara. Ecuador necesita urgentemente recursos económicos y, por ende, debe incrementar su producción petrolera. 

Lastimosamente, por falta de inversión la producción de crudo ha caído en estos últimos años y continuaría así al menos hasta 2024. 

Por esto debemos analizar la rentabilidad de cada cuenca, dada la escasez de recursos para inversión, y decidir donde se debería incrementar la inversión público-privada.    

Gratamente los dos binomios tienen el mismo objetivo: incrementar la producción de petróleo crudo a al menos a 750 mil barriles diarios (un 50% más que ahora). 

La pregunta es clara y la exige el país: ¿cuál es la hoja de ruta que planean seguir para el sector petrolero? 

Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.

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