Jueves, 28 de marzo de 2024

La seguridad en los partidos de la LigaPro depende de los antecedentes

Autor:

Redacción Primicias

Actualizada:

8 Mar 2022 - 0:05

La batalla campal entre hinchas del Querétaro y Atlas en el fútbol mexicano, que ha dado la vuelta al mundo, despertó una herida que se ha vuelto constante en los estadios de América Latina. En Ecuador, la LigaPro y la UMO categorizan a los partidos en bajo, medio y alto riesgo y de eso dependen los operativos de seguridad.

En Ecuador se han producido varios incidentes de violencia en los estadios, antes, durante y después de los partidos de fútbol.

Autor: Redacción Primicias

Actualizada:

8 Mar 2022 - 0:05

En Ecuador se han producido varios incidentes de violencia en los estadios, antes, durante y después de los partidos de fútbol. - Foto: @RadioHuancavilk

La batalla campal entre hinchas del Querétaro y Atlas en el fútbol mexicano, que ha dado la vuelta al mundo, despertó una herida que se ha vuelto constante en los estadios de América Latina. En Ecuador, la LigaPro y la UMO categorizan a los partidos en bajo, medio y alto riesgo y de eso dependen los operativos de seguridad.

En lugar de gritos, canciones, goles y celebraciones, la fiesta del fútbol se ha visto empañada por la violencia. Las agresiones se producen dentro y fuera de los estadios en casi todos los países de América Latina y obviamente en Ecuador.

El sábado 5 de marzo de 2022, el mundo del deporte vio horrorizado la invasión de la cancha por parte de los aficionados del Querétaro y Atlas, durante la novena jornada del torneo Clausura del fútbol mexicano.

La pelea entre hinchas de ambos equipos, iniciada en las gradas, fue a parar al terreno de juego y provocó que los futbolistas se refugiaran en los camerinos y el árbitro diera por terminado el encuentro.

El reporte oficial de las autoridades habla de 26 personas heridas. Pero las imágenes que circulan en redes sociales son estremecedoras. Muchos aficionados y periodistas dicen que se está escondiendo la información.

¿Y en Ecuador?

Nuestro país también ha sido testigo de varios hechos de violencia dentro y fuera de los estadios. Las gradas de los escenarios se han convertido en espacios que interesan a varios grupos. Por eso empiezan las peleas.

Ni la pandemia alejó la violencia. El último hecho registrado se produjo en octubre de 2021, en el Clásico del Astillero. Los hinchas de Emelec empezaron a pegarse entre ellos.

El general Fausto Salinas, director general de seguridad ciudadana y orden público, asegura que aunque en el país sí se han producido casos de violencia en los estadios, no se compara con lo de México.

"Ecuador ha tenido varios episodios de violencia. No a los niveles de lo que sucedió en México y más bien han sido contenidos y manejados adecuadamente".

En estos casos, en donde se generan conflictos y se agreden entre ellos incluso con armas blancas, "se han hecho buenos dispositivos que han generado seguridad en el país y los incidentes, comparados con otros países, han sido mejor resueltos", dice Salinas.

En Ecuador, la Unidad del Mantenimiento del Orden (UMO) de la Policía Nacional es la encargada del control de eventos masivos, entre ellos el fútbol.

Esta Unidad trabaja en conjunto con la Liga Profesional de fútbol (LigaPro), al igual que con la seguridad privada que tienen los clubes locales.

La LigaPro cuenta con un reglamento de seguridad, elaborado por la Dirección de Escenarios Deportivos y Seguridad, actualizado hasta la temporada de 2022.

Ese reglamento especifica que es obligación del equipo local presentar, hasta 48 horas antes de cada partido, un plan operativo de seguridad, el cual incluye "todas las acciones, planes y estrategias humanas" para "preservar el orden público y el buen desarrollo del evento deportivo".

