Doménica Valdez, ante el reto de empezar desde cero

Deportistas como la gimnasta estadounidense Simone Biles, el futbolista español Andrés Iniesta y el nadador Michael Phelps lo expusieron públicamente: la salud mental de los deportistas es una asignatura con pendientes en el deporte élite.

Hablaron de depresión, ansiedad y trastornos alimentarios que les impedían llegar a los objetivos propuestos o sentirse alejados de la felicidad que les provocaba ir a un gimnasio, a un estadio o a una piscina.

Doménica Valdez cayó en ese vacío de la depresión. "La peor noticia que le pueden decir a un deportista que se lesiona es que debe reposar, cambiar su estilo de vida y olvidarse de los entrenamientos", responde la marchista, nacida hace 20 años en Imbabura.

El año pasado, realizaba la transición de dejar de competir en 10 kilómetros con atletas juveniles y enfrentarse a los 20 kilómetros para correr con las grandes atletas del país como Glenda Morejón y Karla Jaramillo y proyectarse a competencias internacionales en esta distancia.

Sin embargo, en un entrenamiento en Cuenca, se rompió el tendón de Aquiles, una de las lesiones más temidas e impactantes para los deportistas.

"Pensé en el retiro porque sentía que no volvería a alcanzar la condición física que había obtenido en años de entrenamiento".

Doménica Valdez, marchista.

Regresó a casa de sus padres en Ibarra para comenzar el proceso de recuperación y en medio de ese conflicto mental de seguir o no en el deporte, buscó artículos sobre salud mental y psicología deportiva.

"Leí artículos sobre la depresión y los factores que influyen para esta condición".

Y también se encontró con textos de cómo hallar luz al final del túnel. "Tuve acceso a artículos del poder de la mente y cómo controla tu cuerpo".

Potenció su mente para retomar su carrera deportiva desde cero. Comenzar de nuevo es un reto que lo llevó adelante en los últimos meses, con su entrenador Julio Chuqui, después de recibir el alta médica.

"No estoy al 100%. Competir en España es mi regreso de manera oficial, quiero saber en qué condiciones estoy", detalla Doménica Valdez, que desde este mes estudiará psicología, para más adelante especializarse en psicología deportiva.

"Me va a ayudar en mi carrera deportiva, a conocerme mejor mentalmente, a saber cómo estoy preparada para una competencia".

Doménica Valdez, marchista.

La motivación más grande de este retorno es clasificar a los Juegos Olímpicos de París 2024, donde los tres cupos del equipo ecuatoriano los pelean seis marchistas de alto nivel.

Una beca para sus estudios

La Fundación Crisfe y la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) le entregaron a Doménica una beca completa de estudios. Tendrá ciertas facilidades, pues es a distancia.

"Las clases quedan grabadas en la plataforma, los deberes y trabajos los debo enviar cada semana. Tengo que organizar mi tiempo, dedicarle al estudio las horas que se merece. Todo sacrificio tiene su gratificación".

Con estas facilidades podrá adecuar sus horas de clases con los entrenamientos y los largos viajes.