Jueves, 25 de abril de 2024

Covid-19: Túneles de desinfección no previenen contagios e implican riesgos

Autor:

Nelson Dávalos

Actualizada:

9 May 2020 - 0:03

Túnel de desinfección instalado en el Mercado el Arenal, en Cuenca, el 5 de mayo de 2020.

Autor: Nelson Dávalos

Actualizada:

9 May 2020 - 0:03

Túnel de desinfección instalado en el Mercado el Arenal, en Cuenca, el 5 de mayo de 2020. - Foto: API

Expertos y organismos sanitarios confirman que los químicos que se usan en los túneles de desinfección pueden causar irritación en mucosas, la piel, los ojos, el sistema digestivo y las vías respiratorias.

Es un ejemplo de cómo el temor o el exceso de precaución supera a las recomendaciones científicas. Decenas de túneles de desinfección para, supuestamente, detener la propagación del coronavirus se han instalado en Ecuador.

En esa tarea se han empeñado, orgullosamente, desde el vicepresidente de la República y gobernadores hasta los alcaldes y cuerpos de bomberos. Incluso, se ha convertido en una de las donaciones favoritas de la empresa privada.

¿El problema?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha asegurado que no es recomendable el uso de túneles porque no existe evidencia sobre su eficacia.

Además, el organismo internacional asegura que los químicos que se usan en los túneles de desinfección pueden causar irritación en mucosas, la piel, los ojos, el sistema digestivo y las vías respiratorias.

Cada vez que una persona pasa por alguno de esos túneles es rociada con productos como hipoclorito, ozono, amonio cuaternario, cloro, peróxido de hidróxido y alcohol que son algunos de los químicos que se están utilizando en los túneles, cabinas y arcos ubicados, por ejemplo, en las afueras de hospitales y mercados.

¿Dónde nació la idea de que los túneles sirven para eliminar el nuevo virus?

Pablo Araujo, profesor de química de la Universidad Central del Ecuador, explica que los túneles son una simulación de los que se usan en laboratorios de microbiología.

En esos casos, y por motivos de bioseguridad, las personas cuentan con un traje hermético que cubre todo su cuerpo para que los químicos no tengan contacto con ningún órgano como ojos o piel.

Araujo explica que la mayoría de los componentes -como el hipoclorito, el amonio cuaternario y el cloro- son usados para sanitizar superficies como pisos y quirófanos y que pueden causar afectaciones a la salud si no son manejados con las dosis adecuadas.

La Universidad Católica del Ecuador publicó un estudio que también concluye que los túneles son un riesgo para la salud humana.

El documento dice, entre otras cosas, que para desinfectar la vestimenta y el calzado de una persona con los químicos, el individuo debería permanecer dentro de la cámara entre 5 y 15 minutos.

"El tiempo de exposición depende de la concentración del producto: entre más concentrada la dosis menos tiempo de rociado, pero más tóxico".

PUCE

La PUCE se alinea con la tesis de la OMS y asegura que no se ha encontrado evidencia científica publicada que avale el uso de túneles o cámaras de desinfección como medida de prevención para la transmisión de SARS-CoV-2.

Andés Vecino-Ortiz, investigador del departamento de Salud Internacional de la Escuela Bloomberg de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins (Estados Unidos), asegura que tampoco ha visto evidencia de soporte el uso de túneles.

"Estas cabinas podrían representar riesgos para la gente: hay que sopesar el riesgo y el beneficio en ese caso", dijo durante un taller virtual de la Fundación Gabo.

¿Sirve de algo desinfectar ropa o asfalto?

Araujo, investigador de la Central, insiste en que desinfectar a una persona no sirve de nada porque el coronavirus se encuentra en el sistema respiratorio y no fuera.

El experto en química explica que la ropa no es una fuente de transmisión del virus y ese es otro motivo en contra del uso de los túneles de desinfección.

"Se crea una falsa sensación de seguridad al pasar por los túneles de desinfección".

Pablo Araujo, profesor de química de la Universidad Central del Ecuador.

Él recomienda que, en lugar de túneles o cabinas, se implementen lavabos en los exteriores de los establecimientos como mercados y supermercados.

Vecino-Ortiz, en cambio, tiene sus dudas por los trabajos de desinfección de calles y veredas.

"El virus no vive en el asfalto, no vive en cualquier otro lugar, al menos, por largo tiempo", explica.

Y añade que, si bien hay estudios de laboratorio que muestran que el virus sobreviven en algunas superficies (dependiendo del tiempo y la temperatura), "no tenemos evidencia de que la gente se pueda infectar por el asfalto".

El virus viaja con los humanos, dice. Por eso, la medida más eficiente para evitar el contagio sigue siendo el distanciamiento social: