Jueves, 28 de marzo de 2024

Guayas: medidas extremas ante una situación descontrolada

Autor:

Karla Pesantes

Actualizada:

25 Mar 2020 - 0:02

Fuerza Tarea Conjunta

Autor: Karla Pesantes

Actualizada:

25 Mar 2020 - 0:02

Militares, policías y agentes de tránsito intensifican operativos de control en Guayas desde el 24 de marzo. - Foto: FF.AA.

En Guayas rige desde el 24 de marzo una Fuerza de Tarea Conjunta. Esto contempla el despliegue de 3.300 agentes del orden, quienes controlarán a la población y los recursos.

La disposición es el último eslabón de una serie de normas adoptadas para frenar los contagios de coronavirus en Ecuador. En Guayas, a diferencia de otras provincias, guardar el aislamiento social y el toque de queda han sido tareas casi imposibles.

Todo se debería a una razón: “Hay un relajamiento de las personas frente al sentido de la ley y esto hace que no tengan formación ciudadana”, dice el psicólogo Carlos Tutivén, profesor de la Universidad Casa Grande de Guayaquil. 

Según Tutivén, ya no hay tiempo para concienciar a la gente puesto que el número de casos sigue en aumento. Hasta el 24 de marzo, Guayas tenía 826 pacientes positivos de Covid-19. 

Lo que resta, dice Tutivén, es actuar con mayor autoridad y con medidas drásticas como la militarización de los cantones más afectados. “Estamos acostumbrados a obedecer por medio del temor y la multa”, añade.

Una opinión similar tiene el mayor William Muñoz, jefe de la división de Ambulancias de Bomberos de Guayaquil. “Esperamos que con la nueva orden militar, los ciudadanos se tomen en serio la situación”, dice. 

Los lugares más conflictivos están en Guayaquil 

Desde que se expidió el Decreto 1017, el 16 de marzo de 2020, hay 947 detenidos por infringir el toque de queda y las restricciones de movilidad. 

El 36% de las personas están detenidas en Guayaquil, la ciudad con más contagios por coronavirus del país. 

Entre los detenidos en esta ciudad, según el coronel Henry Tapia, jefe del Distrito 9 de la Policía, hay 16 personas con antecedentes penales.

"Nuestro patrullaje en las calles si bien es disuasivo, también se efectúa con el fin de asegurar la cadena alimenticia y de salud", expresa Tapia.

Tapia explica que además de hacer cumplir el toque de queda, la Policía "tiene la misión de evitar saqueos como los ocurridos durante las protestas de octubre".

Por otra parte, el Muñoz, del Cuerpo de Bomberos, relata que los policías reciben burlas cuando perifonean la orden de quedarse en casa. 

“Hay sectores como el Suburbio, Monte Sinaí y Guasmo donde la gente no ve la gravedad de la pandemia”, dice Múñoz. 

En Guayaquil, el Cuerpo de Bomberos también ayuda a controlar el cumplimiento de las medidas. Para ello mantienen operativas 25 ambulancias las 24 horas, con dos a tres bomberos por vehículo.

¿Qué ocurre en los barrios populares? 

El psicólogo Tutivén explica que también hay elementos culturales que llevan a los ciudadanos de sectores populares a salir de casa, sin importarles las restricciones.

“Estas personas viven en lugares precarios y hacinados, y sienten que son más participantes de un barrio saliendo a la calle”,

Psicólogo Carlos Tutivén

La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que en las ciudades con mayor densidad poblacional hay más contagios, por el irrespeto a las normas de aislamiento. 

A estos factores culturales se suma que Guayaquil tiene una economía de sobrevivencia diaria, donde predomina el comercio informal. 

Por ello a pesar de las restricciones, los vendedores ambulantes aún se observan en las calles. 

¿Y qué sucede en Samborondón?

Otro de los puntos críticos en Guayas es el cantón Samborondón, concretamente la parroquia urbana de La Puntilla. Se trata de 10 kilómetros de urbanizaciones cerradas y familias de estrato social medio alto y alto. 

Aquí se realizaron eventos sociales como matrimonios en plena emergencia sanitaria, según el vicepresidente Otto Sonnenholzner. Producto de este incumplimiento ya hay 96 casos positivos de Covid-19 y cercos epidemiológicos que abarcan a familias enteras. 

Y a pesar de las nuevas medidas, el irrespeto continúa. El Municipio de Samborondón junto a la Policía tuvo que intervenir en una ciudadela cerrada, donde se efectuaba un encuentro social para jugar golf. 

Esta falta de creencia en la ley también se aplica para los estratos altos. “Piensan que la ley es el poder del dinero, de la influencia y no siguen las órdenes”, concluye Tutivén.