Casi el 60% de los casos confirmados de Covid-19 en el país está en Guayas. La flexibilización de las medidas de bioseguridad y otros virus de la influenza que se enmascara con el coronavirus, provocan la diseminación del virus.
La provincia de Guayas vuelve a ser el centro del repunte de casos de Covid-19 en el país. Según el reporte del Ministerio de Salud (MSP), en las últimas cuatro semanas hay un incremento sostenido de casos de coronavirus, que pasó de 145 a 1.142.
Eso significa que casi el 60% de todos los casos confirmados en el país se encuentra en Guayas.
El Municipio de Guayaquil ha detectado aún más casos, 1.400, según informó la Alcaldía, de los cuales se registró el fallecimiento de una paciente adulta mayor, con dos dosis de vacunas, pero sin los refuerzos.
“Tenemos un cóctel de virus respiratorios que son la Influenza, el Covid y el Sincitial, que afectan al sistema respiratorio'', explica el doctor Fernando Espinoza, director del Centro de Investigaciones de la Universidad Espíritu Santo.
La llegada de los tres virus en esta época del año, próximos a iniciar el etapa invernal, es normal.
Sin embargo, “hasta el año pasado usábamos la mascarilla para protegernos del Covid-19, pero a la vez nos protegimos de los otros virus y por eso lo sentíamos en menor proporción”, añade Espinoza.
Pero desde el 28 de abril, el uso de la mascarilla ya no es obligatorio en Ecuador en espacios abiertos y cerrados. Esa norma tuvo mayor acogida en Guayaquil que en el resto del país, analiza el médico.
De ahí que los datos muestran un repunte importante en Guayas, pero no ha incrementado en la misma proporción en otras provincias como Pichincha, donde se han confirmado 453 casos positivos, mientras que en Manabí hubo 68; en El Oro, 45; y en Loja, 29.
Pero aunque exista un aumento significativo de casos positivos, no se puede catalogar que esta es una nueva ola de contagios en Ecuador.
“Hay que esperar, porque lo que está pasando en el mundo es curioso, hay unos picos y bajan de repente. Por ejemplo, en Alemania estaban hasta 150.000 contagios diarios hace un mes, y después de unas semanas bajaron a menos de 10.000”, dice Espinoza.
Si no es consistente el incremento, “no se puede hablar de una nueva ola, deberíamos llegar y mantenernos en 2.000 contagios semanales para declarar que es una ola”, añade, y recién en la última semana, el país casi alcanzó esa cifra.
Variante más contagiosa y sin dosis de refuerzo
Hay por lo menos tres causas, según Espinoza, que motivaron este aumento de 331 contagios a inicio de noviembre a 1.993 hasta finales del mismo mes en el país.
Han pasado más de seis meses desde que 6,7 millones de personas se aplicaron la primera dosis de refuerzo de la vacuna contra el Covid-19.
“Por lo tanto, nuestro sistema inmunológico ha bajado en cuanto a la protección que nos da (la vacuna)”, dice Espinoza. Y solo 1,2 millones de personas se han aplicado el segundo refuerzo.
Existe la presencia de la variante, que es un sublinaje de Ómicron BQ.1.1, que actualmente es la predominante, que burla con más facilidad el sistema inmunológico del ser humano y contagia con más facilidad también a jóvenes y niños.
Es la que han denominado 'Perro del infierno', sin una razón concreta. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), ni siquiera tiene los cambios o las mutaciones necesarias para convertirse en una variante con un nuevo nombre, por eso es un sublinaje.
“Pero este sublinaje tiene más mutaciones en la proteína de espícula que le permite al virus ligarse al receptor de la célula humana y contagiarla más fácilmente que las otras variantes”, explica Espinoza.
Y, según los estudios, es más transmisible, pero menos agresiva.
“Ataca a las vías respiratorias superiores, por eso entre los síntomas está la ronquera; el paciente se vuelve afónico. Y si el sistema inmune de la persona es débil, puede llegar a los pulmones y provocar una neumonía”, dice Espinoza.
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