Gran parte de los créditos a Ecuador, fueron avalados con petróleo, algo que ha complicado la situación por la caída de los precios.
El 2020 China no ofreció financiación a América Latina por primera vez desde 2006, debido a una mayor concentración en proyectos dentro del gigante asiático, según un estudio publicado este miércoles por Diálogo Interamericano y la Universidad de Boston.
También afectaron las dudas acerca de la capacidad de repago por la crisis provocada por la pandemia
"El Banco de Desarrollo de China (CDB) y el Banco de Exportación-Importación de China (Eximbank) no emitieron nuevos préstamos a los Gobiernos de Latinoamérica y el Caribe en 2020", señaló el reporte.
"Aunque algo inaudito en las relaciones recientes entre la región y China, la ausencia de financiación también refleja una tendencia más amplia a la baja desde 2015", añadió.
El estudio es elaborado por el programa de Asia y Latinoamérica del centro de estudios Diálogo Interamericano, con sede en Washington, y la Iniciativa Global de China del Centro de Políticas de Desarrollo de la Universidad de Boston.
"La crisis de deuda relacionada con la pandemia de la covid-19 ha motivado probablemente algo de introspección entre los principales prestamistas de China", apuntó el reporte.
"Especialmente cuando se enfrentan a las perspectivas de amplios impagos en pagos de los créditos", sostuvo.
Asimismo, China ha centrado gran parte de sus esfuerzos en la iniciativa que pretende revitalizar la Ruta de la Seda mediante la modernización de infraestructuras y telecomunicaciones para mejorar la conectividad entre Asia, África y Europa.
En la última década, la financiación de Pekín a Latinoamérica ha ido reduciéndose de manera paulatina desde el récord de USD 35.000 millones registrado en 2010, en lo que podría indicar crecientes dudas acerca de la capacidad económica de la región.
En 2015, la financiación fue de USD 21.500 millones; en 2016, USD 12.600 millones; en 2017, USD 6.300 millones; en 2018, USD 2.100 millones, y en 2019, USD 1.100 millones, según los datos compilados.
La mayor parte de la financiación concedida por Pekín es a Venezuela, un 45% del total, cuyas relaciones se estrecharon particularmente en el final de la presidencia de Hugo Chávez (1999-2013).
Sin embargo, en los últimos cuatro años, China no ha aportado nuevos créditos a Caracas.
Gran parte de los préstamos a Venezuela, así como a la petrolera estatal brasileña Petrobras o al Gobierno de Ecuador, fueron avalados parcialmente con petróleo, algo que ha complicado la situación por la caída de los precios de las materias primas.
En el último año, Ecuador ha renegociado su deuda con Pekín, mientras que Venezuela ha acordado un periodo de gracia y el retraso del calendario de pagos.
Latinoamérica, una de las regiones más golpeadas por la crisis económica consecuencia de la pandemia, cerró 2020 con una contracción del 7,4%.
Pese a reducción en el flujo de financiación a través de estos bancos públicos, China ha continuado su relación en la región.
Esto ha sido a través de tres fondos de inversión: el Fondo de Cooperación Industrial China-LAC (CLAI), el Fondo de Cooperación China-LAC Cooperation Fund (CLAC) y el Programa de Crédito Especial para Infraestructura China-LAC.
Mediante ellos, han aportado capital para varios proyectos hidroeléctricos en Brasil, la mina de cobre del Mirador en Ecuador, y la mina de oro de Buriticá en Colombia, entre otros.
De cara a 2021, el ministerio de Asuntos Exteriores de China señaló que prevé ofrecer USD 1.000 millones para facilitar el acceso a las vacunas contra la covid-19 desarrolladas por Pekín.
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