Por eso, a veces se vuelve tan complicado controlar la seguridad. Porque en los estadios hay pocos policías y las personas de la seguridad no están armadas y tampoco están capacitadas para una situación crítica como la que ocurrió en el estadio La Corregidora, en Querétaro.

En Ecuador, según el reglamento de la LigaPro y la categorización que hizo la UMO, los partidos del campeonato nacional se dividen según su riesgo en:

  • Partidos de bajo riesgo
  • Partidos de mediano riesgo
  • Partidos de alto riesgo

Lo que diferencia uno de otro tiene que ver con: el marco de público que va al estadio, antecedentes históricos de la rivalidad deportiva, si tiene o no una barra organizada, la posición en la tabla en la que se ubican ambos clubes y antecedentes de comportamiento.

En los partidos de más riesgo, como un Clásico del Astillero o un Liga de Quito vs. Barcelona, la UMO dispone de hasta 1.200 efectivos en el estadio y los alrededores.

Pero hace falta algo importante. Fausto Salinas cuenta que es necesario "un registro e identificación biométrica de las personas que ingresan al estadio", porque eso permitiría tener una base de datos clara de quiénes son las personas que están viendo el partido de fútbol.

Lo que sí existe en Ecuador es la Ley Orgánica de Prevención y Sanción de la Violencia en el Deporte, que establece algunas sanciones. Y en el caso de daños o agresiones de gravedad, también se puede aplicar el Código Orgánico Integral Penal (COIP).

En el resto del continente

Lo que ocurrió en México no es aislado. En ese y en otros países han ocurrido hechos de violencia, aunque no de las mismas proporciones.

En Brasil, una pelea entre hinchas del Atlético Mineiro y del Cruzeiro dejó el domingo 6 de marzo al menos un muerto y un herido de bala horas antes del partido entre los dos principales clubes de Belo Horizonte.

Según la Policía Militarizada del estado de Minas Gerais, cerca de 50 hinchas de ambos clubes protagonizaron una gresca premeditada y organizada a través de las redes sociales.

De hecho, las redes sociales se han convertido en el lugar de amenazas y encuentro de las hinchadas. En foros se pactan las batallas que luego se producen en los estadios.

Durante la pelea en Belo Horizonte, un aficionado del Cruzeiro, de 25 años, fue tiroteado en el abdomen e ingresado en un hospital, donde llegó a pasar por una cirugía de emergencia, pero no resistió la gravedad de las heridas y falleció.

El pasado 24 de febrero, dos jugadores del Bahía resultaron heridos, después de que un artefacto explosivo fuera lanzado contra el autobús del equipo en su camino al estadio Arena Fonte Nova, en Salvador.

Una semana después, un grupo de aficionados del Paraná invadió la cancha de Vila Capanema, en Curitiba, a cinco minutos del final del partido contra el Uniao de Francisco Beltrao, que perdían por 1-3, con la intención de agredir a los jugadores de su equipo, que reaccionaron rápido y pudieron resguardarse en los vestuarios.

En otra situación violenta reciente, el autobús del Gremio fue apedreado por hinchas de Internacional, su máximo rival de Porto Alegre, dejando varios jugadores del plantel heridos, entre ellos el paraguayo Mathías Villasanti y el colombiano Jaminton Campaz.

La violencia está cada vez más incrustada en el fútbol de América Latina. En Uruguay no se jugó la última fecha, porque los árbitros recibieron amenazas en dos partidos.

En Panamá, el Comité Disciplinario de la Liga Panameña de Fútbol dictaminó sanciones a los clubes Tauro y Plaza Amador luego de que sus barras protagonizaron una trifulca, en donde resultó herida una persona.

En octubre de 2021 se suspendió un partido entre el América de Cali y el Atlético Nacional, en Colombia, ya que los hinchas del equipo caleño ingresaron e invadieron la cancha para amenazar a los jugadores que tuvieron que resguardarse en los camerinos. En ese caso no hubo ninguna sanción.

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