La muerte de Javier Ordóñez, un hombre de 46 años que fue sometido al uso repetido de una pistola eléctrica, provocó enfrentamientos entre ciudadanos y policías de Bogotá.
"Por favor, ya", "agente, le ruego", fueron las frases que dijo Javier Ordóñez, cuando estaba inmovilizado por dos agentes policiales en un barrio de Bogotá, Colombia.
Tras el arresto y muerte de Ordóñez, decenas de ciudadanos salieron a las calles y arrojaron objetos contra el edificio de los Comandos de Acción Inmediata (CAI) de la Policía.
Los enfrentamientos entre los uniformados y los manifestantes se prolongaron hasta la madrugada del 10 de septiembre en Bogotá y otras ciudades como Cali y Medellín.
Al menos siete personas han muerto hasta ahora tras la jornada violenta de protestas. Cinco fallecieron en Bogotá y dos en Soacha.
Además se registran 148 heridos por los disturbios: 55 son civiles y 93 policías.
Según el secretario de Gobierno de Bogotá, Luis Ernesto Gómez, en este 2020 la Alcaldía ha recibido 137 denuncias por "presunto uso excesivo de la fuerza por parte de la Policía".
Por su parte, la alcaldesa de Bogotá Claudia López condenó el abuso policial, pero también la violencia y vandalismo de algunos manifestantes.
Disturbios y saqueos en Cali, durante una protesta contra la violencia policial, el 10 de septiembre de 2020. EFE
"El abuso no se soluciona con más violencia. Es en estos momentos donde debemos aferrarnos a la Constitución", dijo López.
La Alcaldesa se refiere a disturbios en varios barrios de la capital colombiana, donde por ejemplo los manifestantes volcaron y destruyeron camionetas de la Policía y Fiscalía.
Según información preliminar, la Policía capturó a 70 personas involucradas en los desmanes "por daño en bien público y violencia contra funcionarios".
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