Jueves, 25 de abril de 2024

Ola Bini no descarta demandar a Ecuador en cortes internacionales

Autor:

EFE / Redacción Primicias

Actualizada:

22 Jun 2019 - 15:57

Autor: EFE / Redacción Primicias

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22 Jun 2019 - 15:57

Ola Bini habla sobre su relación con Julian Assange y cómo vivió en la cárcel. - Foto: EFE

El informático sueco habla sobre las últimas reuniones con Julian Assange en la Embajada ecuatoriana en Londres y sobre los días que vivió en la cárcel después de ser acusado de espionaje.

Con el objetivo de demostrar su inocencia, Ola Bini no descarta la posibilidad de demandar a Ecuador en cortes internacionales por violación de derechos.

La última vez que Ola Bini visitó a Julian Assange fue en enero o febrero y, ya entonces, el fundador de WikiLeaks le mostró su temor de que Ecuador le cancelara el asilo que le había concedido en 2012 y que eso se transforme en su extradición a Estados Unidos.

Para entonces, las relaciones entre el activista y el Gobierno ecuatoriano habían colapsado, Ecuador había despachado a Londres a un nuevo embajador para resolver el problema y tres meses después le canceló el asilo.

Assange fue arrestado por las autoridades británicas y es ahora requerido por la justicia estadounidense por difusión de secretos.

"Ambos somos programadores", explica Bini al justificar su afinidad y amistad, que lo llevó a visitarlo en numerosas ocasiones en la legación ecuatoriana en Londres entre 2013 y 2019.

Cada vez que Bini viajaba a Europa visitaba a Asssange en Londres.

"Ahora vemos que afronta unos cargos muy, muy serios. No sabemos si afrontará pena de muerte, porque por supuesto Estados Unidos primero presentó un cargo (..) con un castigo relativamente leve, y después, cuando Julian salió, revelaron otros 70 bajo la Ley de Espionaje", se lamenta.

Su amistad con Assange, a quien conocía de antes de 2013, ha sido para Bini, de 37 años, un arma de doble filo.

Horas después de que el australiano saliera de la embajada aquel 11 de abril, él fue arrestado en el aeropuerto de Quito bajo sospecha de integrar una red de espionaje informático.

Se encontraba camino de Japón, dice que para practicar artes marciales, una de sus pasiones, y que en la documentación de sus pertenencias constan los equipos.

El informático está convencido de que su detención fue ilegal y que nunca hubo pruebas para su encarcelamiento.

Su detención fue justificada por el Gobierno ecuatoriano con base en su relación con Assange, al temor a ataques informáticos tras la cancelación del asilo, a sus habilidades y a los dispositivos a su disposición.

Más adelante, la ministra del Interior, María Paula Romo, que había entregado el caso a la Fiscalía, también habló de viajes coincidentes con el exministro Ricardo Patiño, quien dio asilo al australiano y es ahora prófugo de la Justicia.

"No conozco a Patiño, nunca en mi vida me lo he encontrado", asegura Bini sobre esa supuesta coincidencia, y otras como la de haber estado en las mismas fechas en los mismos lugares, según Romo.

Bini asegura que no conoce a Ricardo Patiño, como aseguró la ministra del Interior María Paula Romo.

En cualquier caso, afirma no entender cómo ha llegado a la situación de un arresto preventivo cuando no existen cargos contra él ni le han comunicado de qué es sospechoso.

"Nunca me interrogaron", subraya sobre la "ilegalidad" de un proceso que ha sido puesto en tela de juicio hasta por el Grupo de Trabajo de la ONU sobre la Detención Arbitraria.

El jueves 20 de junio de 2019, Bini fue puesto en libertad después de que la Corte Provincial de Pichincha aceptara un recurso de hábeas corpus.

"He estado preso durante 70 días sin que tuvieran ninguna evidencia. Sin que exista un crimen concreto del que sea sospechoso", se queja del proceso que le abrió la Fiscalía.

Bini llegó a Ecuador en 2013 para trabajar como informático de la mano de la empresa privada ThoughtWorks, que después dejó para crear una propia dedicada a la seguridad en Internet y la protección de la privacidad en las comunicaciones.

Y aunque tiene claro que Ecuador es su hogar y que quiere quedarse para invertir y ayudar a mejorar la seguridad (informática) en el país, esa decisión dependerá de lo que el próximo 10 de julio decidan los tribunales, de si le abren juicio o no, por un supuesto delito contra la integridad de sistemas informáticos del país.

También, de si las mismas autoridades que lo llevaron a prisión le concederán un visado de residencia.