Viernes, 19 de abril de 2024

La edad y el trabajo actúan como factor de riesgo en la violencia de género

Autor:

Xavier Letamendi

Actualizada:

26 Nov 2019 - 0:03

La violencia de género golpea con mayor fuerza a las mujeres de entre 19 y 35 años; y a las trabajadoras remuneradas del hogar.

Día contra la violencia de género

Autor: Xavier Letamendi

Actualizada:

26 Nov 2019 - 0:03

En la Plaza Rocafuerte, en el centro de Guayaquil, se realizó un plantón para concientizar a la población sobre la violencia de género. - Foto: Xavier Letamendi

La violencia de género golpea con mayor fuerza a las mujeres de entre 19 y 35 años; y a las trabajadoras remuneradas del hogar.

Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), seis de cada 10 mujeres han sido víctimas de algún tipo de violencia. Hay varias formas de agresión: física, psicológica, laboral, política.

La Fundación María Guare, dedicada a proteger a víctimas de violencia de género, presentó estadísticas en Guayas:

  • 70 femicidios
  • 1.668 abusos sexuales
  • 508 denuncias por acoso sexual
  • 24 casos de violencia sexual
  • 7.793 denuncias por violencia sicológica
  • 8.915 denuncias por violencia física

Cada una tiene su particularidad y también su factor de riesgo. El extremo de la violencia es el femicidio.

Estos ocurren sobretodo en la población joven. La franja comprendida entre 19 y 35 años sufre más femicidios que otras edades.

Alexandra Moncada, directora de Care, explica que en esta etapa de la vida “se encarnizan prácticas inadecuadas como la inseguridad”.

Por ello es en la etapa reproductiva de la mujer cuando está más expuesta a los femicidios. Aunque Moncada aclara que ellas sufren violencia a lo largo de toda su vida.

Una opinión similar tiene Lourdes Euvín, presidenta de la fundación María Guare. Las mujeres en el rango de edad 19 a 35 años son “la población que está más expuesta porque tiende a poner por encima sus sentimientos antes que la percepción de peligro”.

Por eso para Moncada la educación es fundamental. “Hay que hacer una educación transformadora que deje de naturalizar la violencia”, insiste.

Pero también advierte que los mecanismos de protección del Estado están fallando. Por eso hay casos de mujeres que denuncian violencia, pero las autoridades no responden, y ellas terminan siendo víctimas de femicidio.

La policía tiene protocolos para atender casos de violencia de género. Sin embargo, Moncada cuenta que por cuestiones religiosas a veces se recomienda a la mujer sumisión frente a las agresiones.

Riesgo en el trabajo remunerado del hogar

Hay más factores de riesgo. Uno de ellos es un oficio que está más expuesto a sufrir agresiones. Se trata del trabajo remunerado del hogar.

“La situación de violencia sexual para ese grupo de mujeres es súper alta y alarmante. El agresor es el empleador”, asegura Iveth Orellana, directora técnica del Consejo Nacional para la Igualdad de Género.

La funcionaria ha registrado casos de niñas que se inician en estos trabajos a los 12 años. Eso las expone a la violencia sexual porque hay patronos que las obligan a mantener relaciones sexuales con ellos o con sus hijos. Si no acceden son amedrentadas o despedidas.

La Unión de Trabajadoras Remuneradas del Hogar y Afines (Untha) cuenta con 300 afiliadas a nivel nacional. El gremio también registra agresiones entre sus socias.

“Siempre lo decíamos, pero como no estaba escrito en un papel no se tomaba en cuenta”, lamenta Lenny Quiroz, secretaria general de UNTHA.

Por eso el año pasado elaboraron, junto con otras organizaciones, el primer estudio sobre las trabajadoras del hogar. Ese documento, solo en 2018, registró 458 casos de vulneración de derechos.

Quiroz lidera la lucha para que Ecuador se convierta en el segundo país del mundo en ratificar el convenio 190 de la Organización Internacionald del Trabajo (OIT).

Ese documento, impulsado justamente por trabajadoras del hogar, propone la erradicación de la violencia en los espacios de trabajo.

Orellana agrega que eso permitirá elaborar políticas, desde el Ministerio de Trabajo para enfrentar la problemática. La OIT plantea un esquema tripartito: empleador, trabajadoras y Estado. De esa manera se interviene en los espacios laborales, que por su naturaleza son viviendas.

“Este convenio es para hombres y mujeres, para todos los trabajos. Por eso queremos que otras organizaciones se adhieran”, concluye Quiroz.