Viernes, 26 de abril de 2024

Malos olores, el precio que se paga en Guayaquil por tratar aguas servidas

Autor:

Redacción Primicias

Actualizada:

11 Ago 2021 - 0:04

El municipio de Guayaquil inició un proceso sancionatorio en contra de Interagua, debido a los olores que emanan sus lagunas de oxidación.

Autor: Redacción Primicias

Actualizada:

11 Ago 2021 - 0:04

Las lagunas de oxidación en Guayaquil provocan malos olores en varios puntos de la ciudad. - Foto: Interagua

El municipio de Guayaquil inició un proceso sancionatorio en contra de Interagua, debido a los olores que emanan sus lagunas de oxidación.

Ir al norte de Guayaquil, por la autopista Narcisa de Jesús, puede ser una experiencia desagradable, en algún momento del día.

El mal olor se filtra por las ventanillas del vehículo y cerrarlas para encender el aire acondicionado no es una alternativa, ya que el olor nauseabundo ocupa todos los espacios.

Este olor proviene de las lagunas de oxidación Samanes-Guayacanes y Sauces-La Alborada, que reciben las aguas servidas de 240.000 usuarios, entre residenciales e industriales, antes de devolverlas al río.

Esta planta funciona desde 2001, cuando se convirtió en un molesto vecino de lugares densamente poblados.

“Es imposible vivir aquí, ese olor da dolor de cabeza”, dice Julissa Rivera, residente de Sauces, frente a las lagunas.

“Yo alquilaba los dos locales que tengo en mi casa, pero ahora están vacíos. El uno vendía desayunos, pero imposible comer así”, señala indignada.

Ante quejas como la de Rivera, la Dirección de Ambiente, Sostenibilidad y Cambio Climático del Municipio de Guayaquil inició un proceso administrativo contra la operadora Interagua, responsable de estas lagunas.

Martha Orta, gerente de la Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Guayaquil (Emapag), señaló que el inicio del proceso sancionatorio radica en el “inadecuado manejo de las actividades en las lagunas, lo que produce malos olores”.

La funcionaria señaló que exigió a Interagua la aplicación de medidas de mitigación, para que “se reduzcan los malos olores y se minimice la afectación a la población”.

Entre las medidas a corto plazo que la empresa deberá cumplir están la instalación de cribas automáticas, que permitirán la separación de los óleos de agua de manera inmediata.

Estas cribas están siendo fabricadas y se espera que sean instaladas en noviembre.

Además constan el cambio de los horarios de mantenimiento de las cribas y el incremento del peróxido de hidrógeno en las estaciones de bombeo de
Vergeles 12.

También se realiza un estudio que permitirá evaluar y hacer el diagnóstico de los aireadores que hoy existen en el sistema, lo que ayudará a inyectar más oxígeno y a mitigar el impacto de olores.

Interagua, una empresa del grupo francés Veolia, tiene la concesión del servicio de agua potable y alcantarillado de Guayaquil hasta 2031.

Orta sostuvo que, si se determina que la firma es responsable de los malos olores que inundan parte del norte de Guayaquil y una zona de la vecina Samborondón, podría tener una multa de hasta USD 80.000, “si no hay atenuantes”.

A plena capacidad

Orta sostiene que “hoy por hoy, las lagunas están trabajando a máxima capacidad, es por esto que se generan ciertos olores a ciertas horas del día”.

Este argumento es refutado por Vicente Guamán, residente de Brisas del Río, que asegura que los olores ocurren a toda hora.

“No se puede abrir la ventana, no es suficiente prender un incienso o quemar palo santo. Esto ya no es vida”, sostiene Guamán, y asegura que algunos vecinos presentan enfermedades respiratorias y granos en la piel.

Interagua abrió una página para que los vecinos registren sus quejas. También pueden llamar al 134 Call Center de Interagua.

Los Merinos, la alternativa

El Municipio de Guayaquil trabaja para adjudicar la construcción de la planta Los Merinos, también al norte de la ciudad, donde se procesarán las aguas servidas antes de devolverlas al río.

Esta planta tiene capacidad para procesar los residuos de un millón y medio de usuarios y se construirá con ayuda del Banco Mundial, que otorgó un crédito blando para financiar la obra, que alcanza los USD 233 millones y ocupará un espacio de 50 hectáreas.

“Se ha iniciado el proceso de adjudicación, en base a los parámetros del Banco Mundial”, dijo Orta.

“A finales de agosto vamos a poder anunciar el proceso de adjudicación, ya estamos en la última fase”, señaló.