El bicicrosista ecuatoriano supera la imposibilidad de entrenar en una pista con el trabajo mental y físico en casa. Eso le ha permitido adaptarse a la cuarentena, en la que también pudo trabajar en el proyecto de crear su propia marca de bicicletas.
Alfredo Campo terminó la temporada pasada en el segundo lugar del ranking mundial de BMX, producto de sus buenos resultados en las Copas del Mundo y el mundial de su disciplina. Además de la medalla de oro obtenida en los Juegos Panamericanos de Lima.
Estos resultados llenaron de optimismo al deportista para el año olímpico que inició con puestos secundarios en la primera Copa Mundo realizada en Australia, pero que no le quitó motivación al cuencano.
Pero todo cambió en marzo, donde el deportista tuvo un periodo de 10 días de incertidumbre. Pues el Comité Olímpico Internacional no comunicaba su decisión final sobre la realización de los Juegos Olímpicos de Tokio. La calma regresó cuando conoció que los Juegos se aplazaron para 2021.
A pesar de esa noticia, las cosas no fueron fáciles para Campo, pues había entrenado para llegar en su mejor forma a Tokio.
Por eso, parar completamente los entrenamientos le generó ataques de ansiedad y días de depresión, por no disputar las competencias para las que se había preparado.
A pesar de ello, el ciclista se enfocó en sacar lo mejor de esta época. Hizo un plan con su entrenador para mantener la habilidad de estar en la bicicleta y aprovechar para recuperarse de algunas lesiones.
Todo este trabajo lo hizo en Miami, Estados Unidos, donde entrena porque en el país no existe una pista con las características necesarias para hacerlo.
Pero la semana pasada, Campo regresó a Cuenca, en un viaje complicado. Recuerda que el avión estuvo tan lleno que se obligó a algunos pasajeros a dejar equipaje para que el traslado no tenga complicaciones.
El regresar a su casa le ha permitido retomar fuerzas junto a su familia y recordar los sueños que tenía cuando era niño y que se han cumplido, aunque falta el último, que es la medalla olímpica.
Por eso, quiere llegar a Tokio en su mejor condición “para dejar la vida en cada vuelta a la pista”.
En una conferencia de prensa, organizada por Produbanco, uno de sus patrocinadores, Campo señaló que el mundial que estaba planificado para finales de año fue cancelado, pero existen dos Copas Mundo en las que espera competir.
Si no se puede, se enfocará en los eventos del próximo año, “porque estoy seguro de que va a haber competencias antes de los Juegos”.
Su marca de bicicletas
Además de su trabajo físico y mental, Campo aprovechó la pandemia para darle forma al proyecto personal de tener su propia marca de bicicletas. A las que les dio el nombre de Alcavi, nombre que salió de sus iniciales (ALfredo CAmpo VIntimilla).
En ellas, Alfredo Campo compite desde esta temporada y durante su tiempo en casa afinó detalles de los diseños y planifica ponerlas en el mercado después de Tokio.
El deportista destacó que no solo serán bicicletas de bicicross, sino que tendrá líneas para niños, pista, ruta y velocidad.
“Mi objetivo es transmitir a los niños y jóvenes que se suban a una bicicleta Alcavi, lo que yo sentí la primera vez que me subí a una”, añadió.
Su marca es el proyecto que tiene a futuro para cuando decida retirarse de las pistas. Algo que podría suceder después de Tokio, pues Campo señaló que llegar a París con 31 años es complicado.
Pero esa decisión la tomará de acuerdo al resultado que tenga en los próximos Juegos Olímpicos, junto a su equipo de trabajo y su familia.
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