Martes, 23 de abril de 2024

Alausí: voluntarios se las arreglan para preparar 500 platos al día

Autor:

Emerson Rubio

Actualizada:

1 Abr 2023 - 10:00

PRIMICIAS entró a la cocina donde se preparan los alimentos para los damnificados y los rescatistas del deslave de Alausí. Quienes cocinan cuentan por qué se han sumado a esta causa.

Cocinan para los damnificados y los rescatistas del deslave en Alausí.

Autor: Emerson Rubio

Actualizada:

1 Abr 2023 - 10:00

Cocinan para los damnificados y los rescatistas del deslave en Alausí. - Foto: Emerson Rubio / PRIMICIAS

PRIMICIAS entró a la cocina donde se preparan los alimentos para los damnificados y los rescatistas del deslave de Alausí. Quienes cocinan cuentan por qué se han sumado a esta causa.

En una cocina improvisada, María Gutiérrez pica cientos de hojas de acelga. A un lado, Lizeth Vallejo y Jaime Olivo le siguen el paso. Pica y pican. Mientras lo hacen, cuentan a PRIMICIAS que están preparando el menú del día para damnificados y rescatistas del deslave en Alausí.

En un cuarto de unos tres metros cuadrados, dentro de un coliseo que ahora es utilizado como albergue, estos voluntarios sacan -al menos- 500 platos de comida el día con las donaciones que llegan. Así que deben arreglárselas con lo que tienen.

María, por ejemplo, ya tiene experiencia. Con 28 años, ella es parte de un grupo de atención prioritaria y ha estado en otras emergencias. Sabe que en estos casos se necesitan manos. Y las suyas están siempre disponibles para quienes lo requieren.

Por eso, apenas supo lo que había pasado en Alausí, donde toneladas de tierra taparon una parte del cantón, se movilizó con otros compañeros hacia la zona de desastre. Llegó el lunes 27 de marzo desde Cuenca, de la comunidad de Sayausí, y no ha parado de cocinar.

Voluntarios preparan la comida para los damnificados de Alausí.

Voluntarios preparan la comida para los damnificados de Alausí.  Emerson Rubio / PRIMICIAS

Es un pueblo mágico

Lizeth no tiene mucha experiencia. De hecho, es en la primera emergencia que está. Pero no importa. Cuando se trata de ayudar, no hay nada que la eche para atrás. Antes de picar acelga, ella estaba preparando unos sánduches con queso para los hambrientos.

"Barriga llena, corazón contento", replican los cocineros, también improvisados. Aunque por la tragedia, que ha cobrado la vida de más 20 personas, aún son sombrías las calles del pueblo, donde el frío cala en los huesos, así como el dolor de quienes lo perdieron todo.

Nacida en Alausí, Lizeth lamenta lo que les ha ocurrido a sus vecinos. "Es muy triste lo que pasa", asegura. E inmediatamente cuenta que Alausí es un pueblo mágico donde hay varios patrimonios arquitectónicos.

Jaime siente que tiene un compromiso con los damnificados: "Este es el momento que las personas más lo necesitan". Por eso él, que es de Tixán, una comunidad cercana, llegó a la cocina para echar una mano amiga.

El menú del 28 de marzo de 2023 era sopa de acelga, arroz relleno y avena.

Uno de los ayudantes lava las papas donadas para Alausí.

Uno de los ayudantes lava las papas donadas para Alausí.  PRIMICIAS

Donaciones para Alausí

Las ollas para cocinar las recibieron de las Damas Voluntarias de Alausí y también había algunas que quedaron de la pandemia, cuenta Mercy Garzón, la encargada. La señora dice que a veces no prepara alimentos ni para ella misma, y se ríe, pero esta vez debe hacerlo.

En ese momento, llega un hombre con una donación: una res. Mercy agradece el corazón de las personas que envían alimentos, pero también lamenta que la gente de su pueblo esté atravesando esta difícil situación.

A la tarea de preparar alimentos también se han unido otras personas. Unos organizan las donaciones, otros lavan papas y algunos reciben a quienes llegan con mucha hambre, como Segundo Uzhca, quien pide alimentos para él, sus hijos y su esposa.

Segundo Uzhca recibe una bolsa llena de comida.

Segundo Uzhca recibe una bolsa llena de comida.  PRIMICIAS

Perdió su casa y debió irse al campo, en Achupallas, donde permanece. Pero le es difícil conseguir comida, así que ha encontrado una mano que alimenta a él y a su familia por ahora.

La cocina se abre a las 07:00 y se cierra cuando todos acaban de comer, incluidos los policías, los bomberos y los rescatistas que todos los días se arriesgan en la zona cero a continuar buscando a los más de 60 desaparecidos que dejó esta tragedia.

"Las penas con pan son menos", reza el dicho. Eso lo saben muy bien en este cantón, donde el dolor se mantiene latente.