Internet 4.0: ¡el estadio final!

“El futuro de la tecnología amenaza destruir todo lo que es humano en el hombre, pero la tecnología no alcanza a la locura, y en ella es donde el humano del hombre se refugia”. Clarice Lispector

Arrancaba mi conferencia sobre el uso del Metaverso y la Inteligencia Artificial en la Florida International University, en el marco de la XXI Cumbre Mundial de Comunicación Política realizada en Miami el pasado 22 de noviembre, con una sencilla pregunta: ¿quién ha leído a Julio Verne? 

Una importante cantidad de personas de la sala alzaron la mano. Enseguida insistí: ¿Quién ha leído 'De la Tierra a la Luna'? Otra vez un número grande gente asintió. Finalmente pregunté: ¿Saben en qué año se publicó esa novela? Ni una mano arriba. Pues bien, les dije, fue en 1865.  ¿Y saben cuándo efectivamente el hombre llegó a la Luna? Fue casi 100 años después.

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 Y luego seguí con Orwell y su '1984', publicado en 1949, y ¿quién vio '2001 Odisea del Espacio' el gran film de Kubrick? La gente me parece que no entendía muy bien a dónde iba.

Pues bien, a ello: siempre me ha fascinado la capacidad de los escritores de soñar, con siglos de anticipación, cosas que luego matemáticos e ingenieros llevarán a la realidad. Como el cohete para ir a la Luna, por ejemplo.

Pero a la ciencia le toma algún tiempo más que a la Literatura llevar a cabo estos emprendimientos que, en su tiempo, parecen fruto de la locura de un humano que no encajaba con los cánones normales de su época. La historia está plagada de ejemplos de aquello.

Así ha sucedido con el Internet, para citar un caso y que, para fines pedagógicos, voy a dividir en cuatro grandes categorías para ilustrar mi punto:

1.- El Internet 1.0: el que dio inicio a todo eso. Y que no era más que una gran fuente de recolección y almacenamiento de datos disponibles en línea. Una especie de Enciclopedia Británca (de 32 volúmenes y 32.640 páginas) subidas a la world wide web. El mejor ejemplo de esto: Google.

2.- El Internet 2.0: que aparece a partir del nacimiento y salvaje auge de las redes sociales. En donde ya el usuario no es pasivo, es interactivo y está a un clic de comunicarse con Barak Obama, Vladimir Putín o Cristiano Ronaldo. Un Internet súper horizontal.

3.- El Internet 3.0: que, a medida que fue evolucionando, ya no se conformaba con ser sólo interactivo, hoy quiere ser colaborativo. El mejor ejemplo de esto es Wikipedia (no en vano a su logo le falta una ficha del alfabeto griego) que está pensado para que seas tú el que lo llene. Una web que todos podemos alimentar, editar y eliminar al mismo tiempo. De ahí cómo se ha regulado esa fuente que comenzó casi como una mala palabra para la Academia y hoy es fuente absoluta de consulta.

4.- El Internet 4.0: que es el que vivimos en la actualidad y que si hay un solo adjetivo que lo puede describir, ese es INMERSIVO. En donde los límites del mundo físico y el virtual están absolutamente corridos y ya da lo mismo pasar del uno al otro sin solución de continuidad.

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Escuchaba, en la Cumbre, a un colega decir que los humanos nos movemos por el miedo, la ira y el amor. Lo pensé un segundo y creo que, irónicamente, la verdad es que lo que nos mueve es la pereza. 

Pensemos: la revolución industrial de los siglos XVIII y XIX supuso pasar de arar los campos y procesar los alimentos por la mano del hombre a ser hechos por máquinas. Punto. Y hoy, cuando lo único que nos diferenciaba a los seres humanos del resto de las especies era nuestra capacidad de pensar, pues hemos hecho lo más fácil: se lo estamos dejando a la Inteligencia Artificial, que se está quedando con lo último que solíamos hacer bien. Y así nos irá…