Las calificaciones de Ecuador luego de perder con Argentina

Concentradísimo, estuvo atento para intervenir cuando fue necesario. Por ahí casi regala una pelota por tardar un segundo en reventarla. Le tapó un disparo a Lio Messi y jugó mucho con los puños. El tiro libre de Messi lo dejó petrificado porque el balón fue al ángulo que defendía la barrera. Pero fue una estupenda actuación.

Debió esforzarse para defendar el arco de las incursiones albicelestes. Fue una lástima que no tuviera opciones para mostrar su poderío ofensivo en el juego aéreo. Tanto luchar para caer por un gol de tiro libre.

Firmó los mejores cierres y anticipos del partido. Fue el líder de una zaga que debió corregir los errores de los volantes. No lo regatearon jamás. Y hasta se dio el lujo de hacer un caño.

Fue un gran compañero de Torres y entre ambos sostuvieron al equipo en los momentos de apremio. Realizó dos intercepciones muy oportunas.

Sus labores fueron netamente defensivas. Cumplió en el primer tiempo pero en el complemento, cuando Argentina presionó, comenzó a desdibujarse.

Pifió algunos pases fáciles y parecía que no estaba a la altura de la exigencia física de este partido. En el segundo tiempo no se daba abasto para cortar el juego de los rivales. Necesitaba una bebida energizante de urgencia.

Fue de más a menos, con buen control de la pelota y cierta elegancia al tocar, pero sin mayor aporte en el juego sin balón.

Se espera mucho del jugador ecuatoriano más caro de la historia. Luchó en el mediocampo y lució en las labores mixtas de recuperar y trasladar. Cumplió, pero quedó la sensación de que no estaba bien acompañado para progresar en ataque.

Aplicado tácticamente, intentó hacer daño con sus desbordes. Faltó ese pase que marcara la diferencia.

Quedó muy expuesto porque, aunque es veloz, se topó con defensores que lo cuerpeaban y apenas pudo regatear. Pero sería injusto decir que no se aplicó tácticamente y que no se esmeró.

En el primer tiempo se dedicó a pellizcar balones y ganó un par, para desconcierto de los argentinos. Pero, en el balance final, no logró inquietar mayormente al arquero rival. Solidario, estuvo en todos los puestos.

Todavía nos estamos preguntando a qué entraron exáctamente, porque no aportaron ni en el ataque ni en la marca. Kevin tuvo una opción de anotar tras un buen pase de Enner, pero la pifió. Qué vergüenza.

El míster planteó un equipo corto y compacto, con las líneas juntas para impedir que los argentinos se movieran con soltura. Le funcionó bien hasta cierto punto, porque estos esquemas requieren de mucho sacrificio. Y ahí estuvo el problema: no eligió bien los relevos. Los cambios fueron desafortunados para el esquema. Haber preferido a Kevin Rodríguez en lugar de Leo Campana o Jordy Caicedo fue una apuesta arriesga, y perdió.